El Soplao, una sorpresa subterránea para todos los sentidos

EXPRESO - 16.11.2015

El Soplao es uno de los recursos turísticos más sorprendentes y singulares de Cantabria y está considerada como uno de los grandes tesoros subterráneos a nivel mundial

Cantabria_El_SoplaoEl Soplao es uno de los recursos turísticos más sorprendentes y singulares de Cantabria y está considerada como uno de los grandes tesoros subterráneos a nivel mundial.

La cueva, situada entre los municipios de Herrerías, Valdáliga y Rionansa, era conocida desde finales del siglo XIX debido a la explotación de las minas de La Florida y se desarrolla en su totalidad en la denominada sierra de Arnero, que a su vez está encuadrada en la sierra del Escudo de Cabuérniga.
Esta cavidad es un paraíso de formaciones de espeleotemas, en la que es posible observar excéntricas, estalactitas, estalagmitas, perlas de las cavernas, coladas, columnas…
Adentrarse en ella es descubrir un universo de sensaciones en el que formas imposibles, silencios perturbadores y el juego de sombras, luces y colores que encontramos en su interior se unen para hacer de la visita a El Soplao una experiencia única. 
La naturaleza ha sido caprichosa con esta cueva, pero también la mano del hombre ha contribuido a generar un espacio mágico con la creación de más de 20 kilómetros de galerías que en su día sirvieron a la explotación minera y que hoy nos permite adentrarnos en las entrañas de este paraíso subterráneo.
De este pasado minero ha quedado un rico patrimonio de arqueología industrial minera compuesto por castilletes, hornos de calcinación, lavaderos o talleres. En el año 2005 la cueva se adaptó a uso turístico, y desde entonces han pasado por ella dos millones de personas, que han podido conocer su interior a través de las diferentes modalidades de visita. La modalidad de visita turística permite recorrer 1.500 metros de cueva, atravesando las galerías La Gorda y Los Fantasmas. Se accede a la cavidad a bordo de un tren minero que nos conduce hacia la primera galería, la de La Gorda.
El nombre de esta primera refleja la primera impresión que le produjo a uno de los primeros espeleólogos al sentirse insignificante antes su dimensiones. A lo largo de sus 1.500 metros, tendremos la oportunidad de admirar sus techos que están repletos de helictitas de calcita. Desde las grandiosidades de La Gorda, nos introducimos en Los Fantasmas.
Esta galería cuenta con más de 300 metros de recorrido y zonas con 35 metros de anchura. Su nombre se debe a las grandes estalagmitas blancas a modo de típicos fantasmas, que encontramos en la misma.
Una segunda modalidad es la de turismo-aventura y tiene un recorrido de hasta 3 kilómetros dentro de la cueva por un trayecto que parte del túnel de la Isidra, desde donde se accede a la parte superior del denominado ‘falso suelo’. Desde ahí el recorrido se dirige a la galería de Los Italianos, para visitar posteriormente la galería Campamento, la sala de El Órgano y las galerías El Bosque y La Sirena, donde se puede disfrutar de maravillosas formaciones.
La duración de este recorrido es de unas 2 horas y media y se realiza en grupos como máximo de 20 personas. Por razones de seguridad, en el itinerario de turismo de aventura no se admite la entrada de menores de 12 años.
Antes de comenzar este recorrido se facilitará a los visitantes botas, mono, casco y luz, con la opción de compra de calcetines y guantes. Asimismo, como la temperatura interior de la cueva es de 10 grados se recomienda ir convenientemente abrigados. Todo el entorno de la cueva se conoce como el ‘territorio Soplao’, y comprende el Centro de Recepción de Visitantes, donde está también el tren minero, y el área de paseos Prado Collao con conexión al alto de la Florida.
Asimismo, en este entorno está el espectacular conjunto escultórico al aire libre firmado por varios artistas contemporáneos que han realizado su personal interpretación de la cueva. 
Uno de los grandes atractivos que encierra la visita a la cueva El Soplao es la espectacularidad de los paisajes que se pueden contemplar desde lo alto de la sierra, bien aprovechando el área de paseos o en los miradores del exterior de la cavidad.
El entorno constituye un enclave con espléndidas y profundas vistas sobre la sierra de Peñasagra, los Picos de Europa, el valle del Nansa y el mar Cantábrico, haciendo del mismo un lugar muy apetecido de excursionistas amantes del espacio natural.
Expreso. Redacción. J.R

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