Tesoros de Honduras (I)

Son múltiples y apasionantes las razones para visitar Honduras, por eso queremos compartir con nuestros lectores las impresiones de un corto pero intenso recorrido por la zona occidental, siguiendo algunas de las rutas promocionadas por el Instituto Hondureño de Turismo. Para ello iniciamos con este artículo una serie que hemos bautizado como 'tesoros' merced a su riqueza natural, cultural, paisajística y humana, además de un enorme potencial arqueológico e interesante historia.   

‘...pródiga la naturaleza en sus dones, ha encerrado en los relativamente estrechos límites de Honduras una variedad de panoramas, de climas y de producciones que no tienen rival en el mundo’. Esto escribía allá por 1849 el periodista, diplomático y arqueólogo aficionado norteamericano, Efraim George Squier, sin duda conocedor del extraordinario legado maya y también de la inmensa riqueza de su subsuelo, con abundancia de minerales codiciados, en una naturaleza exuberante y misteriosa. Y añadía: ‘La República de Honduras, que será probablemente un día el país más rico de la América Central, es actualmente el más pobre, debido a la falta de vías de comunicación’.               

Hoy, ciento setenta y cinco años después, las comunicaciones terrestres evolucionan lentamente. Por ejemplo, para llegar desde el aeropuerto de Palmerola (Comayagua) a Copán Ruinas, al lado de la frontera con Guatemala, un recorrido de 326 kilómetros por Santa Bárbara, hay que invertir seis horas y media. A cambio (y quizás por esa ralentización) Honduras sigue ofreciendo al viajero la posibilidad de empaparse de naturaleza, con múltipes tipos de bosque y lugares todavía inexplorados; de detenerse en algún poblado para conocer sus tradiciones, con peculiares fiestas y gastronomía propia; de admirar sus sitios arqueológicos, con las ruinas mayas mejor conservadas del mundo; de disfrutar de su rico patrimonio colonial, de la biodiversidad de sus bosques, de una historia vibrante...

La Ruta Lenca Maya, que atraviesa los departamentos de Copán, Lempira, Intibucá y La Paz, en el extremo suroccidental de Honduras, es un verdadero santuario para los apasionados de la arqueología, que podrán deleitarse en las Ruinas de Copán y el Sitio Arqueológico El Puente; un paraíso para los amantes del café, que disfrutarán desde la visita a una hacienda cafetalera hasta el callejeo en Santa Rosa de Copán, para degustar sus infinitos sabores.

Ruta muy buscada además por los amantes de la naturaleza, ya que en Lempira se encuentra el Parque Nacional Celaque, con 266 kilómetros cuadrados delimitados en 1987 para proteger el Cerro las Minas o Pico Celaque, punto más alto de Honduras, a 2.870 m. s. n. m. También es un lugar privilegiado por la historia, imprescindible para analizar las tensiones poscoloniales en la Centroamérica del siglo XIX, que parecen converger mayoritariamente en Gracias, Lempira.

Ruta del Lago de Yojoa. Está situado entre los departamentos de Cortés, Santa Bárbara y Comayagua, por lo que es paso obligado para los desplazamientos desde la capital, Tegucigalpa, hacia San Pedro Sula y la costa Norte, o hacia Santa Bárbara y la frontera con Guatemala. Esta posición privilegiada lo ha convertido en una parada obligatoria para los numerosos viajeros, que encuentran aquí innumerables restaurantes especializados sobre todo en pescados del propio lago. También es punto de referencia para los amantes de la naturaleza, por su proximidad a dos Parques Nacionales, el Cerro Azul Meámbar, al Este, y el Montaña Santa Bárbara, al Oeste; además del Parque Ecoarqueológico Los Naranjos y el Bioparque Paradise, al Norte.

En definitiva, un lugar repleto de bosques, cuevas, cascadas, termas..., ideal para el deporte, el relax y la observación de gran diversidad de flora y fauna. Si recorremos la zona en diciembre, una excursión imprescindible es asistir a la quema de las Chimeneas Gigantes de Trinidad, un evento cultural nacido en 2001 que desde entonces no ha parado de crecer. La villa de Trinidad, hermanada con la ciudad española de Valencia, está a 32 kilómetros (39 minutos) de Santa Bárbara y a 80 (1 hora y 23 minutos) de Pito Solo, a orilla del lago Yojoa.

Ruta Maravillas Coloniales. Por lo que respecta a lo que hoy es Honduras, sus costas ya habían sido visitadas por Colón durante su IV viaje, en 1502. Y precisamente este año, 2024, se cumplen quinientos de la desastrosa expedición de Hernán Cortés a las Hibueras (nombre que se le daba entonces a Honduras), disputando el territorio, entre otros, a Gil González Dávila, que había llegado ese mismo año  en marzo. Años más tarde, Cortés encargaría la conquista a Pedro de Alvarado. A partir de ahí se inicia el periodo colonial, que ha dejado su impronta en fortalezas, iglesias y villas, visitables en todo el país, cuyo ejemplo destacable es la ciudad de Comayagua.

En Tesoros de Honduras (II) iniciaremos la Ruta Lenca Maya, deteniéndonos en Copán.

Texto y fotos: Manolo Bustabad Rapa