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Altos Pirineos franceses, bicicletas y milagros cerca de las estrellas
EXPRESO - 23.06.2012
La ‘Ruta Miguel Induráin’ es un itinerario en homenaje al gran campeón español, vencedor de la vuelta gala entre los años 1991 y 1995
Texto y fotos: Ana García Iglesias
Cumbres de 3000m, valles increíbles, circos naturales, aguas termales… la provincia francesa de Hautes-Pyrénees, o Altos Pirineos, situada al sur del país, ofrece toda una serie de parajes impresionantes, ideales para el turismo de montaña, tanto en la temporada de esquí como en el resto del año.
Aproximadamente el 50% de su superficie está protegida dentro del Parque Nacional de los Pirineos, el más grande de los seis que hay en Francia, y aquí se encuentran algunas de las cumbres míticas del Tour de Francia, la carrera ciclista más famosa del mundo, pero también uno de los lugares más sagrados de la cristiandad, Lourdes.
Una de ellas es el Col du Tourmalet, una de las etapas más duras del Tour. Al llegar al puerto, situado a 2115 metros de altitud, nos damos cuenta de su importancia.
Una escultura de un ciclista corona la cima, más estatuas y placas conmemorativas, e incluso un divertido panel donde hacerse una foto recordatorio de la ascensión al puerto. Una tienda de souvenirs y un bar-restaurante, en cuyas paredes cuelgan multitud de fotos de diferentes épocas del Tour, completan este lugar legendario.
Es tal el vínculo de los Altos Pirineos con el ciclismo, que todos los puertos están acondicionados con diferentes paneles informativos y otras instalaciones pensadas principalmente para los amantes de este deporte.
Algunos de ellos, como Luz Ardiden, Hautacam y el propio Tourmalet, cuentan, desde el verano pasado, con el sistema de cronometraje ‘Timtoo Timing’, que mediante un microchip que porta el ciclista, recogen sus tiempos y le permiten medir su capacidad y esfuerzo.
La ‘Ruta Miguel Induráin’ es un itinerario en homenaje al gran campeón español, vencedor de la vuelta gala entre los años 1991 y 1995.
Esta ruta recorre los 232 kilómetros que separan Soulor y Val Louron, los mismos que la 13ª etapa del Tour de 1991, en la que Induráin logró su primer maillot amarillo.
Descendiendo el Tourmalet, por el camino que lleva hasta Gavarnie, se puede divisar el Pic du Midi.
Accesible durante todo el año por medio de teleférico desde la localidad de La Mongie, esta cumbre de 2877 metros cuenta con más de 600 m2 de terrazas acondicionadas para los visitantes desde donde se tienen unas vistas de 360° de toda la cadena pirenaica.
Además, desde 1880, es un lugar único de observación del cielo, las estrellas y el universo, que cuenta con un importante observatorio y espacio museográfico. Desde hace unos años es posible vivir la experiencia de los científicos que trabajan aquí, pasando la noche en el propio observatorio.
El programa ‘Noches en la cumbre’ incluye puesta de sol y cena en el impresionante restaurante de la cima, observación de estrellas a través de uno de sus telescopios acompañados de las explicaciones de un experto, noche en una de las habitaciones de la parte superior, un incomparable amanecer a casi 3000 metros de altitud y una visita exclusiva a las áreas científicas antes de regresar a La Mongie.
El Circo de Gavarnie es otra increíble maravilla de la naturaleza. Perteneciente al macizo de Monte Perdido, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
Este anfiteatro natural, formado por erosiones glaciares a lo largo de los siglos, es el circo más famoso de cuantos existen en Altos Pirineos. Está rodeado por 16 cumbres de más de 3000 metros de las que desciende una de las cataratas más altas de Europa, con más de 400 metros de caída libre.
En palabras de Victor Hugo, el Circo de Gavarnie ‘no se parece a nada que hayan visto en otro lugar’. Aunque el paisaje es impresionante en cualquier época del año, dicen los lugareños que en primavera es incluso más bonito, cuando las cumbres aún están nevadas y el deshielo hace que su cascada descienda con más caudal.
El camino hacia el circo dura unos 45 minutos y se puede realizar a pie, a caballo o incluso a lomos de un asno. Hay diferentes instalaciones que ofrecen este servicio en el pueblo de Gavarnie. Esta localidad, que cuenta con varios hoteles y campings, es perfecta para pasar unos días de relax y desconexión total en medio de la naturaleza, que aquí es inmensa.
Porque si de relajarse se trata, la provincia de Altos Pirineos es el lugar ideal. Considerado el primer destino Spa de Francia, son muchos los balnearios y centros de bienestar que aprovechan los recursos naturales, como el aire puro y la tranquilidad, y el agua caliente natural que mana de las montañas, famosa por sus beneficios para la salud.
