Pirineo de Lleida, vivir sus montañas con raíces culturales

La oferta cultural en el Pirineo leridano se centra en su historia.

Así, se vive en la herencia de la cultura romana con los baños termales, en iglesias medievales construidas hace un millar de años, en una gastronomía tradicional basada en la subsistencia y en el afán de subir montañas del espíritu pirineísta de finales del siglo XIX. 

Las iglesias románicas de la Vall de Boí han cumplido 21 años desde que se incluyeron en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Desde entonces más de dos millones de personas han visitado este conjunto medieval de los siglos XI-XII, que destaca por su excelente estado de conservación, formado por ocho iglesias y una ermita.

Del conjunto de iglesias románicas de la Vall de Boí en la comarca de la Alta Ribagorça, Lleida, destaca la de Sant Climent de Taüll, con el mapping de su pantocrátor, cuyo original se puede ver en el Museo Nacional de Arte de Cataluña en Barcelona-MNAC.

Se trata del legado de la familia feudal de los señores de Erill, que casi mil años después de impulsar este patrimonio cada vez despierta más interés en curiosos de todo el mundo. Unos cincuenta museos conforman la oferta museística del Pirineo de Lleida.

Son espacios que muestran diferentes aspectos de las montañas. Abren los ojos al trabajo que se hacía en las minas, a conocer a fondo la variada naturaleza de estos pagos, o a caminar por la huella etnológica y arqueológica de estos parajes.

Para destacar algunos, el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici no solo es el entorno natural más importante de la geografía catalana, sino que además dispone de espacios didácticos para conocer su biodiversidad.

En la Val d’Aran el Ecomuseo Çò de Joanchiquet permite ver cómo vivía la gente de estas latitudes antes de la llegada de elementos básicos hoy en día, como la electricidad.

También en el Pallars Sobirà se puede visitar el Ecomuseo de las Valls d’Àneu, dedicado a la etnografía del Pallars para conocer mejor la realidad natural y cultural de este territorio.

En el Alto Urgell, el Museo de los Almadieros permite adentrarse en esta tradición fluvial de navegar por los ríos. O incluso a los amantes de la fauna, el Museo de las Mariposas de Cataluña en el Pallars Sobirà les parecerá un espacio magnífico. 

Balnearios, parada obligada en el Pirineo leridano

La oferta termal es amplia y de calidad, una herencia de la época romana que se mantiene muy viva con el balneario de Caldes de Boí, los Baños de Tredòs, las aguas termales de Arties, las termas de Les y el balneario de Sant Vicenç.

Aguas sulfurosas aparecen de las profundidades de las placas tectónicas con saludables propiedades minerales a lo largo de estas montañas para ofrecernos una experiencia revitalizante. 

Las estrellas

La observación astronómica es una de las ciencias más antiguas que existen y con sus montañas el Pirineo es un mirador fantástico. Situado en las afueras del municipio de Àger, entre las comarcas de la Noguera y el Pallars Jussà, el Parque Astronómico Montsec es uno de los mejores lugares del mundo para hacer observación astronómica y disfrutar de las estrellas, constelaciones y otros elementos del universo.

La sierra del Montsec ha sido reconocida por la Fundación Starlight como uno de los lugares con unas condiciones de observación astronómica excepcionales, tanto por sus condiciones meteorológicas como por la baja afectación de la contaminación lumínica. 

También hay que destacar los miradores astronómicos de Espot, Vilaller y la Vall de Boí. Aprovechando la certificación del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici como Destino Turístico y Reserva Starlight en 2018, se han potenciado espacios donde poder admirar la calidad del cielo nocturno.

Espot lo tiene dentro de la estación de esquí, a dos mil metros de altitud. En Vilaller el mirador de las estrellas se encuentra instalado en lo alto del pueblo. Y en el caso de Boí, se sitúa junto a la ermita románica de Sant Quirc de Durro. 

Expreso. Redacción. J.R