Cuenca, mucho más que la ciudad de los sombreros ‘panamá’

EXPRESO - 15.05.2009

Texto: Federico Ruiz de Andrés Fotos: Ana Bustabad Alonso

A finales del siglo XIX, cuando se construía el canal de Panamá, algunos comerciantes llevaron sombreros desde la ciudad de Cuenca, en Ecuador, para poder vendérselos a los trabajadores, quienes los compraron enseguida pues daban la protección necesaria sin molestias por peso o calor. 
De ese humilde origen, los sombreros de paja toquilla fueron escalando reconocimiento social hasta que Napoleón III los puso de moda al usar uno de estos hermosos sombreros.
sombreros panamá de Homero Ortega
La historia de este tipo de sombreros, conocidos en medio mundo cono ‘panamás’, es bastante curiosa y una visita a la fábrica de Homero Ortega, en Cuenca, nos sacará de dudas. Esta es la fábrica de sombreros de paja toquilla más famosa del Ecuador.
Coronado ya por la paja toquilla, uno recibe unas peculiares sensaciones cuando llega a la ciudad; la Cuenca baja, por cuyas orillas paseas bordeando el río Tomemamba; cuando notas una cierta similitud a su homónima ciudad manchego – española al contemplar las que también llaman casas colgadas.
Cuenca en cerámicaEstamos en la tercera ciudad del Ecuador en cuanto a población; una ciudad que ha tenido que pervivir en cierto aislamiento con el paso de los siglos. Pero es más bien un aislamiento geográfico; con sólo recorrer sus calles nos percatamos de las distintas influencias artísticas que marcaron su urbanismo y arquitectura.
El Tomemamba delimita la ciudad colonial, al norte, con sus casas del barranco dando la bienvenida. Y ya, la moderna ciudad que se expande hacia el sur con barrios modernos, edificios, centros comerciales y amplias avenidas sin especial interés.
Es una ciudad de interior, en la provincia del Azuay, a unos 2.500 metros sobre el nivel del mar, situada en la parte sur de la cordillera andina. Cuenca llegó a ser la antigua segunda capital del Imperio Inca, cuando era conocida como Tomebamba, al abrigo del rigor excesivo del clima andino.
Cuenca fue conquistada por los españoles en 1533 y fue fundada como ‘Santa Ana de los Ríos de Cuenca’ en honor a su homónima española por su fundador, el virrey de Lima, Andrés Hurtado de Mendoza, quien encargara su fundación en 1557 a Gil Ramírez Dávalos.
Llamas en Cuenca
Tres siglos abarcaron su periodo colonial, unos años en los que la ciudad consolida su personalidad mestiza de interesantes rasgos: sensible, amante del paisaje, conservadora de sus bienes, tranquila y laboriosa. Así Cuenca se enriqueció por el comercio de sus artesanías, especialmente de sus tejidos, pero también a la explotación y trabajo de los metales.
Otro rasgo de mestizaje, evidente en el paseo por sus calles, fue la apropiación de un modelo arquitectónico proveniente, sobre todo, de Andalucía.
Esta circunstancia va a marcar su rostro urbano, su carácter de villa colonial, en pleno período republicano. Como mérito adicional que hoy agradecemos está el de haber conservado en el centro histórico la traza geométrica en damero, respetando la división del espacio urbano por barrios, de acuerdo con la ocupación de sus habitantes.
Ya en el siglo XVIII la ciudad pasa a ser una de las más pobladas del antiguo Reino de Quito.
calles de Cuenca
El centro histórico de Cuenca está constituido por una ciudad de aires coloniales, pero que es, en verdad, republicana, pues la mayoría de sus construcciones proceden del siglo XIX. También perviven algunos edificios del XVIII, sobre todo los conventos de clausura, el del Carmen y el de la Inmaculada Concepción, parte de la antigua catedral, y unas pocas casas particulares.
Pero lo que resulta particularmente atractivo es el aire homogéneo del conjunto, que tan sólo se ve alterado por algunos alardes de insulsa y chocante modernidad, en edificios de las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo XX.
interior de la catedralAntes que nada, conviene decir que Cuenca merece un sosegado paseo por sus históricas rúas. Escuchar cómo se comunican entre sí los cuencanos, con ese cierto tono cantarín.
Sus animadas calles durante el día, se transforman en un remanso de paz coincidiendo con la llegada de la noche. Nadie diría que cerca de medio millón de cuencanos por aquí residen.
El centro histórico exhibe casas tradicionales con aleros, fachadas que se engalanan con yeserías en forma de guirnaldas o semicolumnas, cenefas y medallones.
Podemos apreciar interesantes trabajos en madera, balcones en madera tallada y hierro forjado, puertas y ventanas fruto de e interiores con patios, jardines y salas de techo pintado o de metal policromado, que llegaron a importarse de los Estados Unidos y de Europa.
