Si viajas por trabajo, en Escocia te vas a divertir

EXPRESO - 15.02.2011

Texto y fotos: Ana García Iglesias Un viaje de negocios puede adquirir el carácter de inolvidable si el destino escogido es Escocia

Texto y fotos: Ana García Iglesias

Un viaje de negocios puede adquirir el carácter de inolvidable si el destino escogido es Escocia. Una tierra que recibe al visitante con gran amabilidad y que ofrece mil posibilidades tanto para el ocio como para el trabajo, una tierra única donde se mezclan tradición y modernidad.
 
Existen muchos lugares dignos de visitar y perfectos para cualquier encuentro, ya sea un gran congreso o una pequeña reunión. Pero lo mejor de Escocia es que ofrece propuestas muy, muy originales; desde las más clásicas, a las más divertidas. 
Las principales ciudades, Glasgow y Edimburgo, cuentan con aeropuertos internacionales y están perfectamente comunicadas entre sí por carretera, así como con toda la zona sur de Escocia, donde multitud de castillos de cuento y campos de golf se cuelan entre los impresionantes parajes naturales.
Si lo que se busca es una ciudad con encanto, ésa es, sin duda, Edimburgo.
La majestuosa capital escocesa recibe al visitante presidida por su Castillo, situado en lo alto de la colina, a la que se llega a través de la Milla Real, calle comercial y turística por excelencia.
Desde sus murallas se puede divisar toda la ciudad y, además de contar con cafés y tiendas de souvenirs, ofrece numerosas salas para reuniones o banquetes, donde un encuentro de negocios se puede convertir en un evento de ensueño.
Una propuesta diferente que ofrece la ciudad es el Yate Real Britannia, atracado en el puerto de Edimburgo desde mediados de los años 90, cuando fue decomisado a la familia real británica.
 
Se puede visitar de día libremente, sin embargo, para las veladas se viste de largo y se convierte un cóctel o una cena de trabajo en lo más elegante, con un sofisticado servicio y un trato excelente del personal de a bordo.
Otra de las muchas sorpresas que existen en la capital escocesa es el Edimburgh Internacional Climbing Arena, uno de los centros interiores de escalada más grandes del mundo.
El EICA es perfecto para una jornada de incentivo practicando escalada en algunas de sus paredes de diferente dificultad; ideal para conferencias en su sala multimedia dotada con la más moderna tecnología; para celebrar reuniones o eventos en sus diferentes salones o un gran banquete de hasta 1.800 personas en su espacio principal.
Por lo que respecta al alojamiento, las posibilidades en Edimburgo son muy variadas. Si se busca algo tradicional y con encanto, una buena opción es el Hotel du Vin.
 
