Turismo vivencial en Perú

EXPRESO - 05.08.2007

PromPerú propone una vivencia única y emocionante: un viaje al Perú más genuino, al Perú mágico y ancestral, en el que las culturas y tradiciones más antiguas perviven al paso de los años, para descubrir el verdadero espíritu andino y viviendo en primera persona, en comunión con los nativos, costumbres y ritos milenarios.

Qué es Turismo vivencial

El turismo en Perú tiene una importante componente vivencial (entendiendo por ello la convivencia estrecha con los lugareños, participando de sus tradiciones, sus costumbres, sus usos cotidianos). Precisamente ése es uno de los grandes atractivos del destino, caracterizado por la hospitalidad y la alegría de sus gentes.

Hay tantas prácticas de turismo vivencial como gustos. Para los amantes de la naturaleza, qué mejor experiencia que adentrarse en la Amazonía, disfrutando de su flora y fauna salvaje, experimentando el ‘arbolismo' y conviviendo con los nativos.

O, para los que gustan del misticismo, una experiencia de lujo: ‘infiltrarse' con las comunidades del Valle Sagrado de los Incas, compartiendo su vida cotidiana en comunión con la naturaleza y participando en sus tareas diarias en el campo, sus ritos, sus creencias y sus festejos.

Por su parte, los apasionados de la cultura y la historia encontrarán en Perú la mejor oportunidad de remontarse a épocas preincaicas, incaicas y coloniales, a través de siglos de arte acumulado en sitios arqueológicos, aldeas, pueblos y museos.

Algunas ideas

En Cajamarca, Granja Porcón. Es ésta una hacienda ganadera creada en 1535 que, hoy, ofrece al visitante la oportunidad de conocer y compartir, como uno más, el trabajo comunal de los campesinos. En sus 12.000 hectáreas se desarrolla un exitoso plan de explotación agrícola, ganadera y forestal. Ofrece además interesantes servicios turísticos opcionales, como paseos por los bosques, visitas a sitios arqueológicos y recorridos por al antiguo Camino Inca de la Sierra.

En Oxapampa, colonias de Pozuzo y Villa Rica. El mestizaje racial y cultural de la provincia de Oxapampa es único en Perú; los colonos austro germanos se establecieron en esta zona tropical desde 1857, desafiando las duras condiciones de la selva. Alegres y hospitalarios, los lugareños de Pozuzo, descendientes tiroleses y prusianos, invitan al visitante a incorporarse en sus tareas cafetaleras y agropecuarias y a visitar sus herbolarios y centros de crianza de orquídeas.

En Villa Rica, además hay posibilidad de participar en los procesos de fabricación artesanal de quesos, cigarros y embutidos. En sus hospedajes, casas de madera con rico aroma a café, se disfruta de la sabrosa gastronomía local.

En el Valle Sagrado. Hay varias comunidades donde el visitante es acogido en familias locales, lo que le permite participar de la vida cotidiana de los nativos, aprendiendo sus técnicas ancestrales de cultivo, realizando tareas agrícolas y de recolección de sal, y participando en sus rituales andinos y fiestas tradicionales.

El pueblo Inca de Ollantaytambo ofrece 7 rutas de trekking a sitios arqueológicos, canteras, andenerías y a Willoc, un centro quechua de producción de textiles.

En el Lago Titicaca. En sus islas, los Aymaras reciben a los visitantes en sus hogares y hospedajes, implicándoles en sus labores comunales y compartiendo con ellos sus secretos culinarios; como la exquisita 'huatia', o cocido de habas y papas con pejerreyes.

En la Isla Amanantí existen dos hermosos sitios arqueológicos, donde los nativos realizan ritos ancestrales para la fecundación de la tierra; Taquile es un organizado pueblo de agricultores y tejedores, donde existen también interesantes centros ceremoniales así como andenerías únicas; Llachón es una comunidad de hábiles y finos tejedores y artesanos, que comparten con el visitante sus trabajos cotidianos.

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