Un café en París

EXPRESO - 09.02.2012

Ana Bustabad Alonso, periodista

Amanece un día más, hoy también lejos de París. A unos 1.000 kilómetros en línea recta, para ser exactos. Y mientras tomo el primer expreso del día y repaso la portada de Expreso, recuerdo otros cafés en mi rincón preferido de la ciudad de la luz…

Amanece un día más, hoy también lejos de París. A unos 1.000 kilómetros en línea recta, para ser exactos. Y mientras tomo el primer expreso del día y repaso la portada de Expreso, recuerdo otros cafés en mi rincón preferido de la ciudad de la luz.

La fotografía está tomada desde un café que hace esquina entre Quai Saint-Michel y la placita del Petit Pont, casi enfrente de Notre Dame, al otro lado del río. Me gusta sentarme fuera, en la terraza, aunque haga frío, desde antes de que la ley antitabaco francesa confinase a los fumadores a los espacios abiertos.
Me gusta porque desde aquí ves las torres de la catedral a una cierta distancia. Es como una pausa para saborearlas, para tomar impulso antes de sumergirte en la vorágine de turistas y quedarte pasmada con su magnífica fachada.
Me gusta porque ves cómo pasa la vida por delante, los coches, los peatones, vecinos y guiris, ricos y mendigos.
Porque los camareros son amables y no arrugan la nariz cuando pido un café con terrible acento francés, me lo traen con vasito de agua incluido y mantienen la magia de sentirme parisina en el corazón de París. Que ya es decir.
Me gusta porque está en la ribera izquierda del Sena, que sigue sabiendo a bohemia, a pintores en buhardillas pequeñas, a estudiantes rebeldes, aunque ahora el metro cuadrado alcance cifras prohibitivas.
Me gusta porque en esta terraza resguardada del viento he conocido los besos más dulces, los más azules, los más apasionados, y también la soledad más serena. Porque me he sentado a escribir en mi Moleskine muchas veces y todas ellas, en vez de tinta, el bolígrafo destilaba vida.
Me gusta porque al lado está la librería Shakespeare & Company, probablemente la más antigua de todo París, con sus rincones secretos y sus miles de libros apiñados en encantador desorden. Cuando compras un ejemplar, el dependiente le pone el sello de la casa, que dice: París, kilómetro cero. Y es que justo enfrente se encuentra el origen de la red de carreteras del país, a los pies de las torres donde Esmeralda y el jorobado disputaban amores.
Me gusta porque un poco más adelante hay un parque pequeñito, el de la iglesia de Saint-Julien le Pauvre, que se levanta a la sombra del árbol -éste sí- más viejo de todo París. Aquí, ¿recuerdas, Diego?, nos reímos un día hasta dolernos el estómago e incluso pasamos miedo mientras comíamos unas baguettes, tengo por ahí las fotos.
París está llena de rincones deliciosos, claro. Yo pienso que es la ciudad más bonita del mundo. Hay otras que tienen mar, o una orografía bendecida por Dios. Pero ni con todos esos dones han conseguido acercarse a la magia de la ciudad del amor.
No sé si será su urbanismo perfecto -gracias, barón Haussmann- o su arquitectura señorial. No, probablemente la clave esté en el charme de sus gentes, que lo mismo se encuentra en la financiera Montparnasse, que en la colorida Saint-Denis, que en este rincón que ya es mío para siempre.

Comentarios

Miguel Ángel G… (no verificado)

Te felicito, Ana, por ese bellísimo artículo, de indiscutible originalidad y valores literarios, y de envidiable cercanía a la capital de Francia.

ANA BUSTABAD ALONSO

Muchísimas gracias por estas palabras tan amables, Miguel Ángel, es un honor recibir un comentario así de un colega, mucho más de un maestro de periodistas. 

Jose Maria (no verificado)

Enorabuena por tu articulo, me ha hecho recordar Paris, mejor que si hubiera estado alli

ANA BUSTABAD ALONSO

 ¡Muchas gracias, José María! No sabes cuánto me alegra haberte llevado a París por unos minutos

 

Liliane Bodalo (no verificado)

Querida Ana, qué bello artículo sobre París! No has podido describir mejor la magia de esta ciudad que tanto enamora. Un homenaje a nuetra capital. Muchas gracias por tu trabajo. Liliane

ANA BUSTABAD ALONSO

 ¡Muchas gracias, Liliane! Que le guste a una francesa ilustre es el mejor piropo :)

Con firma relacionados