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Lleida, un destino privilegiado de turismo de naturaleza
EXPRESO - 04.06.2021
La situación social provocada por la pandemia subraya las comarcas del Pirineo y la plana de Lleida, marcadas por el talante rural, los grandes espacios abiertos y una naturaleza exuberante que favorecen un turismo relajado, saludable y sostenible.
Desde los majestuosos parajes del Pirineo a las pintorescas tierras de la llanura, el territorio de Lleida sobresale por su exuberante naturaleza, que invita tanto a una estancia relajada y reparadora, si uno desea unas vacaciones sosegadas, como emocionantes experiencias al aire libre, si el visitante opta por sumergirse en el mundo de los deportes de aventura.
Estas características, que han hecho de la demarcación leridana un destino codiciado por los amantes de la naturaleza, han alcanzado un valor añadido todavía más alto debido a la especial coyuntura social provocada por la Covid-19.
Los últimos estudios elaborados a partir de la pandemia destacan, en efecto, que actualmente una parte importante de los visitantes busca sobre todo espacios abiertos, no masificados y que ofrezcan un turismo de experiencias integral, desde el punto de vista cultural, paisajístico, patrimonial y gastronómico.
La búsqueda del ‘distanciamiento social’ y la práctica de actividades en grupos reducidos, conceptos que han adquirido una gran relevancia en el proceso de desescalada que está viviendo la sociedad, han encontrado un buen encaje en los espacios abiertos que ofrecen las comarcas de Lleida, perfectos para los visitantes que buscan tranquilidad, un contexto saludable y naturaleza en estado puro.
La zona del Pirineo leridano es un buen ejemplo de todo lo mejor que nos puede ofrecer la alta montaña: espectaculares picos y valles, un mosaico de pequeños lagos, una vegetación y una fauna sorprendente, que va del oso pardo, el rebeco o el ciervo al urogallo, el águila real y el quebrantahuesos.
Una riqueza natural que tiene su máximo exponente en tres parques naturales emblemáticos: el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici –el único del territorio catalán–, el Parque Natural del Alt Pirineu y el Parque Natural del Cadí-Moixeró.
El Prepirineo es una zona de grandes embalses (lagos artificiales idóneos para el disfrute de los deportes acuáticos), comunicada con la capital, Lleida, por el panorámico Tren de los Lagos.
Un territorio ideal para practicar el turismo científico e industrial en familia, como lo demuestran los yacimientos de dinosaurios de la Conca Dellà, el conjunto de equipamientos hidroeléctricos de la Vall Fosca, el Centro de Observación del Universo, COU, que aprovecha las privilegiadas condiciones de la zona para observar el cielo nocturno, o la propia sierra del Montsec, meca de los aficionados a la geología.
Hay que añadir que el Pirineo y el Prepirineo leridanos se han consolidado como uno de los paraísos europeos de los deportes de aventura. Desde el rafting, el barranquismo, el alta delta o el parapente, al senderismo, la BTT, la navegación en canoa o los viajes en globo, más de 200 empresas ofrecen hasta cincuenta disciplinas deportivas outdoor de todo tipo, tranquilas algunas y electrizantes las otras.
Las comarcas meridionales, significadas por grandes extensiones agrarias que proporcionan productos agrícolas de primera calidad, ofrecen otro tipo de alicientes. De sus tiempos de tierra fronteriza entre árabes y cristianos nos han llegado abundantes conjuntos medievales que abren sus puertas al público (desde castillos a torres de vigía y pueblos amurallados).
En este mismo ámbito constructivo encontramos un conjunto de destacadas edificaciones religiosas, como el cisterciense cenobio femenino de Vallbona de les Monges, el monasterio de Sant Ramon o la Seu Vella (Catedral Antigua) de Lleida.
Por su parte, los viajeros con inquietudes religiosas o culturales pueden recorrer varias etapas del Camino de Santiago y del Camino Ignaciano, itinerarios que atraviesan la llanura, mientras que los turistas con inclinaciones más prosaicas pueden optar por la Ruta del Vino, que combina prestigiosas bodegas con puntos de interés turístico, o la Ruta del Aceite, un recorrido por las cooperativas productoras del internacionalmente reconocido aceite de oliva virgen extra leridano.
Así pues, además de las disciplinas deportivas, actividades de naturaleza como la observación de la fauna y la flora (con especial mención a propuestas como el turismo ornitológico o la berrea del ciervo), las visitas geológicas y paleontológicas o la observación astronómica han ido adquiriendo protagonismo y consolidan la tendencia de la demarcación de Lleida a caminar con paso firme hacia un turismo responsable, sostenible y comprometido con el entorno.