Lourdes, el segundo destino turístico de Francia
Otro de los reclamos turísticos por excelencia de Altos Pirineos es su capital, la ciudad de Lourdes. Esta pequeña localidad pirenaica, de poco más de 15.000 habitantes, recibe cada año alrededor de 6 millones de visitas, lo que la convierte en el segundo destino turístico de Francia, sólo por detrás de París.
La gran mayoría son peregrinos que acuden a la Gruta de Massabielle, donde la Virgen María se apareció a la pequeña Bernadette Soubirous en 1858. Desde entonces, Lourdes se ha convertido en el segundo centro de peregrinación del mundo, solamente superado por Roma.
Además de la gruta y las piscinas, a las que miles de creyentes acuden con la esperanza de aliviar sus males, Lourdes cuenta con varios lugares de culto que se han ido construyendo a lo largo de los años para dar cabida a los fieles.
El primer santuario fue el que se conoce como Cripta, construido en 1866 sobre la roca de Massabielle, con capacidad para 120 personas. Posteriormente se construyeron, unidas a la Cripta, la Basílica de la Inmaculada Concepción, o Basílica Superior, situada encima de la Gruta; y la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, concebida como pedestal de la Basílica Superior.
Estos tres santuarios contienen frescos y ornamentos de gran valor artístico y constituyen la imagen más reconocida de Lourdes. Bajo la explanada que se extiende frente a ellos, se esconde la Basílica de San Pío X.
Construida bajo tierra, con una superficie de 12.000m2, esta basílica tiene capacidad para un máximo de 25.000 personas y está decorada con 39 lienzos que representan a diferentes santos y bienaventurados. Fue consagrada en 1958 por Juan XXIII, coincidiendo con el primer centenario de las apariciones.
Al otro lado del río Gave, frente a la Gruta, se encuentra el último lugar de culto construido hasta la fecha, la Iglesia de Santa Bernadette. Esta iglesia, se levantó treinta años después en el mismo lugar donde se hallaba Bernadette cuando tuvo la última aparición de la Virgen, el 16 de julio de 1858.
Pero el patrimonio de Lourdes no se limita al recinto de los santuarios. El Chateau Fort que domina la ciudad es otra visita indispensable. Se trata de una fortaleza milenaria, clasificada como monumento histórico y museo de Francia, que alberga tras sus muros un jardín botánico y el Museo Pirenaico, además de ofrecer las mejores vistas de la ciudad.
La Oficina de Turismo de Altos Pirineos ofrece una amplia variedad de rutas, tours y paquetes vacacionales a estos y otros destinos de la zona, tanto para viajes en pareja, con amigos o en familia, incluyendo, por supuesto, las estaciones de esquí, pues no podemos olvidar que los Pirineos son uno de los principales destinos de turismo de nieve de Europa.
GUÍA PRÁCTICA
Cómo llegar
La provincia de Hautes-Pyrénées está situada al sur del país, en la región más grande de Francia, Midi-Pyrénées, justo al otro lado de la península Ibérica. Está perfectamente comunicada por el aeropuerto internacional de Toulouse-Blagnac, situado a unas dos horas de distancia de las principales localidades de Altos Pirineos.
Iberia y su filial Air Nostrum, así como la aerolínea de bajo coste Easy Jet, operan vuelos diarios entre Madrid y Toulouse. También es posible volar desde otras ciudades españolas con la aerolínea Vueling, que pone a disposición de los clientes varios vuelos semanales desde Barcelona, Málaga o Mallorca a la ciudad de Toulouse.
Más cercanos son los aeropuertos de Tarbes-Lourdes y Pau-Pyrénées, situados a 10 y 50 kilómetros de la ciudad de Lourdes, respectivamente, que tienen vuelos diarios con París y otras ciudades europeas.
Llegar por carretera desde España también es fácil. La ciudad de San Sebastián se encuentra a sólo 209 kilómetros de Lourdes, Barcelona a 449 y Madrid a 658, de los que la mayoría se pueden hacer por autopista.
Dónde comer
Para degustar la tradicional comida pirenaica rodeados de montañas y disfrutar de unas vistas espectaculares, nada mejor que el restaurante del Pic du Midi, donde desde 16 euros por persona se puede comer a casi 3000 metros de altura.
Otra buena opción es el restaurante Les Cascades, en el pueblo de Gavarnie. Este pequeño restaurante familiar ofrece todos los platos típicos de la zona a un precio módico, con las impresionantes vistas del Circo al fondo.
Dónde dormir
Desde casas rurales a estaciones de esquí, pasando por hoteles spa y balnearios, la oferta de alojamiento es enorme. Una buena opción es quedarse en la ciudad de Lourdes, capital de la provincia, donde existen alrededor de 250 hoteles de distinta categoría.
El hotel Eliseo es un cuatro estrellas moderno y funcional dotado de todas las comodidades. Es el punto de partida perfecto para visitar la ciudad, pues está situado a sólo cien metros del recinto de los santuarios.
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