Las islas Oki, una joya natural que descubrir en Japón

EXPRESO - 18.03.2023

Las casi 200 islas de este archipiélago conforman el Parque Nacional de Daisen-Oki, reconocido como Geoparque Mundial por la UNESCO en 2013.

Así, son el lugar perfecto para practicar deportes acuáticos, disfrutar de la naturaleza nipona y realizar actividades sostenibles.

Formado por increíbles paisajes marinos, densos bosques, tesoros geológicos e impactantes cascadas, las islas Oki son uno de los rincones secretos de Japón que los viajeros más aventureros deben incluir en sus itinerarios.

Este archipiélago, ubicado en el mar de Japón, posee una apasionante cultura y tradición culinaria, además de una variada flora y fauna que lo ha distinguido como Geoparque Mundial de la UNESCO en 2013.

Hoy en día, únicamente cuatro de sus casi 200 islas están habitadas y una visita a cualquiera de ellas ofrece la oportunidad de empaparse de un modo de vida plenamente tradicional.    

Un conjunto de islas 

Con un perímetro de unos 100 kilómetros, Dogo es la mayor de las islas Oki. Uno de los enclaves más fascinantes de esta isla son las cascadas de Dangyo, cuyas aguas purifican a los luchadores de sumo antes de la competición.

Medaki es la cascada femenina que posee menos caudal y Odaki, es la cascada masculina que brota a 40 metros desde un escarpado acantilado.

La costa de Jodogaura, la península de Shirashima y la Roca de la Vela, donde el sol se posa en la punta de este monolito volcánico a 20 metros sobre el mar, son algunos de los puntos de interés natural más atractivos de la isla.    

La isla de Nishinoshima, que cuenta con menos de 3.000 habitantes, es la segunda habitada más grande del archipiélago y es una visita más que obligada para conocer Takuhi-jinja, un templo budista transformado en santuario sintoísta que se encuentra dentro de una cueva en lo alto de una ladera del monte Takuhi.

Otro de los atractivos es el santuario de Yurahime, localizado a orillas de la bahía y donde, según cuenta la leyenda, cada 29 de noviembre retornan los dioses.

Además, en estos santuarios y otros lugares de la isla se puede disfrutar de actuaciones de danza popular kagura, una antigua ceremonia teatral japonesa en honor a los dioses.    

Uno de los atractivos de la extensa costa de Nakanoshima son los acantilados rojizos de Akiya, un espectáculo para la vista. El cabo Kirogasaki es una de las mejores ubicaciones para disfrutar de las panorámicas naturales que regalan a los visitantes este archipiélago.     

Por último, en la cuarta isla habitada, Chiburi-jima, se encuentran los peludos tanuki (perros mapache), de hecho, es el único lugar de las islas Oki en el que viven y superan en número a la población humana.    

Playas y costas circundantes 

Las aguas que rodean las islas son extraordinariamente cristalinas, perfectas para practicar actividades acuáticas como esnórquel, nadar, kayaking y pescar. Son muchas las playas en las que se puede asistir a clases de buceo y, en caso de no ser necesarias, se puede alquilar directamente el equipo y bucear de forma independiente.    

Gran parte de su escarpada costa es también ideal para recorrer a pie. Las laderas del acantilado de Matengai, a 257 metros por encima del nivel del mar y esculpido a lo largo de millones de años a causa de la erosión, es el indiscutible protagonista de cualquier viaje por la costa de Kuniga.

Otro de los imprescindibles es la puesta de sol desde la costa de Jodogaura.  Quienes busquen una actividad de mayor dificultad, pueden hacer senderismo en el monte Daimanji, de más de 600 metros de altura sobre el nivel del mar.

Esta montaña alberga muchos senderos que atraviesan diferentes formaciones rocosas hasta un misterioso santuario donde aún se veneran a las antiguas deidades del bosque.

Otra alternativa es caminar hasta la cima del monte Takuhi, que se encuentra a 450 metros de altura y desde allí se pueden divisar las aguas azules que la rodean y las islas vecinas.

Actividades sostenibles y ecológicas para complementar el viaje 

Estas islas permiten conocer y practicar una faceta vanguardista del turismo que poca gente conoce: la realización de actividades al aire libre complementadas con ayuda al medio ambiente.

Esta experiencia que ofrecen las islas se basa en una excursión ecológica de senderismo por el bosque y kayaking por las escarpadas costas a la vez que se recogen residuos.

Esta ruta única, que se realiza entre los meses de marzo y octubre, permite contemplar la naturaleza virgen tanto de los bosques del interior como la fauna y flora de la escarpada costa, mientras se ayuda a proteger el medio ambiente local recuperando basura del océano.

Esta forma se pretende ayudar al planeta mientras se descubre en profundidad el ecosistema local.    

Expreso. Redacción. J.R

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