Tesoros de Honduras (III) Santa Rosa de Copán, un paseo urbano

Santa Rosa, cabecera del departamento de Copán, es la ciudad más importante del occidente hondureño. A pesar de ser una ciudad relativamente joven (nació en el siglo XVIII) acogió la capitalidad de la nación en varias ocasiones, siempre por motivos de seguridad y para defenderse mejor de los invasores procedentes de Guatemala y El Salvador. Fue en uno de esos períodos, concretamente en 1862, cuando se decretó que el país se llamaría República de Honduras en lugar de Estado de Honduras. Por eso es conocida también como ‘Santa Rosa de los Llanos, cuna de la República’, ‘Sultana de Occidente’ y otros sobrenombres que iremos descubriendo.

Santa Rosa, con una saneada economía basada en la exportación de tabaco y café; con un indudable encanto colonial, su banda de música, su catedral dedicada a Santa Rosa de Lima y muchas casas edificadas con bahareque, es además una ciudad con vocación turística, cuyos jóvenes se implican a través de la Comisión Ciudadana de Turismo, constituida por voluntarios que colaboran con la Cámara de Turismo. Esencialmente, las ofertas están ligadas a sus cultivos principales: organizando tours del café y tours del cacao, con activos clubs de gastronomía y cuarenta cafeterías implicadas, con visitas guiadas a su principal tabaquera... Vayamos por partes, entremos en la tabaquera.

Una factoría de tabacos de referencia: La Flor de Copán

Se iniciaron los cultivos de tabaco en la hacienda Los Llanos, dando lugar a los primeros asentamientos poblacionales, y tuvo tanto auge su cultivo a principios del siglo XVIII que en 1765 se creó la ‘Real Factoría de Tabacos’ de Santa Rosa de los Llanos, convirtiéndola en la localidad más importante en términos comerciales. Hoy ‘La Flor de Copán’ es la continuadora de aquella industria pionera y está abierta a la visita de turistas, si bien con prohibición de hacer fotos; aun así resulta amena e instructiva.

En La Flor de Copán trabajan unas 800 mujeres, que son el 75 % de la plantilla. El tabaco que se utiliza para la tripa es cultivado, a menos de hora y media de la fábrica, por cosecheros a los que proveen de semillas bajo el control de un genetista cubano. A la factoría llega curado (dos cosechas al año, en abril y en octubre) y aquí se fermenta a 105 ºF en pilas tapadas con lonas. Después del despalillado se almacena varios meses en pacas. Sin embargo las hojas para bandas y capas son de importación, mayoritariamente de Nicaragua y Brasil. Las marcas que salen de aquí son ‘1875’, ‘Reserva’ y ‘Romeo y Julieta’, que, si bien nació en Cuba en 1875, se elabora en Honduras desde el 2002. El ‘maestro mezclador’ es el que da la característica a cada una de ellas.

 Lo que más aprecia el cliente es la estandarización del producto, por eso se cuida rigurosamente la homogeneización de los puros. Para ello es determinante la sensibilidad del especialista bonchero (boncho: puro sin capa) a la hora de elegir las hojas adecuadas para lograr uniformidad; es el momento del acabado, fijando las capas con goma hecha a base de yuca y agua. Una vez que están en cajas de 100, pasan una noche en una cámara con humedad constante; después se almacenan dos semanas en una cedro room que tiene capacidad para 2.800.000 puros; y al final pasan 5 días a -14 ºC. Y ya están listos para la exportación: de los 20 millones de puros anuales, el 71 % se irá a los Estados Unidos de América.

Tour de las cafeterías en el casco histórico

Un buen sitio para iniciar el tour urbano es la cafetería de la propia Cámara de Turismo, en la planta baja del quiosco de la música, en el centro del Parque Central, también conocido como Jardín La Libertad, enfrente a la catedral. Nos pone en situación Elisabet Rivera, ‘barista y guía de café’, que nos acompañará por la ciudad; allí  vamos familiarizándonos con algunas de sus variedades: 'parainema', 'nicafé90', 'lempira', 'obatá'...; otras de origen salvadoreño, como el 'pacamara', o costarricense, como el 'villa sarchí'...; y nos enteramos de que para hacer un café bastan 16 gramos. Y nos dejamos llevar de cafetería en cafetería para colmarnos de aromas, saborear buenos cafés y seguir aprendiendo lo importante que es la altitud para el cultivo del café en este clima subtropical.

Primero en Café La Taza, donde Edi Sarmiento nos prepara uno de ‘La Camotera’, una finca del departamento de Lempira, en el lugar de Las Flores, a 1.480 m.s.n.m. Y seguimos en el Cocoa Cofee Shop, en el que Mariela Escobar nos cuenta cómo incorpora el cacao en su finca de café, a 1.630 m.s.n.m., en el departamento de Ocotepeque.

En Kaldis Kofee, Salomé Cardosa nos presenta sus variedades 'pacás', 'catuaí' y 'bourbón', de su finca a 1.650 m.s.n.m., y nos cuenta el origen del nombre, porque Kaldis fue el pastor que, observando cómo sus cabras se excitaban al comer las hojas de cierto arbusto, allá en África, descubrió el café.

Y como remate, que también podría ser aperitivo, el Timochenko, un café y también una marca de licores de frutas que nacieron en 1942 y continúa Esperanza Espinosa (tercera generación), que ahora hace también licor café, y se hicieron tan famosos que ya forman parte de la Marca País Honduras.

Y, ya que estamos en la Ruta del Café, procede una visita a la Hacienda Montecristo.

                                                                  Texto y fotos: Manolo Bustabad Rapa