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Islas y playas brasileñas para descubrir en baja temporada
EXPRESO - 25.03.2025
Con el fin del verano sudamericano y la despedida del carnaval, Brasil ofrece alternativas de ecoturismo con buen clima casi todo el año, además de precios más atractivos para una inmersión completa en la naturaleza.
ABROLHOS, Bahía
Compuesto por cinco islas, el archipiélago de Abrolhos alberga la mayor biodiversidad marina del Atlántico Sur, según el Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad, ICMBio.
Con aguas cristalinas y cálidas, el archipiélago está ubicado al sur del estado de Bahía, en el Océano Atlántico, y funciona bajo el régimen de parque nacional, con custodia de la Marina y del Gobierno Federal.
De las islas, solo está permitido el desembarco en Siriba, pero las excursiones de buceo están habilitadas en toda la región, con guías autorizados. La mayoría de los turistas visitan Abrolhos para el avistamiento de las ballenas jorobadas, que pasan el verano en el Océano Antártico, donde se alimentan, y se trasladan a la costa brasileña (principalmente Bahía y Espíritu Santo) para las temporadas de apareamiento y nacimiento, especialmente en los meses de julio a noviembre.
Los amantes del buceo no deberían perderse la excursión al arrecife de Timbebas, y la inmersión de madrugada, donde aparecen especies no visibles durante el día. Cabe destacar que las excursiones son aptas para buceadores amateurs.
Mejor época para visitar: julio y noviembre para el avistaje de las ballenas jorobadas (baleias jubarte), pero el clima es bueno todo el año. De diciembre a marzo son los mejores meses para bucear, ya que la visibilidad alcanza los 20 metros.
Cómo llegar: el viaje puede demorar un poco, porque hay que volar hasta Porto Seguro (vale hacer una pausa en esta vibrante ciudad de playa) y de allí hacer un trayecto de 256 km hasta Caravelas, desde donde se toma el barco hasta Abrolhos.
Como no es posible pernoctar en las islas, los visitantes se alojan en un catamarán en alta mar, con todos los servicios incluidos.
ILHABELA, São Paulo
Situado en la costa norte de São Paulo, Ilhabela es un archipiélago formado por 19 islas e islotes. Por su proximidad con la ciudad más poblada del país, Ilhabela atrae cada año a más de un millón de turistas a sus 42 playas, que se combinan con cascadas de agua dulce y senderos para recorridos en medio de la naturaleza.
Uno de sus puntos a favor es que la mayoría de sus playas son de fácil acceso en auto, por lo que se puede visitar más de una durante la estancia.
Algunas ineludibles son Pacuíba (semidesierta y cuyas aguas se encuentran con un riachuelo de agua fresca) y Perequê, la más concurrida (con bares, hoteles y embarcaderos para excursiones a las islas).
En las playas de Saco da Capela, Pequeá y Engenho d'Água, se pueden practicar actividades como canotaje y stand up paddle. Jabaquara, otra playa, exige llegar en auto rústico, pero luego se despliega en un hermoso arenal que se mezcla con la desembocadura del río, formando piscinas naturales.
Laje, Saquinho y Areado son las mayores cascadas de la isla y merecen una visita. Ilhabela también es reconocida internacionalmente por sus festivales musicales, regatas y encuentros de birdwatching. Spoiler alert: los borrachudos (una especie de mosquitos) abundan en la zona y solo desisten con repelentes a base de citronella.
Mejor época para visitar: abril y mayo, momento en el que hay garantía de sol, mejores precios y menos afluencia de turistas.
Cómo llegar: La distancia entre São Paulo e Ilhabela es de 203 km. La mejor forma de acceder es en auto hasta São Sebastião y luego tomar una balsa (aunque la distancia entre ambos lugares es de poco más de dos kilómetros). Los transbordadores funcionan las 24 horas del día con salidas cada media hora. Otra opción son los barcos alquilados para pocas personas, accesibles a través de servicios de uso compartido.
ILHA DO AMOR Y ALTER DO CHÃO, Pará
Ilha do Amor es apodada el ‘Caribe amazónico’ por sus aguas calmas y quiscos para comer y beber con los pies en la arena. La península tiene vista al Lago Verde, por un lado, y al río Tapajós, por el otro.
Una vez en la Ilha do Amor, vale la pena tomar el sendero que va hacia Serra da Piraoca, donde se llega a un mirador que permite una vista panorámica de las playas, del río Tapajós y, enfrente, de Alter do Chão, un pueblo de 6.000 habitantes que es el punto de partida de un litoral de 100 kilómetros de playas bañadas por los ríos Tapajós y Arapiuns, con el verdor selvático como marco.
