24 horas en Buenos Aires: imágenes desde el ómnibus

Un solo día en esta inmensa y deslumbrante urbe da poco de sí, por eso aprovechamos todos los minutos para, con ayuda de la ‘Nikon’, registrar cada imagen novedosa; el color de los inmensos parques, algunos verdaderos bosques urbanos, sorprendidos en plena explosión primaveral (primeros días de octubre); plazas y calles clásicas y tópicas; barrios, edificios y monumentos famosos y de nombres rimbombantes…

Incluso desde el ómnibus, a pesar de refracciones, reflejos, pringues de los vidrios y obstáculos inesperados o insalvables. Nos habría gustado recorrerlo todo caminando, tomar las fotos eligiendo el encuadre, pararnos a leer cada inscripción, platicar con los paseantes…, pero los 1.440 minutos eran inflexibles.

Así son las fotografías que les brindamos en esta ruta visual desde el ómnibus.

Dejamos atrás ‘la Boca’ poniendo rumbo al Norte y el primer disparo nos descubre toda una barriada de nueva planta construida directamente bajo la Autopista 25 de mayo, probablemente en el nudo con Autopista Dardo Rocha. Sobran los comentarios.

A nuestra derecha, diques por medio, se extiende Puerto Madero, un barrio de alto standing.

Siguiendo el mismo rumbo, pero ahora por Leandro N. Alem, nos cruzamos con Corrientes, identificada por el ‘Obelisco’ en el cruce con Avda. 9 de Julio.

La Plaza del Libertador General San Martín nos ofrece bellos contrastes de los desnudos árboles más remolones, tras las vallas con mensaje, en esa variante de nuestro idioma que tanto llama la atención al otro lado del ‘charco’: ‘Disculpá las molestias’.

Antes de sobrepasar la Plaza San Martín, captamos esta imagen de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. El ‘Edificio Kavanag’, de 1936, con sus 120 metros, fue el edificio de hormigón armado más alto de Sudamérica; considerado ‘hito histórico internacional de la ingeniería’, por la Asociación de Ingenieros Civiles de los Estados Unidos; y declarado Monumento Histórico Nacional por la UNESCO en 1999.

Un minuto después, divisamos la Casa Bullrich, una de las galerías comerciales más elegantes, antigua casa de remates de toda clase de objetos de colección o caballos purasangre, entre otros, desde el último tercio del siglo XIX.

A nuestra izquierda dejamos el Palais de Glace, primera pista de patinaje entre 1911 y 1921, hoy Centro de Exposiciones.

En la inmediata Plaza de Alvear se yergue la bella estatua ecuestre del General Carlos Mª de Alvear, obra de Antonio Emilio Bourdelle, discípulo de Rodin. En las cuatro esquinas del pedestal están representadas ‘la Libertad’, ‘la Victoria’, ‘la Fuerza’ y ‘la Elocuencia’.

Siguiendo por la Avenida del Presidente Figueroa Alcorta, nos encontramos, en la Plaza de las Naciones Unidas, con la Floralis Genérica, una escultura metálica de 23 metros de altura, con pétalos que se cierran por la noche y se abren de nuevo cada mañana. Fue donada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano e inaugurada en 2002.

Desde el ‘bus’ no podíamos evitar la valla.

En la calle del Mariscal Ramón Castilla nos topamos con la embajada de España.

Quién dijo que una camioneta de mudanzas no puede ser artística.

Rincones encantadores en el enorme parque que es la Plaza de Sicilia.

En el encuentro de la Avda. del Libertador con la de Sarmiento, está ubicado desde 1910 el Monumento a la Carta Magna y a las Cuatro Regiones Argentinas, más conocido como Monumento de los Españoles.

Fue un regalo de España con motivo del centenario de la independencia argentina. En mármol blanco, la República en lo más alto; al pie, alegoría del trabajo.

La representación de las regiones se realizó con grupos escultóricos en bronce, uno en cada esquina: Los Andes, La Pampa, El Chaco y la Mesopotamia americana. Autor, el escultor Agustín Querol y Subirats.

Detalle de un grupo escultórico de bronce en la base del Monumento de los Españoles.

Bonito coche de caballos a las puertas del Jardín Zoológico.

En la Plaza de Alemania, con entrada desde la Avda. del Libertador nos encontramos con el Ágora de la Paz de la artista Marta Minujín, un espacio para conciertos, conferencias, narraciones en vivo…, todo con entrada libre y gratuita.

Este ‘templo’, forrado con 25.000 libros editados por la propia artista, estuvo montado entre los días 3 y 13 de octubre, en el marco del programa ‘Democracia 30+30. Una mirada al futuro’ del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

Seguiremos contándoles nuestro paso por esta maravillosa ciudad. No podemos olvidarnos de la huella de Evita. La buscaremos aunque sea fugazmente.

Expreso. Texto y fotos: Manolo Bustabad Rapa

Lee el capítulo anterior:

24 horas en Buenos Aires: La Boca

No te pierdas el siguiente capítulo en Expreso:

24 horas en Buenos Aires: Siempre Evita