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La Semana Santa de Valladolid en siete iglesias del centro
EXPRESO - 25.03.2013
‘Este cáliz apártalo de mí
Texto y fotos: Federico Ruiz de Andrés
Muchos han llegado a definir la Semana Santa de Valladolid como una de las principales exposiciones de imaginería religiosa y fervor público del mundo. Y en verdad podemos contarla como toda una manifestación que conjuga la exaltación de lo religioso con una representación eminentemente artística, digamos parateatral.
Estos días dan a los creyentes un motivo de reflexión. Al resto les ofrece una posibilidad, sin duda única, de ver la ciudad recorrida por unas imágenes que el resto del año descansan en museos, en iglesias o en conventos, alejadas de unas calles que ya saben de primavera.
La Semana Santa también ha contribuido en Valladolid a configurar una determinada manera de ser, un modo de comportamiento de sus vecinos. Así, son muchos los que ven estos días reflejarse durante el resto del año en el comportamiento ciudadano, en la manera de asistir a actividades, en su introspección, en su fervor interior, o en la manera que aquí se tiene de reverenciar el teatro. Culta Valladolid, ávida de escena, necesitada de plasmar la Pasión en los escorzos trazados por gubia y cincel.
La dramaturgia de la Semana Santa de Valladolid llega hasta las vanguardias teatrales de los años 60 y 70 del pasado siglo. Así se habla de que fueron muchos los actores y directores quienes viajaban a Valladolid para descubrir las obras de la imaginería castellana del XVII, a descifrar sus secretos, a tomar apuntes de su expresividad y aplomo, para poder trasladar su mensaje desde la madera a la escena.
La Semana Santa ha sido recientemente definida en Valladolid como ‘el espíritu de un pueblo que ha hecho del dolor escuela de aprendizaje y que encuentra en el Misterio el triunfo final y definitivo de la vida’. Muerte y vida, la danza de la muerte. Qué mejor argumento para estas fechas.
Todos destacan que su historia se inicia en el remoto siglo XV, que su periodo de oro fue el de los siglos XVII y XVIII. Apenas media docena de Cofradías eran sus protagonistas. Después de innumerables avatares, la Semana Santa de Valladolid, como hoy se conoce, es fruto del trabajo del Arzobispo Gandásegui. En los años 20 decidió impulsar la recuperación de sus pasos, de su restauración, así como la constitución de nuevas Cofradías.
Diecinueve son las Cofradías que hoy se cuentan en Valladolid. La más antigua, de 1498, la de la Santa Veracruz. También de finales del siglo XV es la Cofradía de la Orden Franciscana Seglar y ya, del siglo XVI, la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo o la de Nuestra Señora de La Piedad.
Los pasos de la Semana Santa de Valladolid destacan como las mejores piezas de escultura policromada de todo el mundo. Imagineros como Gregorio Fernández o Juan de Juni han puesto el producto de su trabajo a disposición de vallisoletanos y visitantes y recorren sus plazas y calles en procesiones en donde impera el silencio, la sobriedad y el respeto.
Las flores adornan los pasos, pero no hace falta mucho adorno. Las tallas se llevan toda la admiración por sí solas. Velas, cirios y capirotes, nazarenos con su túnica. Todo en Valladolid inspira un hondo sentimiento por su Semana Santa.
El insigne poeta vallisoletano, Jorge Guillén, en un poema titulado ‘Viernes Santo’, concreta así el resumen de este día:
‘Este cáliz apártalo de mí./ Pero si es necesario...’/ Y el cáliz, de amargura innecesaria,/ fue llevado a la boca, fue bebido./ La boca, todo el cuerpo,/ el alma del más puro/ aceptaron el mal sin resistencia.
Es viernes hoy con sangre:/ sangre que a la verdad ya desemboca./ Y entonces.../ Gemido clamoroso de final./ Un centurión ya entiende./ Lloran las tres Marías. Hombre sacro./ La Cruz’.
