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Experimenta la Andalucía mística y peregrina
EXPRESO - 26.04.2022
Hace apenas unos días que hemos celebrado su Resurrección en esta tierra de Andalucía que, como decía Machado, cada primavera anda pidiendo escaleras para subir a la Cruz.
Y si el Hijo de Dios volviese a la Tierra tendría probablemente acento andaluz porque es imposible que algún niño sea más feliz que el Divino Pastorcito mecido arriba y abajo por los caminos de luz de las Marismas de Huelva con su Madre, que este año recorrerá de vuelta a la aldea del Rocío tras tres años muy, muy largos en Almonte.
El Rocío, la peregrinación
No hay en toda España santuario mariano ni romería que congregue al año a tantos miles de fieles como el de la Virgen del Rocío, rodeado de marismas en la provincia de Huelva. Cada primavera, envuelta entre entornos naturales de gran belleza e importancia ecológica, El Rocío se llena a rebosar con peregrinos venidos de todo el mundo que arropan a la Reina de las Marismas.
Esta pequeña aldea del municipio de Almonte es uno de los lugares más pintorescos de Andalucía y merece la visita en cualquier momento del año. Fuera de las fechas señaladas la tranquilidad es absoluta: con sus casitas blancas, sus caballos y sus calles de tierra parece más bien un antiguo poblado de las películas del Oeste.
Todo cambia con la romería que se celebra en Pentecostés, al terminar el tiempo pascual, cuando millares de peregrinos llegan desde Huelva, Sevilla, Cádiz y otros muchos lugares, a pie, a caballo, en carretas o carrozas engalanadas, atravesando una parte del Parque Nacional de Doñana. Una experiencia apabullante y mística.
Dólmenes de Antequera, la espiritualidad ancestral
No es el Rocío la única muestra de una religiosidad popular que en Andalucía se ha ido enriqueciendo con el paso de los siglos. No en vano en estas tierras del sur de España el carácter especial, diferente, de sus gentes, de su paisanaje, favorecen una alta carga espiritual y religiosa que se remonta a la Antigüedad.
Ya antes de que España fuese la Hispania romana, los íberos adoraban a sus diosas de la fertilidad en las cuevas y santuarios jiennenses, mientras que en los Dólmenes de Antequera los antiguos ritos estaban relacionados con los ciclos solares.
Precisamente en esta localidad de la provincia de Málaga, donde la Porra antequerana sabe a gloria, se encuentra el conjunto formado por tres monumentos megalíticos -el tholos del Romeral y los dos dólmenes de Menga y Viera- que son el eje principal del Sitio de los Dólmenes de Antequera, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2016, en el que también se amparan los monumentos naturales del Paraje Natural Torcal de Antequera y la Peña de los Enamorados.
Construidos en el Periodo Neolítico y la Edad de Bronce, el más antiguo de ellos es el Dolmen de Menga, con aproximadamente 6000 años de antigüedad, el más espectacular por la dimensión de las enormes losas de sus paredes y techo.
Grandes figuras del misticismo en Andalucía
Andalucía es un gran escenario espiritual de fe y cultura que se ha ido enriqueciendo a lo largo de la historia con figuras de la mística tan importantes como Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz.
La santa abulense anduvo de fundaciones por estas tierras andaluzas en las que sufrió de calor, ya que esta región del sur de España tiene un clima mucho más benigno que su Ávila natal. Por eso es buena idea aprovechar cualquier momento del año excepto quizá el verano para viajar tras sus huellas a Beas de Segura (Jaén), donde fundó su primer convento; comer unas magdalenas de las monjas del Convento de la Santa en la ciudad de Jaén o seguir sus pasos por las calles de Sevilla, adonde la doctora de la Iglesia llegó en mayo de 1575.
El primer convento que fundaba Teresa en la capital hispalense estaba en la calle de Armas (hoy Alfonso XII). Su hermano Lorenzo de Cepeda aportó el peculio suficiente para el segundo convento de las descalzas: 6.000 ducados de oro, en la antigua calle de la Pajarería, hoy calle Zaragoza. Su casa ha sufrido amplias transformaciones pero puede verse todavía similar a como era gracias a una última reforma de 1924.
Poco antes de su marcha de Sevilla, la santa funda el convento de San José del Carmen, ‘Las Teresas’, en el barrio de Santa Cruz, donde las monjas se ocupan hoy en sus labores de bordados y encuadernación de libros.
Precisamente este convento lo reorganizó en 1586 otro místico, San Juan de la Cruz, que anduvo también por estas tierras andaluzas.
Fray Juan se convierte en el primer fraile que sigue a la santa de Ávila en su proyecto reformador. Estos intentos de reforma de las órdenes monásticas lo llevaron a prisión durante 9 meses en un convento, en cuyo cautiverio escribió su obra cumbre «Cántico espiritual». Al salir de ella se refugió en un convento de Jaén y continuó con la reforma, fundando varios conventos por Andalucía, donde llegó a ser nombrado Vicario Provincial de la orden de Carmelitas Descalzos; pero sus enfrentamientos con la jerarquía religiosa lo llevaron a sufrir nueva prisión en el convento de la Peñuela, en Sierra Morena, donde culminó la escritura de sus principales obras.
Úbeda, Baeza, La Carolina, Beas de Segura… En la provincia de Jaén se concentra una gran parte de los lugares y rutas sanjuanistas. Úbeda ocupa un lugar primordial porque aquí se encuentra y se puede visitar el Convento-Museo que alberga el lugar donde murió y estuvo enterrado el Santo, con importantes reliquias.
En la misma ciudad de Úbeda y dejando por un momento de lado el Cristianismo se puede experimentar algo de la espiritualidad de los antiguos judíos con una visita a la sorprendente Sinagoga del Agua. Especialmente en la mañana del solsticio de verano, cuando los rayos del sol inciden sobre el agua de la sala de baño ritual de purificación o Mikveh y después va retirándose escalón por escalón en un mágico espectáculo. Esos días se hacen visitas especiales con actividades paralelas.
También en Andalucía se pueden encontrar las huellas de San Juan de Ávila, otro importante doctor de la Iglesia Católica. En Montilla (Córdoba) está todavía -y se puede visitar- la casa donde vivió, la parroquia donde predicaba, su basílica y el monasterio que dirigía espiritualmente. Una ruta que necesariamente ha de incluir buenos vinos, gastronomía y experiencias sorprendentes.
Más información
Y, por supuesto, Andalucía es mucho más. Su enorme extensión, tan diversa paisajísticamente, y un clima y una riqueza cultural increíbles hacen que en Andalucía se puedan disfrutar experiencias místicas y peregrinas que acarician el espíritu de cualquier viajero.
Texto: Ana Bustabad Alonso. Fotos: Turismo Andaluz y archivo de Expreso.
NOTA DEL EDITOR: Este reportaje ha sido elaborado con la colaboración de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía.
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