Gracias a esta atractiva combinación de propuestas, las comarcas de Lleida se han convertido en los últimos años en un destino consolidado de turismo familiar, hecho avalado por diferentes certificaciones de la Generalitat de Cataluña y la creación de diversos equipamientos pensados específicamente para este importante subsector turístico.
El Valle de Arán dispone desde 2015 del sello de Turismo Familiar, que otorga la Federación Española de Familias Numerosas, FEFN, en reconocimiento a su oferta orientada al público familiar.
Igualmente, La Vall de Boí, Les Valls d’Àneu y Pirineus-Noguera Pallaresa han sido certificados con la marca Naturaleza y Montaña en Familia que otorga la Agencia Catalana de Turismo a los municipios que son especialmente sensibles a este colectivo y que ofrecen unos equipamientos y servicios adaptados a las necesidades de las familias con niños.
Además, hay varias instalaciones que tienen el sello de Equipamiento Familiar como el Zoo del Pirineo de Odèn, el Rafting Parc de La Seu d’Urgell y el Parque Astronómico Montsec.
Los espacios emblemáticos de la oferta paisajística y biológica del territorio de montaña de Lleida son el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici (el único parque nacional en Cataluña, que este año cumple además 65 años desde su declaración), los Parques Naturales del Alt Pirineu y el Cadí-Moixeró y la Reserva Natural de Caza de Boumort.
El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici tiene una superficie de 14.199 hectáreas más 26.733 ha de la zona periférica y está repartido entre 10 municipios de las comarcas del Pallars Sobirà, el Pallars Jussà, la Alta Ribagorça y la Val d’Aran.
Este espacio natural es único por la majestuosidad de sus paisajes y por la riqueza de la flora y la fauna que alberga, así como por los casi 200 lagos naturales de montaña y las cumbres con altitudes cercanas a los 3.000 metros.
Con casi 70.000 hectáreas, el Parque Natural del Alt Pirineu es el más extenso de Cataluña. Se sitúa en el Pirineo central catalán y se extiende por 15 municipios de las comarcas del Pallars Sobirà y el Alt Urgell. El parque alberga una rica fauna que incluye rebecos, urogallos, el oso pardo y numerosas aves carroñeras, entre otros animales, y también destaca la gran variedad de paisajes con prados alpinos, bosques de pino negro y abetales.
Finalmente, el Parque Natural del Cadí-Moixeró es el espacio protegido catalán con el mayor número de hábitats y especies de flora y fauna de interés europeo (un total de 30 en cada caso).
Con 41.342 ha, se extiende por las comarcas del Alt Urgell, la Cerdanya y el Berguedà. Además de los grandes parques, la demarcación de Lleida alberga espacios naturales de gran nivel, como la Vall Fosca, el embalse de Terradets y el Parque Collegats-Terradets (el Pallars Jussà); el Montsec y el desfiladero de Mont-rebei (el Pallars Jussà-la Noguera); la Reserva Nacional de Caza de Boumort (el Pallars Jussà, el Pallars Sobirà y el Alt Urgell); el lago de Moncortès y la Pica d’Estats (el Pallars Sobirà); el lago de Ivars y Vila-sana (el Pla d'Urgell); el valle del río Llobregós (la Segarra); el Parque de la Mitjana, el camino natural de Utxesa y la Confluencia del Segre, el Cinca y el Ebro (el Segrià), y la Vall de Lord, la Ribera Salada y el llano de Busa (el Solsonès).
La existencia de zonas de gran interés natural ha favorecido la llegada de varios reconocimientos para los parajes de Lleida. Así, la Conca de Tremp-Montsec ha sido declarada Geoparque Mundial de la UNESCO, una distinción que reconoce la riqueza geológica y paleontológica y el patrimonio natural, histórico y cultural de este territorio.
Por su parte, el Montsec y el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici han recibido la certificación como Reserva y Destino Turístico Starlight, reconocimiento que se otorga a zonas que adoptan medidas de protección y tienen unos niveles de calidad excepcionales, en el primer caso, y a territorios que también disponen de infraestructura para impulsar el turismo astronómico, en el segundo.
El de Aigüestortes es el primer parque catalán que recibe esta distinción otorgada por la Fundación Starlight.
El patrimonio natural leridano, combinado con la tradicional hospitalidad de sus gentes, la rica oferta cultural, una potente gastronomía y sus excelentes servicios turísticos, garantizan al visitante una experiencia singular.
Expreso. Redacción. J.R
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