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Qué poco falta para volver a Coruña
EXPRESO - 24.05.2013
Ana Bustabad Alonso, periodista
Hace muchos años que no vivo en Coruña, pero me sigue faltando cada día. Ahora que se acerca San Juan la falta se convierte en urgencia, qué poco queda para la noche más corta-larga-meiga-mágica del año. Qué poco para volver a una de las ciudades más sorprendentes del mundo…
Hace muchos años que no vivo en Coruña, pero me sigue faltando cada día. Me pasaba en invierno, cuando los días eran cortos, la luz solar escasa, y necesitaba aire repleto de salitre para llenar los pulmones de vida.
Ahora que se acerca San Juan la falta se convierte en urgencia, qué poco queda para la noche más corta-larga-meiga-mágica del año. Qué poco para volver a una de las ciudades más sorprendentes del mundo.
Si la recorres despacio, Coruña te va desvelando secretos. Como la sombra de las centenarias magnolias en la plaza de Azcárraga, una de las más bonitas que conozco. O el parque Europa, el primero que nos regaló tumbonas y hierba fresca para pisar a gusto.
He compartido muchas risas y mariscadas por cuatro duros en la Casa Suso del barrio de Montealto, cerca de la antigua plaza de la Leña, que conoce bien mis amores de domingo. Y he compartido estrellas con míticos jugadores del SúperDepor en otro Suso, el de la calle de la Galera.
También el cielo gris plomo de aquel 3 de diciembre de 1992, cuando el petrolero Mar Egeo explotó en llamas y fue a morir junto al paisaje desnudo, batido por el viento, de la Torre de Hércules.
Los cafés con nata en El Tranvía, primera parada de noches largas en el Orzán. Las madrugadas filosóficas a ritmo de Jazz Filloa, los amaneceres de domingo con sabor a churros y chocolate en la plaza de Cuatro Caminos.
He llorado escuchando a Silvio Rodríguez por las calles desordenadas de Montealto, cuesta arriba, cuesta abajo hasta el mercado. Y todas las veces el mar que la rodea me ha arropado con su fuerza.
Hace tiempo que no vivo en Coruña, pero siempre será mi ciudad. La que más me quiso, la que mejor me conoce, a la que sueño con volver cada día, por mucho que el destino se empeñe en llevarme a lugares más exóticos.
No me siento como en casa si no veo sus galerías blanqueadas, el bar de Jose –te echamos de menos- a la sombra de la seta de hormigón de la Zapateira, a cuatro minutos del Castro de Elviña; o la casita de juguete que mi mala cabeza me impidió compartir con Luis y Manuel, cómo me hubiese gustado.
El jardín de San Carlos, el lugar donde La Coruña rinde homenaje al valiente sir John Moore, que encontró aquí los primeros españoles que simpatizaron y colaboraron con los soldados británicos tras su larga y descorazonadora marcha por el invierno.
Recuerdo como si fuese hoy el día que estrenamos la Domus de Isozaki y su hipnotizante contador electrónico de vidas humanas, o los diminutos vasos de café con leche a la salida del parque de Santa Margarita.
Sé que desde entonces Coruña ha cambiado. Tengo que ir sin falta a comprobarlo. He vuelto muchas veces, pero en realidad no he vuelto nunca. Porque las visitas fugaces de tanto en tanto no alcanzan a saborearla como se merece.
Por eso me hace especial ilusión ahora la campaña de Turismo de Coruña en Expreso, que me recuerda que queda muy poco para la noche más mágica del año, la de San Juan. Este junio, sin falta, me escapo a sus playas urbanas a saltar hogueras, a comer parrochas, a sentir la música en directo, a bañarme de luna.
Mientras, abro una y otra vez la web del Coruña Espíritu de Fuego para escuchar el sonido de las olas, el de las gaviotas… Falta ya muy poco.
Leo en Twitter que #coruñasemueve, y me entran unas ganas locas de vivirlo en directo, de dejarme mecer por ese movimiento que seguro es acompasado, como las olas que la curten y la protegen. Coruña se mueve y yo me quiero mover con ella. ¿Volvemos?
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MIGUEL ANGEL G… (no verificado)
25.05.2013 - 17:09
Te felicito por ese magnífico artículo sobre Coruña, donde tantas veranos he pasado.
Si en quienes han gobernado el turismo de Coruña se la hubiera amado como tú, otra cosa sería, dadas sus posibiidades.
Un abrazo
Hogueras de Sa… (no verificado)
31.05.2013 - 08:16
Como coruñés "andante" como tú, Ana, me ha fascinado y emocionado este artículo. Una ciudad para vivirla un las Hogueras de San Juan ofrecennuna oportunidad inmejorable para visitarla. Jacobo
internauta (no verificado)
02.06.2013 - 13:16
Coruña fue una ciudad bonita. Ahora es una ciudad paleta llena de provincianos con ínfulas de madrileños. El Marineda City está petado, haciendo colas para comer espaguettis recalentados, los locales de moda están llenos de gomina, tacones y quiero y no puedo. Y las calles llenas de locales vacíos dan una imagen de decadencia mal llevada. No queda nada de la marca propia de la ciudad, solo franquicias, pijadas y poco talento.
internauta (no verificado)
11.06.2013 - 12:28
A min tamen gustoume moito o artigo. Moi ben escrito. Parabens, Ana.