La Ruta del Vino Ribera del Duero reivindica sus árboles singulares

EXPRESO - 13.12.2019

La Ruta del Vino Ribera del Duero ha querido destacar una parte de su enorme riqueza natural con la elaboración de su Catálogo de Árboles Singulares.

Un trabajo que reúne medio centenar de ejemplares arbóreos existentes de los límites de este itinerario enoturístico, que comprende territorios de las provincias de Burgos, Segovia, Soria y Valladolid, que pretende convertirse en un nuevo atractivo que anime a los turistas a acercarse a la zona.

El trabajo previo ha permitido seleccionar 78 árboles singulares, 13 enclavados en Valladolid, 55 en Burgos, dos en Segovia y ocho en Soria. De ellos, hasta el momento, se ha trabajado en un total de 50 ejemplares de casi una quincena de especies diferentes, de los que diez ya cuentan con su propia ficha identificativa.

Su inclusión en el catálogo se ha hecho en función a su interés natural, sus dimensiones, su longevidad o, incluso, su relación con los valores naturales de la zona, al estar vinculados con leyendas, tradiciones o historia de la comarca.

El Pino Macareno de Peñafiel (Valladolid), el Álamo Blanco-Fresno de Villálvaro (Soria), la Sabina Fuente de la Pisadera de Montejo de la Vega de la Serrezuela (Segovia) o la Encina Hueca de Caleruega (Burgos) son algunos de los ejemplares que podrán encontrarse en este trabajo.

Elaborado con el asesoramiento técnico de Candelas Iglesias, guía-intérprete de naturaleza, educadora y consultora ambiental de Abubilla Ecoturismo, y con el diseño del estudio Cristi Rojo, la Ruta del Vino Ribera del Duero, dejando constancia una vez más de su compromiso con el medio ambiente, ha concebido el catálogo como una obra totalmente sostenible por lo que no se imprimirá y solo podrá consultarse on line y descargarse desde la web de este club de producto.

El catálogo se ha estructurado en forma de fichas individuales visuales y dinámicas. El usuario podrá acercarse de forma ágil y sencilla en cada una de ellas a los principales datos de cada ejemplar, como su ubicación, su nombre científico, sus características, su edad, que en ocasiones superan varios cientos de años, e, incluso, un pequeño dato perteneciente al acervo popular. Todo ello, además, puede plantearse como un juego, una búsqueda del tesoro que les llevará a conocer los árboles singulares de la zona.

Además, a modo de prólogo, junto a la leyenda que permitirá entender a la perfección cada uno de los datos que se facilitan, se recogen una serie de recomendaciones sobre lo que se debe y no se debe hacer a la hora de disfrutar de estos ejemplares.

‘Con este compendio tenemos la posibilidad de poder aglutinar nuestro legado forestal de mayor valor ecológico. Ponemos en valor todo el patrimonio natural que tenemos en la Ribera del Duero e invitamos a todo el mundo, población local y visitantes, a que descubran la fascinante historia de la naturaleza y la cultura de la Ribera a través de sus árboles singulares’, subraya Candelas Iglesias.

Una obra viva y en continuo crecimiento

La intención, explica Sara García, gerente de la Ruta del Vino Ribera del Duero, es que este Catálogo de Árboles Singulares en la Ribera del Duero sea una obra viva que siga creciendo en el futuro con la incorporación de nuevos ejemplares que no han tenido cabida en esta primera recopilación.

‘Esperamos contar con la colaboración de los vecinos y ayuntamientos de la zona para seguir ampliando. Ellos son los que mejor conocen nuestro patrimonio natural y quienes nos pueden decir qué ejemplares son merecedores de integrarse en esta selección y por qué razones’, señala.

Asimismo, desde la Ruta del Vino se confía en que los árboles singulares sean una excusa perfecta para trazar pequeñas rutas de senderismo o itinerarios culturales que permitan acercarse a los innumerables elementos históricos, culturales, naturales o etnográficos que componen su oferta turística.

El impulso de esta iniciativa, incide la gerente, pretende dar respuesta a las demandas de los turistas que cada año se acercan a la Ruta del Vino Ribera del Duero. No en vano, entre ellos hay un importante porcentaje de amantes del medio natural, sin ser expertos, que está deseoso de ‘que se le den unas pinceladas que le permitan disfrutar de este entorno’.

Un ‘ecoturista’ que se caracteriza por tener entre 35 y 50 años, de clase media/alta, con estudios superiores y de los cuales, el 30%, opta por viajar en familia y/o en grupos heterogéneos, amantes del consumo de producto kilómetro 0 y con una sensibilidad muy marcada hacia la sostenibilidad.

Expreso. Redacción. A.F

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