Miguel Delibes también supo definir, en extracto, esta Semana Santa de Castilla:
‘Se ha dicho que Castilla es lacónica y sobria. La belleza y personalidad de su Semana Santa habrá de buscarse, pues, en su sobriedad y su laconismo. Esto no quiere decir que el espectador sea insensible al drama que se desarrolla ante sus ojos, sino todo lo contrario. En el alma del pueblo borbotea un sentimiento de revancha porque sabe que, a la postre, Cristo resucitará y los sayones, sus verdugos, caerán de espaldas. El presentimiento de esa hora, de ese final feliz, le hace soportar, aparentemente impávido, las dolorosas incidencias del camino del Calvario’.
El Jueves Santo, cuando el Cristo de la Luz recupera la penumbra de su Palacio, es hora de cumplir con una tradición:
La visita a las siete iglesias
Vamos a centrarnos en este reportaje en una jornada importante de la Semana Santa vallisoletana, en el Jueves Santo y más en concreto en las siete iglesias a visitar.
Recuperamos así una costumbre popular en la que los fieles visitan siete Iglesias o Templos en donde se encuentra el Sagrario, el Santísimo Sacramento expuesto y resguardado para la comunión del Viernes Santo.
El recorrido que se realiza a las siete Iglesias es una tradición romana que se ha extendido por el mundo. Pero, ¿por qué siete iglesias? La explicación se debe a los siete recorridos que hizo Jesús desde el Jueves Santo hasta el Calvario.
Desde tiempo inmemorial es costumbre seguida la visita a Siete Monumentos o la visita a las Siete Iglesias como recuerdo a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo que también fue encaminado por distintos lugares para iniciar su Pasión.
Guardan estas visitas una relación con las siete Estaciones del Vía Crucis, ya sea el tradicional o el basado en los Evangelios, que comienza con la Agonía en Getsemaní, en donde en siete de sus Estaciones se lee la Palabra y se medita acerca de los siguientes pasajes bíblicos que conmemoran los diversos traslados a que se vio sometido Cristo por las casas de las distintas autoridades en el proceso que culminaría en el Calvario:
1º.- El recorrido por Jesús desde el lugar de la Ultima Cena, hasta el Huerto de los Olivos;
2º.- Del huerto a la casa de Anás;
3º.- De ahí a la casa de Caifás;
4º.- El tránsito al pretorio de Pilato;
5º.- De Pilato a la casa del Rey Herodes;
6º.- Cuando es llevado por segunda vez ante Pilato y
7º.- El recorrido hacia el Calvario con la Cruz a cuestas.
Afortunadamente en Valladolid esta tradición se mantiene viva y son numerosos los fieles que aguardan turno para meditar ante la presencia del Santísimo Sacramento en los suntuosos Monumentos que las Iglesias cobijan, donde durante unas horas recibirá la adoración- acción de gracias por el sacrificio al que se entrega- el Santísimo Sacramento, presencia de Cristo real y viva, y conscientes de ello aún se utiliza el término tradicional de Monumento, evitando en la composición de estos Lugares de Reserva la forma de sepulcro.
Vamos con las siete propuestas de iglesias a visitar en el Jueves santo en Valladolid:
1. Parroquia de San Andrés Apóstol
Sede de la Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo del Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura. La iglesia parroquial de San Andrés tuvo su origen en una ermita dedicada a este Apóstol, existente ya en el siglo XII. Era en su recinto en donde recibían sepultura los ajusticiados y en ella reposó el cuerpo exánime del afamado Condestable Don Alvaro de Luna.
No hay que perderse cinco imágenes destacables:
- Camino del Calvario, de Gregorio Fernández, 1614
- Cristo Camino del Calvario, Miguel A. González y Jose A. Saavedra, 2009
- Santisimo Cristo Despojado, Jose A. Hernández Navarro, 1993
- Nuestra Señora de la Amargura, Leocricio Rodríguez de Monar, 1949
- Preparativos para la Crucifixión, de Juan de Ávila, 1679
Dónde: Plaza de San Andrés, 2. Detrás del mercado. Se accede por la calle Mantería.
Muy cerca: La iglesia de San Andrés se ubica en el corazón de una zona muy comercial, como la peatonal calle Mantería. También en las inmediaciones, dos mercados destacan sobremanera: la marquesina de la Plaza de España con frutas, verduras y flores y el Mercado tradicional de la calle Panaderos.
