Alimenta a los cachorros de león en el Westcliff de Sudáfrica

EXPRESO - 03.12.2009

Caminar entre leones, jugar con sus cachorros e incluso alimentarlos sin peligro alguno

Caminar entre leones, jugar con sus cachorros e incluso alimentarlos sin peligro alguno. Este sueño para los amantes de los animales puede cumplirse en la reserva natural De Tweede Spruit Valley, en Sudáfrica, donde también pueden encontrarse jirafas, ñus azules o jabalíes berrugosos.

Los artífices de este viaje son el Hotel Westcliff, situado en una de las colinas residenciales más exclusivas de Johannesburgo, propiedad de la cadena de lujo Orient-Express, y el operador Suncross Tours.
La aventura con los leones comienza por la tarde, tras una comida casera, la aventura con los leones dará comienzo. En primer lugar se explican todos los detalles sobre este animal: las razones por las que se encuentran en la reserva, por qué disfrutan tanto de su paseo diario y cómo comportarse cuando se camine entre ellos.
Al final, los viajeros tienen la oportunidad de alimentar a sus adorables crías, a las que les encanta jugar como a cualquier cachorro.
El encuentro con los leones puede complementarse, al amanecer, con un safari a caballo en la reserva natural en el que se ven también cebras, antílopes o avestruces. Y se puede hacer a una distancia sorprendentemente próxima, porque estas especies consideran al caballo y su jinete como un animal inofensivo del que no necesitan huir.
La reserva natural De Tweede Spruit Valley, en origen una granja de ganado, se convirtió en reserva cuando sus dueños decidieron transformarla en santuario de vida salvaje, ofreciendo a sus visitantes la posibilidad de alimentar a los leones.
Este es para ellos su primer hogar, antes de ser vendidos a reservas protectoras ubicadas en el sur de África, necesitadas de ejemplares ante el elevado número de muertes por sida felino, siendo la tuberculosis su principal epidemia.
Durante su primer y segundo año de vida, estos leones viven en la reserva natural De Tweede Spruit Valley, donde disfrutan de sus paseos y juegan al aire libre. Al haber sido domesticados, una vez devueltos a su hábitat natural deben afrontar una proceso de readaptación a la vida salvaje.
Sus crías no entrarán en contacto con seres humanos, lo que hará que estén completamente adaptados a sobrevivir en su propio y nuevo hábitat.
Expreso. Redacción. A.B.

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