Un viaje musical a Polonia por la Ruta de Chopin

EXPRESO - 24.10.2021

De apellido francés, Federico -Fryderyk en polaco- nació muy cerca de Varsovia, donde pasó los primeros veinte años de su vida. Y a dónde regresó, de manera simbólica, tras su muerte en París en 1849.

Chopin es uno de los compositores más célebres de la música clásica y sus obras son interpretadas en todo el mundo.

Su legado artístico consta principalmente de piezas cortas como mazurkas, polonesas nocturnos, valses o scherzo, y dos conciertos para piano con orquesta.

Tal como indican sus nombres en polaco, las mazurkas y polonesas compuestas por Chopin se inspiran en bailes folclóricos, sobre todo de la parte central de Polonia: Mazovia (Mazowsze) es una región donde predominan extensas llanuras cubiertas de bosques, campos y prados, y en estos últimos el elemento más común es el sauce llorón.

Este árbol sirve de ‘cobijo’ a Chopin en la famosa escultura que se encuentra en el Parque Real de Łazienki de Varsovia. La obra de Chopin, a través de la música clásica, expresa el espíritu del Romanticismo, estilo predominante en la primera mitad del s. XIX.

Todo amante de la música clásica romántica debería viajar a Polonia para conocer más de cerca no solamente la vida del compositor sino el contexto social y político de la época, así como las fuentes de la inspiración que dieron como resultado estas obras maestras que no nos cansamos de volver a escuchar.

Dado el vínculo emocional de Chopin con Varsovia, la capital polaca debe ser la primera parada siguiendo sus huellas. El pequeño Chopin se trasladó allí desde la cercana Żelazowa Wola, donde su padre era profesor particular en una casa aristocrática.

En Varsovia, el padre, un francés que a sus 16 años se había instalado en Polonia, empezó a trabajar como profesor en el Liceo de Varsovia, mientras la madre, polaca, cuidaba de Chopin y de sus hermanas. Durante los veinte años de su vida en Varsovia, la familia vivía en diferentes casas, Chopin frecuentaba diferentes lugares y aquí dio su primer concierto a los 8 años de edad.

Para conmemorar estos hechos, algunos más importantes, otros de carácter anecdótico, existe toda una ruta de Chopin en la ciudad: para seguirla, es suficiente fijarse en los bancos, colocados en frente de los lugares o edificios relacionados con Chopin, sentarse en ellos, apretar un botón y escuchando un fragmento de la música del compositor, imaginar SU Varsovia de hace más de doscientos años.

Para escuchar un concierto, las posibilidades son múltiples. Siguiendo la Ruta de Chopin hacia el Parque Real de Łazienki, los domingos podemos escuchar los tradicionales conciertos que se celebran allí desde mediados de mayo hasta mediados de septiembre.

Rodeados de naturaleza, podemos tumbarnos en el césped o sentarnos en un banco y escuchar alguna polonesa o vals interpretada en vivo por los pianistas nacionales e internacionales; por invitación de Varsovia, nos obsequian con su interpretación de la música de este compositor.

El piano de cola se suele colocar debajo del monumento a Chopin que, gracias a la visión artística del escultor, parece estar escuchando el mismo concierto que nosotros, sentado debajo del sauce llorón:

Tampoco hay que perderse la visita al museo dedicado a Chopin. Se encuentra en la zona del casco antiguo ocupando el antiguo Palacio de los Ostrogski (calle Okólnik 1). Ofrece una visita en español (audio guías) y un minucioso estudio de la obra del compositor.

Si bien Varsovia es el punto clave de la ruta, una escapada al lugar del nacimiento de Chopin resulta de lo más agradable. Además de la pequeña casa natal en Żelazowa Wola, los espléndidos jardines son también el escenario de los conciertos veraniegos y un moderno Centro del Conocimiento (centro educativo), recomendado sobre todo para familias.

La escapada a Żelazowa Wola será también muy satisfactoria para los que además de visitar la casa natal, quieren estar en contacto con la naturaleza que tanto inspiró a Chopin. Tanto Zelazowa Wola, como la localidad de Brochów se encuentran en el limítrofe del actual Parque Nacional de Kampinos.

La distancia desde Żelazowa Wola a la iglesia donde fue bautizado es de 11 km en coche y 10 haciendo senderismo (unas dos horas). Se trata de una de las iglesias de carácter defensivo más antiguas de la región.

Chopin hizo mucho turismo por aquella zona, tal como revelan sus cartas. Visitó la antigua capital del Condado de Mazovia, Płock, que conserva la Basílica Catedralicia de 1144; de su visita a Toruń, como el amante de dulces que era, al lado de la arquitectura gótica menciona los pierniki, una especie de pasteles a base de miel y especias elaborados hasta hoy según receta milenaria.

En el sur de Polonia visitó el actual Parque Nacional de Ojców y el castillo de Pieskowa Skała. Igual que hoy, la Mina de Sal Wieliczka era un lugar muy atractivo para visitar pero Chopin tuvo que bajar en una cuerda en vez de utilizar las escaleras que se utilizan ahora.

El delicado estado de salud del compositor requería cuidados especiales. Por aquella época ya se conocían lugares con propiedades curativas y en alguna ocasión Chopin viajó al balnerario de Duszniki Zdrój, en los Montes Sudety (cono suroeste de la actual Polonia).

Dio allí un concierto con fines caritativos, hecho que inspiró a esta localidad a organizar anualmente el Festival Internacional de Chopin, en agosto.

En 1830 Chopin abandona Polonia y la última ciudad polaca (según el mapa político de la época) que visita camino de Francia es Kalisz, en la región de Polonia Mayor, que también hace su propio homenaje a los pianistas al albergar el Festival Internacional de Pianistas de Jazz.

Chopin murió prematuramente en 1849 en París. Aunque nunca tuvo la posibilidad de volver a su querida patria, nuestra ruta por los lugares relacionados con él debe terminar donde empezó.

Por el expreso deseo del compositor, evitando trabas legales, su hermana llevó el corazón de Chopin de vuelta a Varsovia donde descansa en la Iglesia de la Santa Cruz.

Expreso. Redacción. J.R

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