2. Iglesia de Santiago Apóstol
En plena calle de Santiago, el cogollo comercial de la ciudad. La iglesia es sede de la Cofradía de las Siete Palabras, famosa por los siete pasos que representan las frases que Jesucristo dijo en la cruz.
Hablamos de una de las cofradías más numerosas y de sus pasos destacan:
- Padre, perdónales porque no saben lo que hacen. El Cristo es de Gregorio Fernández, 1610.
- Hoy estarás conmigo en el Paraíso, anónimo, primer cuarto del S.XVII.
- Madre, ahí tienes a tu Hijo. El Cristo es de Francisco del Rincón y la Virgen y San Juan son obra de Gregorio Fernández.
- Dios mío, Dios mío, porqué me has abandonado. Anónimo, segundo cuarto s.XVI.
- Sed tengo. De Gregorio Fernández, 1612-1616
- Todo está consumado. El Cristo anónimo del s.XVII; la Virgen, San Juan y la Magdalena, seguidores de Gregorio Fernández, sobre 1650.
- En tus manos encomiendo mi espíritu. El Cristo es de Pompeyo Leoni, mediados del s.XVIII; los ladrones son copia de los de Gregorio Fernández ubicados en el Museo Nacional de Escultura.
Dónde: Atrio de Santiago, 2. Junto a la plaza Mayor, se accede por la calle Santiago.
Muy cerca: Los alrededores nos ofrecen de todo, bien sea tiendas, grandes superficies o bares y restaurantes. El entorno de la Plaza Mayor nos brinda las famosas tapas de Valladolid, raciones y buenas mesas para el yantar más clásico o el más innovador. Como pautas, la zona de Correos, la plaza del Coca o los pubs más de noche del entorno de la calle de San Lorenzo.
3. Iglesia de Nuestra Señora de la Vera Cruz
En la Calle de la Platería, actúa de sede de la cofradía más antigua de Valladolid, la Cofradía Penitencial de la Santa Vera-Cruz, datada en 1498, de la Cofradía Penitencial de la Oración del Huerto y San Pascual Bailón, de 1939 y de la Cofradía del Santo Cristo de los Artilleros, más moderna, que data de 1944. Destaca su fachada clasicista, diseño de Diego de Praves.
Los pasos e imágenes que podemos admirar son:
- Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalen, anónimo del s. XVI
- Oración del Huerto, de Andrés Solanes, sobre 1629
- El Señor Atado a la Columna, de Gregorio Fernández, sobre 1619
- Santo Cristo Ecce-Homo, de Gregorio Fernández, hacia 1620
- El Descendimiento, de Gregorio Fernández, sobre 1623
- Cristo del Humilladero, anónimo del siglo XVI
- Dolorosa de la Vera-Cruz, de Gregorio Fernández, 1623
- Lignum Crucis, anónimo, de la primera mitad del s.XVI
Dónde: Rúa Oscura, 1. Al final de la calle de la Platería, Platerías, comúnmente conocida.
Pero ¿por qué es muy importante conocerla?, porque Francisco de Salamanca, el arquitecto de Felipe II planteó un proyecto que se considera como el punto de partida del urbanismo moderno.
La calle significó todo un hito urbanístico, para España, para América y con importantes repercusiones en Italia. A lo largo de muchos años fue la principal calle gremial de Valladolid, la de los plateros.
Muy cerca: Subiendo por Rúa Oscura se llega a la plaza de los Arces, y a continuación a la plaza de San Miguel, dos zonas clásicas para tapear en Valladolid.
4. Iglesia de San Benito
Una de las más antiguas de Valladolid, fue construida a comienzos del siglo XVI dotándose de un estilo gótico. Su peculiar fachada fue diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón, construyéndose medio siglo más tarde que el resto de la iglesia.
En la actualidad falta la parte superior de las dos torres principales, derribadas a finales del siglo XIX por su mal estado. Aquí tiene su sede la Cofradía del Santo Sepulcro y del Santísimo Cristo del Consuelo. Hay que ver:
- Santísimo Cristo del Consuelo (Gregorio Fernández, hacia 1610
- Nuestra Señora de la Alegría, de Miguel Ángel Tapia, 1997
Dónde: San Benito, 3. Muy cerca del Ayuntamiento y del parque de Poniente.