Alter do Chão es la base para explorar las riberas de los ríos Tapajós y Arapiuns. La arena blanca que resalta en la ribera fluvial durante la estación seca -conocida como ‘Verano Amazónico’- forma un conjunto de playas paradisíacas; algunas son accesibles a pie, en kayak o en auto y otras están casi desiertas, como es el caso de Ponta do Cururu y Ponta do Muretá.
Alter do Chão también es el único lugar de la Amazonia donde confluyen las llamadas ‘tres aguas’: el Tapajós, las aguas negras del río Arapiuns y las del Amazonas. Entre agosto y febrero, las aguas del río retroceden, revelando hermosas franjas de arena clara y aguas translúcidas.
Mejor época para visitar: el período conocido como ‘Verano Amazónico’, especialmente entre los meses de agosto y diciembre, cuando las lluvias cesan casi por completo, el nivel del río baja y se forman las playas.
Cómo llegar: Alter do Chão se encuentra al oeste del estado de Pará, al norte de Brasil. Distante 1300 km de la capital -Belém-, lo mejor es tomar un avión hasta la ciudad de Santarém, que recibe vuelos regulares desde varios destinos de Brasil y queda a solo 34 km de Alter do Chão.
ILHA GRANDE, Rio de Janeiro
Parte del municipio de Angra dos Reis, Ilha Grande es la octava isla más grande de Brasil y la mayor del estado de Rio de Janeiro. Sus casi 200 kilómetros cuadrados tienen historia: fue habitada por los indígenas tamoios y tomada por los portugueses.
Asimismo, recibió la visita de Dom Pedro 2º, sirvió de cuarentena a los enfermos que llegaban a Brasil y albergó una prisión. Solo a mediados de la década de 1990, empezó a desarrollarse como destino turístico. Ilha Grande tiene 193 kilómetros cuadrados, más de 100 playas y pequeños islotes que se pueden visitar a través de excursiones colectivas o privadas; es un destino perfecto para una experiencia de ecoturismo, porque combina vida marina con la vastedad de la vegetación y varios senderos y cascadas.
La principal zona de Ilha Grande es Vila do Abraão, donde se encuentran las principales infraestructuras de la isla, como mercados, un centro de salud, posadas y el puerto donde llegan y salen los barcos que conectan la isla con el continente (Angra dos Reis y Mangaratiba).
A excepción de ambulancias y vehículos de servicio, los autos no están permitidos allí. El agua del mar, a veces cristalina, otras en tonos verdosos, es un espectáculo en sí mismo.
Mejor época para visitar: Los mejores meses para ir son abril, mayo y junio, y los más secos, junio, julio y agosto.
Cómo llegar: Ilha Grande está situada a 150 km de la ciudad de Rio de Janeiro y el trayecto suele hacerse por vía terrestre hasta Angra dos Reis, pero hay aeropuertos más cercanos como los de Jacarepaguá y Mangaratiba, especializados en vuelos regionales, que pueden acortar el trayecto desde la capital carioca.
MARAJÓ, Pará
A unas tres horas en barco de Belém, capital de Pará, la isla de Marajó está situada al norte del país, en la desembocadura del río Amazonas. Es la mayor isla costera de Brasil y el mayor archipiélago fluvial-marítimo del mundo.
Con una naturaleza prácticamente intacta, destacan para el turismo los municipios de Soure y Salvaterra, donde el paisaje incluye playas de río, sabanas inundadas, manglares y arroyos.
Soure tiene cuatro polos de playa: Barra Velha, Pesqueiro, Céu y Caju-una, todos de aguas cálidas y con quioscos cercanos para degustar la gastronomía regional, basada en pescados amazónicos y moluscos que se encuentran en los manglares.
La pequeña comunidad local (los ribeirinhos), conserva su arquitectura típica de casas de madera, algunas elevadas; allí familias enteras pasan el día trabajando en actividades extractivas y viendo pasar a los turistas. Desde la comunidad de Pesqueiro, los turistas pueden dar un paseo en barco por ríos y arroyos.
El paisaje, aún intacto, revela las bellezas del Amazonas. En el río, se pueden observar los guarás, aves de pico largo cuyas plumas son de color rojizo porque se alimentan de cangrejos. Pero los animales característicos de la región no son las aves sino los búfalos, cuya leche es la base de la comida local.
En Salvaterra, dos imperdibles: la playa de Joanes y las ruinas de la iglesia jesuita de Nossa Senhora do Rosário, legado de la presencia de los jesuitas en la región. Mejor época: De junio a noviembre, cuando el clima es más seco y las lluvias menos frecuentes. El clima es cálido y húmedo todo el año.
Cómo llegar: Para llegar a la isla de Marajó, se toma un ferry desde el Terminal Hidroviario de la ciudad de Belém, la capital de Pará, que este año será sede de la COP30, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará entre el 10 y el 21 de noviembre.
Expreso. Redacción. J.R
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