Tres reservas naturales bonaerenses para recorrer en invierno

EXPRESO - 27.07.2023

Cerca de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de La Plata, la naturaleza alcanza su máxima expresión en la gran diversidad de especies que habitan en los ecosistemas de la provincia de Buenos Aires.

Exuberancia ribereña

Sobre la costa del Río de la Plata, la Reserva Natural de Punta Lara, RNPL, ubicada en los partidos de Ensenada y Berazategui, ocupa un total de seis mil hectáreas.

‘Se trata del área protegida que posee la mayor biodiversidad de la Provincia al representar el paisaje típico de la ribera rioplatense: juncal, matorral ribereño, pajonal, ceibal, espinal, pastizal, lagunas, cursos de  agua y selva marginal’, afirmaron desde la reserva natural.

En sus diferentes ambientes viven 59 anfibios; 24 reptiles; 314 aves, 34 mamíferos y unas 115 especies de mariposas diurnas.

La creación de la reserva se comenzó a gestar en 1943 luego de la expropiación de treinta hectáreas que pertenecían a Martín Pereyra Iraola. Seis años después, a través del decreto 18.529, las tierras quedaron bajo la órbita de la Dirección de Política Forestal, y se convirtieron en Reserva Forestal.

Desde entonces, el espacio fue recategorizado y recibió diferentes reconocimientos: Reserva  Natural Integral de la Provincia de Buenos Aires; Área Núcleo de la Reserva de Biósfera  Pereyra Iraola, por la UNESCO; Área Valiosa de Pastizal (AVP) por Fundación Vida  Silvestre; Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA) por BirdLife  International; y Área de Importancia para la Conservación de Murciélagos (AICOM) por el Programa de Conservación de los Murciélagos en Argentina (PCMA).

Con el objetivo de promover el cuidado del medio ambiente, allí se lleva adelante un programa de educación ambiental destinado a estudiantes de diferentes niveles educativos y al público en general.

En el lugar se puede realizar un circuito guiado de una hora y media, que incluye el espacio de uso de educativo Los Pioneros; la sala de interpretación, el ecoespacio Las Nativas, el sendero agreste El Burrito y el mirador Los Ceibos, donde la exuberancia selvática asombra a los y las turistas. La actividad se suspende en caso de lluvia o crecida del río.

También se desarrollan guiadas nocturnas, observación de flora y fauna; fotografía de naturaleza; interpretación ambiental y cicloturismo, para las que recomiendan llevar vestimenta y calzado cómodo, gorra, recipiente con agua, protector solar,  repelente de insectos, y contemplar un calzado extra o botas de goma.

Las visitas sólo son posibles con guía profesional o guardaparques de la reserva, con punto de encuentro y horario pautado, en la tranquera de ingreso Los Pioneros, avenida Almirante Brown y Arroyo Las Cañas, Punta Lara, Ensenada.

El cupo máximo de los grupos es de 20-25 personas para el público en general, y de 30-35 asistentes para estudiantes con docentes acompañantes.

Naturaleza y bienestar integral

La reserva municipal Los Robles en la localidad de La Reja, partido de Moreno, invita a conectar con el silencio, el canto de las aves, el sol y el sonido del viento mientras se desarrollan clases de yoga o meditación.

Los Robles tiene una superficie rectangular de 268 hectáreas, dentro del Área Natural Protegida Dique Ingeniero Roggero, entre  bosques de especies exóticas cultivadas, implantadas sobre pastizales y chilcanos.

Quienes la visiten podrán observar la fauna y la vegetación a través de los distintos senderos y disfrutar en las costas del lago San Francisco y del Dique Ingeniero Roggero.

‘Se contabilizaron 213 especies diferentes de aves como pitotoy chico, federal, chotoy, martín pescador, mediano e ipacaá; 20 variedades de mamíferos como carpincho, zorro gris pampeano, coipo y gato montés. También diversos tipos de anfibios y reptiles’, detallaron desde la institución.

Un arboretum alberga el muestrario de gran variedad de árboles nativos regionales como Espinillo, Ceibo, Ombú, Duraznillo y Pezuña de vaca; y un vivero de plantas autóctonas contribuye a lograr el equilibrio del ambiente.

Los y las visitantes podrán experimentar caminatas guiadas por el bosque, los sábados y domingos a las 16:30; y durante las noches de luna llena por los senderos del Museo Muñiz, los viernes y sábados que coincidan con esta fase lunar.

Hospedarse en este sitio boscoso es una opción atractiva para quienes quieran desconectarse de la rutina. Hay cabañas y posadas con kitchenette, heladera, baño privado, ducha con agua caliente, aire acondicionado, anafe eléctrico, mesa y sillas; pileta y parrilla. Quienes prefieran opciones más agrestes podrán acampar o, de manera presencial, en la administración de las cabañas.

El sector gastronómico al aire libre ofrece menús tradicionales y vegetarianos, los fines de semana y feriados. El resto de los días funciona la proveeduría.

Por tratarse de un área natural protegida no se permite el ingreso con mascotas, ni  hacer fuego en sitios no indicados, ni provocar ruidos fuertes. La estancia dependerá de las condiciones climáticas.

Los Robles abre sus puertas de martes a domingos de 09:00 a 18:00.

Oasis de calma

En el distrito de Avellaneda, ubicado a pocos kilómetros de la capital del país, la costa del Río de la Plata aparece como un remanso en medio de la vorágine diaria.

La Eco Área Municipal, bastión de la selva marginal paranaense, comprende un área total de 145 hectáreas de las cuales 44 están destinadas al cuidado de la flora y la fauna nativa y local. 

El predio permanece abierto de martes a domingo de 09:00 a 18:30 y se puede recorrer mediante pasarelas divididas en senderos que se abren paso entre la vegetación selvática. Desde un gran balcón mirador, contemplar la amplitud del Río de la Plata es una experiencia movilizadora.

El sector abierto a las visitas posee diferentes micro ecosistemas. El pajonal de inundación, cubierto por el agua de las lluvias. Se extiende sobre terrenos bajos, separados del río por un montículo de sedimentos conocido como albardón costero, donde crece una selva en galería similar a la de las provincias mesopotámicas.

La flora es acuática y palustre porque crece en tierras húmedas o con pocos centímetros de agua, y conviven con anfibios, aves acuáticas, tortugas y varios grupos de insectos.

El juncal es otro de los ambientes en el que la vegetación se mete en las aguas del Río de la Plata. Allí, las aves de la zona encuentran refugio y alimento.

En este microecosistema habitan la cigüeña americana, la garza blanca, la garza mora, la culebra ojo de gato, la yarará, el lagarto overo, el carancho, el chimango, el cabecita negra, el sietevestidos y la tacuarita azul.

Además, nacen diferentes tipos de plantas como junco, duraznillo de río, cucharero, ceibo, curupí, laurel criollo, palo amarillo, mataojo, tasi, uva del diablo, campanillas, madreselva, clavel del aire y helecho reviviscente. También crecen las exóticas: madreselva, acacia negra, ligustro y ligustrina.

Entre los imperdibles que proponen figura la plantación de nativas ribereñas, la siembra de plantas autóctonas, tareas de limpieza y recolección de residuos; y visitas guiadas bajo la luna llena.

Ensenada, Moreno y Avellaneda son tres opciones para viajar y conocer la  gran biodiversidad natural de la provincia de Buenos Aires, a menos de una hora de las grandes urbes. Contacto pleno con la naturaleza y descanso garantizado.

Expreso. Redacción. A.F

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