Tesoros de Honduras (V) Gracias, Lempira

Continuamos en la Ruta Lenca Maya entrando en la patria chica del mítico guerrero que puso en jaque a los conquistadores. El departamento de Lempira fue creado en 1825, un año después de la independencia de Honduras (*) y pocos meses antes de aprobarse la primera Constitución. Pero esa palabra es mucho más que una tierra, es el nombre del Héroe Nacional por excelencia, que luchó contra la ocupación española hasta el 1537, año de su muerte.

Algunas crónicas dicen que su nombre era Erandique, 'al que llamaban El Lempira', que significa 'el señor de la sierra' en lengua lenca. Y, desde 1931, lempira es también la moneda de curso legal en Honduras. Con el tiempo, además de símbolo de la resistencia contra los españoles, Lempira se convirtió en un ícono de carácter reivindicativo para la población indígena a nivel nacional; su efemérides se conmemora el 20 de julio. Ese día 'las escuelas de todo el país hacen dramatizaciones sobre la hazaña y muerte del Cacique'.

La capital del departamento, Gracias, es 'una de las ciudades más antiguas y valiosas de Honduras'. Fue fundada en 1536 con el nombre de Gracias a Dios y pronto vivió una de las etapas más gloriosas de su historia, ya que entre los años 1544 y 1549 fue sede de la 'Real Audiencia y Chancillería de los Confines de Guatemala y Nicaragua', antes de ser eclipsada por las ciudades de Antigua Guatemala y Comayagua. Está situada en las estribaciones del Parque Nacional Montaña de Celaque, candidata a Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo cual sin duda ha contribuido a su reciente pujanza turística.

Un buen lugar para iniciar la visita es el Fuerte San Cristóbal, un edificio militar ubicado en el cerro del mismo nombre, edificado durante el mandato del presidente Juan Lindo (que está allí enterrado), en 1850, para hacer frente a las amenazas de invasión de salvadoreños y guatemaltecos. Actualmente es un centro cultural con exposiciones permanentes. En la entrada hay varias esculturas y dos cañones traídos de la fortaleza de San Fernando de Omoa, en la costa atlántica de Honduras. También hay una placa, a modo de epitafio de Juan Lindo, con una frase suya: 'Puedes ser un gobernante odiado de tu tiempo, pero si quieres que te favorezca el voto de las generaciones venideras abre escuelas'. Ofrece buena panorámica de la ciudad y, cuando las nubes lo permiten, se divisa el pico Celaque, también llamado cerro Las Minas, que se eleva a 2.870 msnm y es el punto más alto de Honduras.

El Centro Histórico, de calles empedradas y casas mayoritariamente de planta baja, es Monumento Nacional y refleja su historia en algunos edificios de referencia imprescindibles en este recorrido. Uno de ellos es el conocido como la Audiencia de los Confines. Esta importante institución se ubicó en dependencias del Convento Mercedario, del que se conserva  la  fachada y parte de la casa parroquial de los mercedarios. De sus tres iglesias, de San Sebastián, de San Marcos y de La Merced, esta última es la más antigua, 1611, y monumento clasificado como Bien Cultural; su reconstrucción, después del terremoto de 1774, es de finales del siglo XVIII. Está bien conservada y se accede a ella a través de un amplio atrio amurallado.

La de San Sebastián es una de las más emblemáticas de Gracias, porque desde tiempos coloniales se representa aquí la ceremonia del Guancasco cada año en diciembre. 'Consiste en el traslado de los santos patronales entre la iglesia de Santa Lucía de Mexicapa (antiguo barrio de indios mexicanos) y esta iglesia. Se trata de una importante manifestación de la cultura intangible de los lencas de Honduras. Es fruto del sincretismo de las creencias originales de los lencas y la religión católica antigua, representando el encuentro de dos pueblos'.

Otra cita inexcusable es la Casa Galeano, antigua residencia del profesor Alberto Galeano, que pertenece hoy a la municipalidad y alberga un museo y Centro de Interpretación de la Mancomunidad Colosuca, con amplia información sobre los ritos y costumbres cotidianos de los municipios que la componen y sobre la historia y cultura de Gracias, incluyendo mitos, leyendas y aspectos de la cocina tradicional lenca. Fue reconstruida por Cooperación Española, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) y la alcaldía de Gracias, abriendo al público en 2006. Anexo a la casa se puede visitar también el Jardín Botánico, creado también por Alberto Galeano.

Entre tantos atractivos, destaca en Gracias la amabilidad de su gente; y si hemos de poner un nombre como ejemplo ese es el de Diana Lorena, alma de Dulces y Envasados Lorendiana, un mundo de sabores y colores de frutos y hortalizas locales encurtidos o en almibar, con más de un centenar de recetas. Y, con todo eso, el mayor deleite es la conversación con Diana Lorena, de la que tanto se puede aprender sobre los productos locales y las costumbres lencas, cuya sangre corre por sus venas.

Dos nombres: Para comer buenísimas y variadas pizzas en un marco encantador: KANDIL, pizza y café

                       Para alojarse como en familia: GUANCASCOS, Hotel & Restaurant

(*) Las Provincias Unidas de Centroamérica se independizaron de España en Septiembre de 1821, pero a partir enero de 1822 se unieron al Imperio Mexicano hasta 1823. Y en 1824 se fundó la República Federal de Centroamérica, compuesta por Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, que, entre grandes tensiones y varias guerras civiles, se disolvió en octubre de 1838, erigiéndose en cinco estados independientes.

Continuamos a la caza de tesoros (VI) en Comayagua.                                                           

                                                                            Texto y fotos: Manolo Bustabad Rapa