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7 platos de la gastronomía española que no debes perderte
EXPRESO - 27.08.2015
Paula García, redactora en casasrurales.net
Una de las formas de recorrer un país puede ser saboreándolo, a través de sus guisos, sus tapas o sus pinchos acompañado por los buenos vinos que se elaboran en nuestra tierra. Desde casasrurales.net nos recomiendan una selección de los platos que debes probar...
Una de las formas de recorrer un país puede ser saboreándolo, a través de sus guisos, sus tapas o sus pinchos acompañado por los buenos vinos que se elaboran en nuestra tierra. Desde casasrurales.net nos recomiendan una selección de los platos típicos y no tan típicos pero muy ricos que debes probar.
1. Cachopo asturiano. No puedes visitar el Principado y no probar su plato fuerte. ¿En qué consiste? Imagina dos filetes de ternera grandes entre los que se pone jamón serrano y queso, todo ello empanado y frito y servido con una riquísima guarnición de pimientos y patatas fritas. De este plato hay diversas variantes e incluso hay restaurantes especializados en los que sólo se dedican a ello y entre los que se presentan a diversos campeonatos.
2. Txangurro. Plato típico vasco donde se conoce por ese nombre al buey de mar y al centollo. ¿Cómo se elabora? La carne de este marisco se desmenuza y se suele juntar con otros ingredientes dependiendo del plato que se quiera preparar. El más conocido es el txangurro a la donostiarra, donde el caparazón del animal va relleno con su propia carne mezclada con puerro, cebolla, tomate un poco de coñac pan rallado y todo ello gratinado en el horno. ¡Delicioso!
3. Guiso de cangrejos. Este plato palentino se lleva a cabo con cangrejos de río a los que se les añade una salsa elaborada con pimiento rojo, cebolla y ajo. Todo ello sazonado y cocinado a fuego lento. Gracias a que la mezcla se realiza a fuego lento y se le añade una copa vino blanco y media copa de coñac, el conjunto de sabores es realmente digno de ser testado. Hay en algunos sitios en los que se les añade, además, una pizca de guindilla, pero dependerá de o mucho (o poco) que le guste a uno el picante.
4. Gazpachuelo. Quien más o quien menos ha probado el salmorejo o el gazpacho alguna vez en su vida. Pero, ¿cuántos conocen el gazpachuelo malagueño? Eso sí, a pesar de lo que parece que no nos engañe el nombre de este plato, pues nada tiene que ver con aquel del que podría derivar. Su base consiste en pan troceado en finas rebanadas al que se le agrega agua y sal y se pone a hervir; una vez entra en ebullición se le añade clara de huevo y se baja la temperatura. Por otro lado se hace mayonesa a la que se le agrega de forma paulatina el agua de la sopa de pan. Se puede tomar frío o caliente.
5. Frite extremeño. Un plato de cabrito lechal sazonado con pimienta al que se le añade un sofrito de cebollas, tomates y pimiento rojo. El resultado, perfecto para acompañar con un buen vino tinto, se compone de la base del cabrito con una pasta fina de hígado de cabrito, ajos, pimentón y pimientos choriceros. Uno de esos guisos típicos de toda la vida que tienen todo ese sabor de la cocina tradicional que tanto nos cuesta encontrar hoy en día, sobre todo en las grandes ciudades.
6. Anguilas en all i pebre. De la Comunidad Valenciana conocemos todo tipo de arroces: negros, caldosos, secos… Pero hay más donde escoger. Es el caso de este plato compuesto por anguilas y del que resulta un guiso bastante suculento. Están acompañadas por cebollas y ajos, sofritos con harina y pimentón y puesto todo ello en agua a hervir. En función de quien lo vaya a degustar se le puede añadir o no guindilla y se deja cocer todo ello durante unos 20 minutos aproximadamente. El toque diferente lo da la mezcla de pan tostado, almendras y perejil que previamente se han machacado en un mortero y se echa minutos antes de que finalice el periodo de cocción. Todo un manjar para los amantes del pescado.
7. Caldo gallego. En el norte hay días que, aunque se esté en verano, se agradece tomar un plato caliente. Si se está pensando pasar unos días en Galicia, nada mejor que probar este caldo con base de alubias a las que previamente se ha dejado en remojo durante unas nada despreciables 13 horas. Van acompañadas de patatas cocidas y el jugo resultante de cocer los huesos de jamón o lacón. Como todo buen plato de cuchara que se precie, va algo verde en el guiso, en este caso grelos a los que previamente se cuece para eliminar el sabor amargo que puedan tener. En función de la zona o gustos se puede añadir más carne de cerdo e incluso chorizo.
Texto: Paula García, redactora en casasrurales.net
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