Muy cerca: La iglesia se encuentra junto al tradicional Mercado del Val, hoy en fase de reactivación comercial. También, en las inmediaciones, destacan las zonas de vinos y tapas de Correos y la zona de pubs de San Miguel.
5. Iglesia de Las Angustias
Se trata de la sede de la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, que es una de las más antiguas con alrededor de 400 años de existencia.
Sus pasos son estos:
- Ntra. Sra. de las Angustias, de Juan de Juni, posterior a 1561
- Cristo de los Carboneros, de Francisco del Rincón, siglo XVII
- San Juan y María Magdalena al pie de la Cruz, de Gregorio Fernández, sobre 1621
- San Juan y María Magdalena al pie de la Cruz
- Cristo Yacente, del Taller Vallisoletano, siglo XVII
Dónde: Angustias, 6. Frente al Teatro Calderón. También muy cerca de la Catedral y de la iglesia de la Antigua.
Muy cerca: Frente a su portada, el famoso Teatro Calderón, sede de la Seminci, la Semana Internacional de Cine de Valladolid, un evento que se apodera de la ciudad cada mes de noviembre.
6. Iglesia de San Miguel y San Julián
La iglesia de San Miguel, la de ‘las cadenas’, es sede de la Cofradía del Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte. Esta iglesia parroquial de San Miguel y San Julián, del siglo XVI, es una copia fiel de la colegiata de Villagarcía de Campos.
El retablo relicario fue construido en 1613. De Gregorio Fernández es la imagen de San Francisco Javier, e igualmente el relieve de la Anunciación. Entrando en el presbiterio están las estatuas de los arcángeles San Rafael y San Gabriel de Gregorio Fernández.
No hay que irse de la iglesia sin visitar la magnífica sacristía, así como el relicario que en ella se encuentra.
Destaca su paso de El Descendimiento, conocido por ‘el reventón’, puesto que en 1941 un hombre murió aplastado al caerse en un descuido de los que lo portaban. Sus imágenes son:
- El Monte Calvario, de Pedro de Sierra, sobre 1738
- Cristo Yacente, de Gregorio Fernández, hacia 1630
- El Descendimiento, de Gregorio Fernández, 1623
Dónde: Concepción, 3. Junto al palacio de Fabio Nelli –actual Museo Arqueológico-.
Muy cerca: La Plaza del Viejo Coso, la primera plaza de toros construida en Valladolid, es ahora una plaza coqueta con curiosa forma octogonal, casi escondida, que ofrece un remanso de paz en pleno centro. Tras la iglesia, la zona de copas de San Miguel.
7. Iglesia Parroquial de Santa María La Antigua
La iglesia de La Antigua es una de las más representativas de la ciudad, siendo sede de la cofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, una cofradía que se creó con especial dedicación a acompañar las imágenes de la procesión del Santo Entierro.
Conserva todavía restos románicos, como la torre, uno de los símbolos de la ciudad de Valladolid, y su claustro norte, que recuerda al de las Huelgas de Burgos y cuya cronología entra ya en el siglo XIII. En sus orígenes fue capilla privada del fundador de la ciudad, el Conde don Pedro de Ansúrez.
El retablo mayor, labrado por Juan de Juni, actualmente se encuentra en la catedral vallisoletana. Los pasos que acoge son:
- Santro. Cristo de la Preciosísima Sangre, de Genaro Lázaro Gumiel, 1953
- Santo Cristo del Olvido, de Pedro de Ávila, 1720
Dónde: Arzobispo Gandásegui, 2. Muy cerca de la catedral y de la plaza de Portugalete.
Muy cerca: En sus inmediaciones, la zona de vinos, la zona universitaria con varios bares y pubs, así como destacados mesones para tomar unos aperitivos o las afamadas tapas de Valladolid.
Más información en la Red:
Sociedad Mixta para la Promoción del Turismo de Valladolid www.info.valladolid.es
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