Portugal, una receta que escribir

EXPRESO - 03.02.2025

La gastronomía portuguesa es el verdadero reflejo de una cultura en la que cada comida narra una historia y revela un alma que vive y respira los sabores de la tierra y del mar.   

Desde Turismo de Portugal lanzan una invitación al mundo: descubrir qué hace única a su gastronomía. No se trata solo de una cuestión de platos e ingredientes, sino una experiencia que se pretende sea genuina y combine frescura, autenticidad, creatividad, sostenibilidad y generosidad en una sola receta.

La frescura del mar y de la tierra

El secreto de la cocina portuguesa empieza en la frescura de sus ingredientes. El océano Atlántico que baña la costa garantiza un pescado y un marisco de calidad, y es fuente de inspiración. Imagina degustar un pescado recién capturado, elaborado con una sencillez que realza su sabor natural, y acompañado con verduras de temporada. 

El pescado se cocina de manera diferente dependiendo de la zona. En el Algarve, al sur, la cataplana es un ejemplo de elaboración sencilla y sabrosa que refleja el sabor auténtico del mar.

En el centro del país son las calderetas las responsables del sabor. En Oporto y el norte, el bacalao que traen los pescadores desde los mares de Terranova ha conquistado un lugar especial en la mesa gracias a platos variados que llevan el nombre del lugar en donde se inventó la receta —al estilo de Viana, Braga, Monção...—, aunque se cocina de mil y una maneras por todo el país. A lo largo de la costa, el marisco aporta una experiencia refrescante en la mesa.   

Pero la frescura no se limita a los productos del mar. La fruta de temporada, las hierbas aromáticas y las verduras cultivadas de manera tradicional y respetando la tierra se transforman en elementos clave de cada elaboración.

La conexión entre la naturaleza y los sabores invita a viajar por los paisajes y a conocer los productos auténticos de cada región. En el caso del Alentejo, sus vastas llanuras son ricas en productos que celebran los sabores de la tierra, como el aceite de oliva. 

Una autenticidad que viene de dentro

En Portugal, cada plato transmite la historia de sus orígenes respetando la tradición y dejando espacio a la innovación. La autenticidad está en los ingredientes y en la sabiduría de quien los prepara. Ya se trate de una receta secular o de una reinterpretación contemporánea, se conserva la verdadera esencia de la cocina portuguesa, en donde la sencillez se encuentra en un sabor pleno y verdadero.

La tradicional brocheta de Madeira —carne de vacuno adobada que se cocina ensartada en una rama de laurel y se sirve con maíz frito— es un plato que refleja la historia de la isla. Otro ejemplo del saber hacer preservado son las alheiras de Trás-os-Montes, un manjar secular que ha servido de materia prima a numerosos chefs. 

Una creatividad transformadora y desbordante

La nueva generación de chefs portugueses está transformando la gastronomía nacional con un abordaje más osado y vibrante, pero que mantiene el respeto por el legado del pasado. Estos artistas de la cocina dan una nueva vida a los platos tradicionales al mezclarlos con influencias modernas y presentarlos de una forma sorprendente.

Cada comida es un lienzo en blanco en donde la creatividad cobra sabor, espacio y forma para brindar una experiencia gastronómica inolvidable. Y hay cada vez más restaurantes recogiendo la inspiración que invade a quien se viste el delantal, se mete en harina y se lanza a descubrir nuevas combinaciones.   

La sostenibilidad en el plato Atento a los desafíos medioambientales, Portugal ha apostado por la sostenibilidad como uno de los pilares de su gastronomía. El respeto por los ciclos de la naturaleza y el uso consciente de los recursos naturales son prácticas que se reflejan en los vinos y los platos que se sirven en restaurantes y casas de comida típica.

Desde la producción local y ecológica hasta el aprovechamiento integral de los ingredientes, la sostenibilidad es mucho más que una tendencia: es un compromiso con las generaciones futuras y con el respeto por lo que la tierra nos ofrece. 

Una acogedora generosidad

La hospitalidad portuguesa es una de las mejores tarjetas de visita de su gastronomía, ya sea en un restaurante galardonado o en una tasca típica. La generosidad con la que se elaboran y sirven los platos refleja la sencillez de un pueblo que sabe acoger.

En Portugal, comer no es solo saciar el hambre: es un acto para compartir en el que la convivencia y la alegría de sentarse a la mesa son ingredientes fundamentales, tal como inmortalizó la fadista Amália Rodrigues en la canción Uma Casa Portuguesa.

Cada comida es una celebración de la vida en la que se mezcla el puro placer de comer con la calurosa recepción que los portugueses brindan a sus invitados y visitantes. 

Portugal a la mesa: una experiencia única

La gastronomía portuguesa es una experiencia cargada de autenticidad, frescura, creatividad, sostenibilidad y generosidad. Es un viaje por los cinco sentidos que permite descubrir la cultura y las tradiciones de un país que ha convertido la gastronomía en una auténtica obra de arte.

Con todo, puede decirse que la gastronomía portuguesa no es solo comida: es una invitación a saborear la vida en todo su esplendor.

Expreso. Redacción. J.R

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