Un otoño de setas en Extremadura

EXPRESO - 28.10.2007

El otoño es tiempo de setas y el campo extremeño brinda en esta época una infinidad de oportunidades para disfrutar de los cotizados hongos, en sus bosques de pinos y castaños, dehesas y zonas húmedas existe una enorme riqueza micológica.

Montánchez, Alcuéscar, Carmonita, Aliseda, San Vicente de Alcántara, las comarcas de Sierra de Gata (con industria de envasado incluso en Moraleja y también en Puebla de Obando, más al sur), Valle del Ambroz y Las Hurdes ofrecen grandes posibilidades para la recolección. Alburquerque, La Codosera, Villar del Rey o la Sierra de San Pedro son otros destinos codiciados por los amantes de las setas.

Mención especial merecen Las Villuercas y Los Ibores, espacios naturales que rodean el Monasterio de Guadalupe que en 2007 celebra su Año Jubilar, y donde en una pequeña pedanía de Alía llamada Puerto Rey se concentra la mayor oferta de setas de toda la Península Ibérica, especialmente en lo relativo a boletus.

La recolección de níscalos, boletus aereus, la excelente amanita caesarea o el más común champiñón es una buena excusa para echarse al monte, acompañado de un guía micólogo, con cesto de mimbre, navaja, precaución y mucho respeto por la naturaleza y disfrutar de un día de campo que puede tener su continuación en la mesa. Bien en la de casa o en la de los numerosos restaurantes de la zona que llevan a sus cartas setas y hongos.

Para difundir y aprovechar este tesoro gastronómico, la Sociedad Micológica Extremeña celebra todos los años unas jornadas en Badajoz, Mérida, Cáceres, Campo Arañuelo (Navalmoral) y Plasencia para dar a conocer la riqueza micológica de la Comunidad.

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