Tiempo de perfume rojo de Navarra

EXPRESO - 25.09.2011

Colón descubrió el pimiento y lo implantó en España. A esta planta originaria de América no le faltan colores ni variedades, pero entre todas destaca el piquillo de Lodosa, en Navarra. Fácilmente reconocible por su pequeño tamaño, su forma triangular y su color rojo, es indispensable en las mesas navarras: en frío, al pil pil, como acompañamiento o solos, que como dice el refrán ajo, sal y pimiento y lo demás es cuento.

Pero el ingenio navarro ha usado el pimiento para usos no culinarios. Y es que, antiguamente en Baztan, los contrabandistas ponían una pasta a base de pimiento rojo picante bajo la cola de los caballos de la Guardia Civil para que se encabritaran y así se despejaran las mugas para poder realizar su trabajo sin sobresaltos.

La recolección se realiza de septiembre a diciembre y en los hogares navarros es habitual asarlos en tamboriles o con sopletes, pelarlos a mano (con cuchillo y trapo) y embotarlos para disfrutar de este manjar a lo largo de todo el año. Si quieres formar parte del entramado, date una vuelta por el centro de Puente la Reina.

En la calle del Cerco Viejo reinará el pimiento hasta finales de noviembre. Rojos, carnosos, picantes, asados, crudos, limpios o sin limpiar. Elige a la carta los mejores ejemplares y adquiérelos a precios asequibles directamente de los productores.

Si prefieres llevarte el trabajo hecho a casa, puedes comprar botes de pimientos ya que este proceso también se realiza de forma industrial a través de las conserveras. Y después de la invasión roja, sigue conociendo esta villa medieval, pueblo-calle con esencia puramente jacobea.

Y sobre todo, no te vayas de Navarra sin haber contemplado el puente de Puente sobre el río Arga, uno de los ejemplos románicos más hermosos y señoriales de todo el Camino de Santiago.

Expreso. Redacción. A.F

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