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Año Santo Lebaniego, una buena excusa para escaparse a Cantabria
EXPRESO - 04.11.2017
A los innegables atractivos de Cantabria se suma estos meses la posibilidad de ganar el jubileo del Año Santo Lebaniego, una oportunidad que nos conecta con más de 500 años de peregrinación a Santo Toribio de Liébana.
Liébana celebra el período jubilar desde 1512, porque guarda el trozo más grande de la Cruz de Cristo, el Lignum Crucis. No es la única referencia histórica en este territorio de los Picos de Europa, en el norte español. Esta zona es mágica porque en aquellos tiempos difíciles de la Alta Edad Media, aquí comenzaba la Reconquista de España.
La reliquia, elaborada con el mayor trozo del madero izquierdo de la Vera Cruz de Cristo, preside la ceremonia. La madre del emperador Constantino la dejó en Jerusalén cuando descubrió las cruces de Cristo y los ladrones. Está incrustada en una cruz de plata dorada de mediados del siglo XVI.
Esta reliquia, el Lignum Crucis, ha hecho que el monasterio de La Liébana sea uno de los cuatro centros mundiales de peregrinación con Año Santo (Roma, Santiago, Jerusalén y Liébana), lo que explica la abundancia de peregrinos.
Es el final del Camino, si la visita se hace a modo de peregrinación, o el principio, por qué no, si se aprovecha el viaje para descubrir esta preciosa zona de Cantabria.
Beato de Liébana, escritor español del siglo VIII, asesor de Carlomagno, ideólogo de la Reconquista, fue el impulsor del culto a Santiago como patrón de España, y origen de la vertebración de Europa con el Camino Jacobeo.
Después de muchos avatares históricos, en 1837 la comunidad monástica fue conminada a abandonar forzosamente el monasterio. Eran tiempos de desamortización que transcurrieron hasta que en el reciente 1961 fuera formalmente refundado.
Y también Liébana tiene su Camino de peregrinación. El más famoso es el que llega desde la costa, se separa del Camino del Norte en Muñorrodero, a 12 km de Vicente de la Barquera, y alcanza Liébana en cuatro jornadas.
El Camino Lebaniego discurre entre San Vicente de la Barquera y el monasterio de Santo Toribio. Para completarlo, se atraviesan los municipios de San Vicente de la Barquera, Val de San Vicente, Herrerías, Lamasón, Peñarrubia, Cillórigo, Potes y Camaleño.
Pero, ¿qué ofrece este camino? El peregrino efectúa su recorrido por parajes naturales de gran belleza jalonados de ejemplos capitales del patrimonio arquitectónico de Cantabria.
Además, une los Caminos Norte, o de la Costa y el Francés del Camino de Santiago a partir de las rutas leonesa y palentina que recuerdan los lazos históricos de la diócesis de Liébana con los reinos de León y Castilla.
Hay que tener en cuenta que el Camino Lebaniego cuenta con una credencial específica y un documento acreditativo de la peregrinación, llamado la Lebaniega. Muchos peregrinos hacia Santo Toribio, enlazan después los dos caminos de Santiago para conseguir ambos jubileos.
Los peregrinos disfrutan aquí de paisajes imponentes, historia, buena gastronomía montañesa, y un recorrido menos masificado que otros. Valles, costa y montañas para una ruta que desprende emoción, un viaje exterior e interior por estas tierras hermosas. Pero no es necesario llegar caminando para disfrutar del Camino ni para ganar la Lebaniega.
Las normas –esas sí imprescindibles- que marca la Iglesia para recibir el don de la indulgencia incluyen rezar un Padrenuestro, un Ave María y una oración por el romano Pontífice, comulgar y confesarse en esa fecha o en una próxima, un rango de 15 días.
En Santo Toribio hay un albergue para grupos de peregrinos, siendo punto de inicio hacia la ruta Vadiniense que lleva al Camino Francés hacia Santiago de Compostela.
Como colofón del Camino, hay que detenerse en Potes, villa histórica, para callejear y comerse un cocido lebaniego, que en tiempos fríos es una auténtica delicia. Sin olvidar probar el sabroso Queso D.O. Picón Bejes-Tresviso, un azul de cueva de Liébana del que ya se alimentaba el Beato.
Esta pintoresca villa de puentes y torres acoge cada segundo fin de semana de noviembre la tradicional Fiesta del Orujo. Su imponente Torre del Infantado alberga estos meses una exposición sobre ‘Los Beatos de Liébana’, con ediciones facsímiles muy interesantes.
Más información sobre el Camino Lebaniego
La web del Camino Lebaniego alberga toda la información necesaria para el peregrino, desde consejos útiles, hasta un mapa de la ruta, cuestiones prácticas como qué llevar en la mochila, y desde aquí mismo puede descargarse una aplicación para Android o iPhone.
Cómo llegar a Liébana
Situado al oeste de Cantabria, la salida natural del valle de Liébana es el desfiladero de La Hermida, una impresionante garganta de 20 kilómetros que desemboca en el mar Cantábrico por la localidad de Unquera. Los otros accesos del Valle de Liébana son el Puerto de San Glorio, que une Cantabria y León y el Puerto de Piedras Luengas, que une Cantabria y Palencia.
Tanto si se llega caminando como en coche, en invierno es conveniente venir abrigado y siempre con calzado cómodo pero, por su situación, rodeado de altas montañas, el Valle de Liébana cuenta con un microclima benévolo, así que no hay que fiarse mucho de las predicciones meteorológicas para la región, seguramente el tiempo sea mejor del esperado.
Dónde dormir
A pocos kilómetros del monasterio de Santo Toribio, unos veinte, se encuentra uno de los alojamientos de la red nacional de Paradores de Turismo, el Parador de Fuente Dé.
El magnífico desayuno es una buena manera de comenzar el día, y en cada habitación hay bastones por si el viajero decide caminar por estos Picos de Europa.
Construcción de montaña rodeada literalmente de un impresionante y escarpado paisaje de picos, está justo al lado de la salida del Teleférico de Fuente Dé, otro hito imprescindible en esta ruta que salva un desnivel de 753 metros, situando al viajero en los 1.823 metros de altitud en tan sólo 4 minutos.
Texto y fotos: Federico Ruiz de Andrés y Ana Bustabad Alonso
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