Y es que las ricas familias burguesas de principios del siglo XX hicieron posible estos alardes.
La República trajo a Cuenca un boom económico motivado por las exportaciones que rentaban altos ingresos y estilo neoclásico en los edificios.
Ya en los años 30 y 40 del siglo XX, el art-decó constituye un no va más en la moda constructiva.
Por lo que se refiere a la arquitectura religiosa, destacan las iglesias de san Francisco, del Carmen, las dos catedrales, san Alfonso, santo Domingo y otras que albergan parte esencial de su patrimonio arquitectónico, escultórico y pictórico.
La catedral nueva destaca por disponer de un baldaquino, madera y pan de oro, que es una réplica del de la basílica de San Pedro.
Aneja a la de san Sebastián, la que fuera primera parroquia de indígenas, estaba la primera plaza de toros. Cuentan que aquí fue asesinado un integrante de la misión geodésica gala, en el fragor de una corrida, al descubrirse sus amoríos con una joven cuencana.
Efectivamente, por aquí anduvo la ‘misión geodésica francesa’ quien, gracias a la cúpula de la catedral vieja, pudo llevar adelante las mediciones de los meridianos y los paralelos.
librería del museo de las ConceptasPara quien desee visitar museos, son de tener en cuenta los de la Concepción, conocido como de las Conceptas, calificado como el mayor centro de arte religioso del sur del país.
Por su parte, el Remigio Crespo guarda una serie de piezas relacionadas con la ciudad y su historia y el de Arte Moderno, es la sede de la importante Bienal Internacional de Cuenca.
Cuenca es, también, destacada por sus pequeñas plazas, como la de las Flores y los parques –san Sebastián, Calderón, san Blas- que invitan a un descanso en el diario trajín a los cuencanos.
La cultura ciudadana se traduce en que desde el siglo XIX se la conozca como la ‘Atenas del Ecuador’, sin duda debido a la gran cantidad de personajes ligados a las humanidades, las artes y las letras que ha producido o a las siete universidades en ella ubicadas.
Perviven aún en Cuenca muchos rasgos de la ritual y mágica cultura de los pueblos aborígenes prehispánicos que tuvieron un interesante sincretismo con las costumbres trasladadas desde España.
Esto se puede observar con mayor claridad en las formas de la cultura popular cotidiana que se expresan con intensidad en fiestas y conmemoraciones religiosas, tanto en Cuenca como en los más pequeños pueblos de su alrededor azuayo.
Aquí todos acuden a las fiestas del Durazno en Gualaceo, en marzo; la fiesta del Cuy en Ricaurte, febrero o la fiesta de la Caña en Santa Isabel durante el mes de septiembre.
En Cuenca ciudad destacan el Septenario, el Corpus Christi y el 24 de diciembre se realiza el Pase del niño, que reúne a una gran cantidad de niños y jóvenes que desfilan revestidos con ropajes típicos de la época.
fiesta nocturna en el VadoYa el 6 de enero se celebra el desfile de comparsas por la fiesta de Reyes Magos. Conocida como la fiesta de Inocentes, es una forma de recordar el sacrificio de los niños inocentes ordenado por Herodes en la época cristiana.
El tradicional desfile constituye una forma caricaturesca y alegre del pueblo de representar mediante disfraces y comparsas, una especie de teatro popular callejero, a los personajes políticos o famosos de la ciudad el país o el mundo.
Una forma de marcar el espacio o límites de las ciudades que fundaban los españoles en territorio americano y de resguardarlas de posibles males, consistía en establecer un cinturón de iglesias y cruces en sus alrededores.
Los barrios más tradicionales de la ciudad son el de san Sebastián y el de Todos los Santos, que celebran esta fiesta el 2 de mayo con una clásica maratón que recorre la ruta que une a estos sectores.
Con más intensidad se vive la conmemoración en el Vado, al suroccidente del centro histórico y junto al barranco del río Tomebamba, en donde se suceden diversos juegos pirotécnicos nocturnos.
Una pequeña nota etnográfica para definir a la mujer tradicional cuencana, la chola. Se denomina de esta manera porque son el resultado del mestizaje indo-hispánico, es decir de la mezcla de los indios Cañaris con los españoles.
cuy a la brasaSu descendencia es española, hablan el castellano.  Dentro de la familia existe un matriarcado, donde la mujer es la que manda ya que el hombre, el chazo, apenas pisa el hogar.
Se dedican a la agricultura y suelen cultivar el maíz, ya que con él preparan los conocidos mote pillo, mote pata y mote sucio, la chicha y el motecillo.
Como trabajo artesanal elaboran finas filigranas, trabajos en oro y plata y paja toquilla. 
