Islas Canarias, tierra de tesoros

EXPRESO - 30.03.2022

Las Islas Canarias son un archipiélago vivo de volcanes y alisios cuyos paisajes extraordinarios tienen origen en el centro de la Tierra, pues se nutren del mejor abono que existe: los volcanes.

No hay mejor motivo que el Día de la Tierra, que se celebra cada año el 22 de abril, para conmemorar la geodiversidad de este archipiélago.

‘Este archipiélago tiene una geodiversidad espectacular’, asegura José Francisco Pérez Torrado, geólogo y catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

El vulcanismo lo explica todo: su clima, su frondosa vegetación y sus playas kilométricas de arena blanca. De ahí que la UNESCO haya reconocido siete Reservas de la Biosfera y posean cuatro territorios declarados Patrimonio de la Humanidad. Además, existen cuatro Parques Nacionales, siete Parques Naturales y 146 Espacios Naturales Protegidos.

De hecho, en palabras de Pérez Torrado, ‘a Canarias han venido todos los científicos desde el siglo XVIII, porque la variedad geológica y la riqueza de rocas solo es posible aquí’.

El padre de la vulcanología, Charles Lyell, citó a la terraza baja de Las Palmas de Gran Canaria, ubicada en la salida del túnel Julio Luego, como una formación única en su libro de referencia: ‘Elements of biology’.

También estudiaron las Islas referentes como Sander Von Humbolt o Leopol Von Duch. Este último acuñó el término ‘caldera’ por primera vez al referirse a la Caldera de Taburiente, Parque Nacional de La Palma ubicado en El Paso. Desde entonces se llama así en todo el mundo a este tipo de cráter volcánico.

Y es que la originalidad y valor incalculable de la tierra de las Islas Canarias está, precisamente, en sus erupciones volcánicas, que transforman el paisaje de una manera única y diferente, por ejemplo, a Hawái, donde las erupciones son más frecuentes por el tipo de placa continental que las provoca. Esta es diferente a la que generó el nacimiento del archipiélago canario, con vulcanología más espaciada en el tiempo pero de gran riqueza mineral.

‘Cuando estoy en un congreso científico internacional siempre explico que el relieve monótono de Hawái es como ir a la mejor pinacoteca de arte del Renacimiento, por ejemplo, pero solo tienes ese estilo. Mientras que en las Islas Canarias encontramos el Renacimiento, el Cubismo, el Arte Abstracto… los tenemos todos’, subraya Francisco Pérez. Porque Canarias tiene material de diferente composición química.

Agrega, ‘tenemos un relieve diferente por nuestra gran riqueza geológica, así que los volcanes llevan a la superficie decenas de materiales con una gran geodiversidad’. En las Islas hay basalto, fonolita, traquita o liolita, ‘el material del que está hecha la Cordillera de los Andes, y está en la Caldera de Tejeda de Gran Canaria’, apostilla el catedrático de geología.

De esta forma, las islas volcánicas de Canarias más jóvenes poseen montañas contra las que chocan los vientos alisios que cruzan el océano Atlántico.

‘Así se explica la increíble vegetación de La Palma, El Hierro y La Gomera, porque aún tienen cráteres, lo que las ha llevado a ser declaradas Reserva de la Biosfera de la UNESCO’, afirma Pérez Torrado.

‘Sus playas son de arena negra, sus bosques de laurisilva y todo tipo de vegetación de altura’.

Ejemplo de esta riqueza mineral y vegetación abundante es el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, o el Parque Nacional de Garajonay, ubicado en los municipios gomeros de Hermigua, Agulo y Vallehermoso, reconocido también como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. También la Cueva del Faro o El Golfo, en el Pinar y Frontera, en El Hierro.

‘La erupción volcánica es muy fértil’, continúa el catedrático de Geología, ‘porque el piroclasto alimenta rápidamente el suelo, ya que posee mucho hierro’. Este es el motivo por el que las islas con más edad geológica, como Lanzarote, La Graciosa y Fuerteventura, no tengan la vegetación de las demás sino kilométricas playas de arena blanca.

‘Las montañas en ellas no tienen altitud para atrapar los alisios, porque hace siglos que no erupcionan volcanes, de modo que su clima y su vegetación se corresponde con la última fase de las islas volcánicas: la del relieve erosivo. El Parque Nacional de Timanfaya, en los municipios de Yaiza y Tinajo, en Lanzarote, y la Playa de El Cotillo, en La Oliva, en Fuerteventura, son un ejemplo. Estas islas también son Reserva de la Biosfera de la UNESCO.

Gran Canaria y Tenerife, con la mitad de la isla grancanaria y el Macizo de Anaga, en los municipios tinerfeños de San Cristóbal de La Laguna, Santa Cruz de Tenerife y Tegueste, declarados Reserva de la Biosfera, están situadas en una edad geológica media. Poseen todavía conos volcánicos activos, como el Parque Nacional del Teide, y barrancos, acantilados y fosas marinas que moldean las zonas de vegetación frondosa como la Cruz de Tejeda o la Degollada de Las Palomas, en Gran Canaria.

Esta tierra de volcanes y alisios está viva en las Islas Canarias, y vive en permanente cambio y movimiento, como la Tierra. De ahí que recorrer sus senderos y caminar por sus playas de arena blanca o negra sea un paseo en el tiempo, una mirada al universo que crece, se expande, muere y vuelve a nacer.

Expreso. Redacción. A.F

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