El turismo en Costa Rica alerta por la declaración de estado de emergencia

EXPRESO - 24.05.2011

Guanacaste. Costa RicaAnte las señales de recuperación del turismo en Costa Rica que indican un crecimiento del 8% para el primer trimestre del año 2011 respecto a la llegada de visitantes y conscientes que la industria no ha superado en su totalidad los efectos de la crisis, el sector turístico de Costa Rica ve con preocupación una eventual declaración de emergencia a la actividad, siendo éste, el peor escenario para la industria turística del país centroamericano.
La posición es presentada por Canatur, la Cámara Nacional de Turismo; CCH, la Cámara Costarricense de Hoteles; Cacore, la Cámara Nacional de Restaurantes; Acoprot, la Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo; Acot, la Asociación Costarricense de Operadores en Turismo; Acav, la Asociación Costarricense de Agencias de Viaje y la Red Nacional de Pequeños Hoteles.
Todas estas entidades consideran que la actividad turística no se encuentra en dicho estado, ya que los efectos negativos que vivió la industria, fueron parte de las repercusiones de la crisis que vivió el sector y califican que una eventual declaratoria generaría más puntos en contra que signos positivos.
Manuel Burgos, nuevo presidente de Cacore, ha manifestado que ‘el tema de declaratoria de emergencia no es viable por carecer de un fundamento objetivo, su intención es brindar respiro ante una situación de crisis que no es cierta y no es razonable ya que podría implicar una apreciación falsa sobre la situación real de Costa Rica. Esto originaría una imagen de deterioro del país y de nuestro sector empresarial; generando un clima negativo a la inversión, perdiendo competitividad dentro del área, ocasionando afectaciones en empleo y recursos, y con posibles aumentos de bienes y servicios’.
Los representantes de las cámaras sectoriales señalaron el deterioro de la imagen turística de Costa Rica, el cierre de la línea de crediticia para el sector, el freno a la inversión, el aumento de los costos de operación, el encarecimiento de los bienes y servicios y la inseguridad laboral, como los factores que traerían a colación una eventual declaratoria de emergencia para el sector turístico.
Una de las consecuencias más graves que traería consigo dicha declaratoria, sería la pérdida de la imagen positiva de Costa Rica como destino turístico.
Rubén Pacheco, vicepresidente de CCH, ha manifestado que ‘sería crear un nivel de incertidumbre hacia dos frentes: la atracción de visitantes y en las empresas mayoristas que ofrecen al país como destino. Por un lado se estaría incidiendo negativamente en la decisión de viaje del turista ante el errado pensamiento de que la calidad de la oferta turística costarricense será deficiente, y se desviaría a los mayoristas hacia destinos que presentan una mayor estabilidad’.
Pacheco recalcó que Costa Rica perdió dos puestos en el ranking de competitividad turística según el último informe del Foro Económico Mundial, por lo que esto representaría un factor más que restaría competencia al país.
El panorama de emergencia en la industria turística provocaría el cierre de la línea crediticia, siendo unos de los aspectos más preocupantes, ya que ante la calificación del turismo como una actividad riesgosa, los bancos estarían suprimiendo los créditos a los empresarios, eliminando la posibilidad del planteamiento de proyectos como remodelaciones, ampliaciones o simplemente el apoyo a los flujos de caja que los negocios necesitan para operar y cumplir con las entidades financieras.
El cierre del crédito produciría un freno para la inversión en la industria turística, según Juan Carlos Ramos, Presidente de Canatur, señalando que dicha medida ‘paralizaría inmediatamente la inversión en turismo en Costa Rica, debido a que los empresarios no invertirían en una actividad que en aspectos financieros se presenta como riesgosa’.
Los representantes del sector turístico de Costa Rica destacan que una declaratoria de tal envergadura incrementaría los costos operativos al mismo tiempo que encarecería los bienes y servicios que brindan las empresas turísticas, lo cual, a criterio de Yadira Simón, Presidenta de Acoprot, provocará un efecto de inestabilidad laboral, en un sector que genera alrededor de 110.000 empleos directos y 400.000 indirectos, según datos del Banco Central.
Expreso. Redacción. A.F

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