La vestimenta tradicional del hombre ha desaparecido por completo.
La mujer es quien conserva su traje típico consistente en el sombrero de paja toquilla de color blanco, el cabello largo hecho trenzas y, como adornos, los pendientes de plata o candongos de bronce.
Las blusas de seda están bordadas a mano. Se cubre la espalda con una macana, una falda ancha y zapatos de tacón bajo de charol negros.  Es la única comunidad que usa zapatos en lugar de alpargatas.
Cuenca fue declarada en 1999 como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Hoy la ciudad suele ser considerada como la más atractiva del Ecuador.
Y si estos datos enmarcan nuestra visita artística, nada mejor para reconciliarnos con el cuerpo que el homenaje gastronómico a una ciudad que tiene varios secretos culinarios que ofrecer.
El afamado cuy, las cobayas, son el plato por excelencia de la zona. Fundamentalmente es la comida típica del barrio del Vado.
Pequeñas tortillas de maíz; empanadas de maíz o de viento rellenas de queso; locro de papa, una especie de espesa sopa de patata con queso fresco, huevo cocido y aguacate. Y el famoso seco de chivo de maíz en donde el seco no es seco, sino carne estofada con salsa. Como postre, un exquisito flan de naranjilla.
plaza de las Flores
La plaza de las Flores es, sin duda, uno de los rincones cuencanos de mayor encanto. Situada tras la catedral, un colorido mercadillo de flores se exhibe cada día junto a la iglesia de Carmen de la Asunción, la de las madres carmelitas establecidas en 1680. Dentro, el púlpito adornado con espejos llamaba poderosamente la atención a los indígenas.
En el acceso a la iglesia, un local te vende el ‘agua de Pítimas’, jarabe de rábanos y vinos de misa. Las monjas también venden crema de limón ‘para la limpieza del rostro’ y un vino reconstituyente ‘con vitaminas, para el cerebro’.
La catedral se levanta en 1567, diez años después de la fundación de la ciudad. Era, en sus comienzos, iglesia para los españoles, conocida como iglesia del Rosario y no fue tildada como catedral hasta comienzos del siglo XIX.
torres de la catedral
La torre sur es la auténtica referencia científica del edificio. Ya hemos hablado aquí de la misión geodésica francesa quienes usaron su pináculo como vértice para determinar un arco de meridiano terrestre. Por eso, en la torre levantada en 1868 se puede leer una inscripción que dice: ‘Torre más célebre que las pirámides de Egipto’.
La planta hotelera cuencana es algo austera, destacando cuatro instalaciones calificadas como de lujo, como el Oro Verde, unos 18 hoteles de primera categoría y una decena de segunda aunque, desde aquí vamos a destacar el empeño en ir rehabilitando edificios para destinarlos a pequeños y coquetos hoteles boutique de colonial arquitectura que, poco a poco, van proliferando por el centro de la ciudad, como el Chordeleg, el Crespo o el Mansión Alcázar.
soportales en la entrada de la catedral
Uno sintió la necesidad de tomar un refrigerio antes de abandonar la ciudad. Aconsejado por los lugareños, lo hizo en uno de los bares que más tarde cierran. El Akelarre, que pertenece al Hotel Inca Real y se ubica en el centro de la ciudad con un ambiente muy acogedor.
Se trata de un restaurante típico español regentado por Íñigo, donostiarra afincado en Cuenca y que al margen de poderse degustar tapas hispanas, se realizan periódicos cine-fórums y otras actividades culturales, albergando buena parte de la noctámbula intelectualidad cuencana.
 
Agradecimientos:

Comentarios

belia espinoza (no verificado)

buenos dias quisiera saber los costos de los sombreros al precio por mayor posiblemente yo este por cuenca y me gustaria visitarlos y quisiera tener una idea para hacerme un presupuesto de mis compras y buestra direccion exacta muchas gracias por una respuesta atte belia espinoza.

ssicandpaul (no verificado)

Buenos dias,
Somos una marca de ropa y estamos buscando tejido de rafia tipico de los sombreros para poder crear nuestros diseños. Era para preguntar si sólo os dedicáis a vender el sombrero acabado o si también podríais proporcionarnos tejido para otros fines...
Gracias!

Raúl Sarmiento (no verificado)

Buenas noches, estoy en un proyecto me gustaría que me ayudara con su dirección y telef de su fábrica, para poderlos ir a visitar y poder hablar mejor, y con quien podría coordinar una cita.

Ing. Raúl Sarmiento Orellana

Gracias por su atención

andres guapache (no verificado)

hola estoy interesado en hacer compras de sombreros de paja toquilla para el exterior !! quisiera saber si manejan una lista de precios del producto asi seria mucho mas facil para poder cotizar precios y hacer el pedido ...gracias