Está situado en lo que antiguamente era un asilo en la parte histórica de la ciudad. Este coqueto hotel boutique cuenta con 47 habitaciones y suites, un pequeño restaurante, bar y vinoteca, así como con diferentes salas para cenas, eventos o reuniones.
Si, a pesar de estar en una ciudad histórica, se prefiere algo más moderno, el Hotel Missoni es una elección perfecta. Se trata del primer hotel en el mundo abierto por la casa de moda italiana y conjuga a la perfección su estilo contemporáneo y colorista con el Edimburgo más medieval.
Situado en pleno centro de la ciudad, este hotel de 5 estrellas cuenta con diferentes tipos de habitaciones y suites, salas privadas de diversos tamaños y un moderno bar-restaurante con una cocina de altura, todo ello decorado y diseñado por la firma Missoni.
Como contrapunto a Edimburgo, Glasgow es una ciudad mucho más cosmopolita. Con un pasado industrial, no es tan impresionante como la capital, sin embargo, callejeando se descubre su belleza en lugares como la plaza George Square o la Galería de Arte Moderno. Además, es la ciudad más grande y moderna de Escocia, que ofrece al visitante opciones muy sofisticadas.
Un ejemplo de ello es el Corinthian Club, un edificio histórico que antiguamente albergaba un banco y que en la actualidad se ha reconvertido en un club de lo más elegante.
En su interior se pueden encontrar una gran oferta de espacios repartidos en cinco pisos. El más imponente es su majestuoso salón, coronado por una impresionante cúpula, ideal para un desayuno de trabajo, el típico té de las 5 o un cóctel antes de cenar.
Además, cuenta con diferentes salas apropiadas para organizar cenas u otros eventos, e incluso con una especie de taberna donde disfrutar de una velada más informal con unas tapas acompañadas de una cerveza.
También tiene un pequeño casino abierto hasta altas horas de la madrugada, y otros locales con diferentes ambientes en función del tipo de entretenimiento que se busque.
Las opciones de alojamiento en Glasgow también son abundantes. Si lo que se quiere es lujo y comodidad en un emplazamiento histórico, nada mejor que decantarse por el más moderno hotel de 5 estrellas hasta la fecha.
El Blythswood Square Hotel se sitúa en un edificio de principios del siglo XIX, que fue sede del Real Club Escocés del Automóvil hasta el año 2002. Incluso fue uno de los 8 puntos de salida del Rally de Montecarlo.
Hoy en día es un lujoso hotel situado en el centro de Glasgow que cuenta con 100 habitaciones de diferente categoría, un completísimo spa, un elegante restaurante, diversos bares (entre ellos el histórico Rally Bar) y numerosos espacios y salas para eventos y reuniones.
Si se prefiere salir de la ciudad y buscar la tranquilidad y belleza de la campiña escocesa, nada mejor que desplazarse hacia el suroeste de Glasgow hasta llegar al condado de Ayrshire.
En lo que se podría denominar ‘la casa del golf’, se encuentra el Turnberry Resort, un complejo hotelero de más de 100 años de antigüedad situado en plena costa frente al mar de Irlanda.
Con la apariencia de una imponente casa de campo, cuenta con todas las comodidades propias de un hotel de 5 estrellas, completamente reformado, perteneciente a la cadena Starwood.
Su completo spa, sus amplios salones, bares y restaurantes, sus 14 estancias privadas y sus más de 200 habitaciones y suites, hacen de este complejo el lugar ideal para cualquier viaje.
Además, dentro del completo programa de su Activity Centre, el hotel ofrece diferentes paquetes y actividades, ya sean deportivas o de ocio, tanto para grupos privados como corporativos, entre las que se incluyen clases de golf, rutas en bicicleta, o tours por algunas de las localidades de la región.
No lejos de allí, al borde de un acantilado en la costa sur de Ayrshire, se encuentra el castillo Culzean, uno de los más importantes de la región, en cuanto a historia y tradición, que data del siglo XV.
En él pueden organizarse diferentes eventos: desde una boda o una convención, hasta una jornada de incentivo, que puede incluir diferentes actividades tradicionales escocesas.
Por ejemplo, aprender a tocar la gaita y otros instrumentos, hacer de pastor acompañando a un perro y su rebaño, o cocinar platos típicos de la zona.
La empresa local Maximillion, especializada en la organización de todo tipo de eventos, ofrece una gran variedad de actividades personalizadas a gusto del cliente.
Como culminación del viaje, una buena alternativa es celebrar una cena de gala al más puro estilo escocés. Para ello, en el mismo condado de Ayrshire se encuentra el Brig o’Doon House.
Situado en un emplazamiento de ensueño, rodeado de unos frondosos jardines a orillas del río Doon, es un lugar habitualmente elegido para la celebración de bodas y citas muy especiales.
Para amenizar y dar el toque escocés definitivo, nada mejor que contar con la presencia de los Tenores Caledon, capaces de convertir cualquier actividad en toda una fiesta tradicional escocesa.
Resulta interesante saber que el poeta y tesoro nacional Robert Burns, cuyo espíritu estará presente en toda celebración, era natural de esta tierra; así como que los habitantes de Ayrshire se muestran especialmente orgullosos de la presencia de Elvis Presley en el cercano aeropuerto de Prestwick, allá por los años 60, única vez que el cantante pisó tierra británica.
Por ello, no es de extrañar que algunos de los momentos más divertidos de una velada en Ayrshire, de mano de los tenores, sean cuando proclaman el ‘Discurso al Haggis’, obra de Burns, o cuando se convierten en unos improvisados Elvis a la escocesa, interpretando canciones del rey del rock vestidos con sus mejores kilts al estilo Las Vegas.
No es más que otra prueba de las infinitas sorpresas que nos ofrece Escocia como destino de turismo de negocios. Una tierra donde una reunión de trabajo o un evento profesional pueden convertirse, sin duda, en una experiencia divertida.

Agradecimiento:

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