El Alentejo portugués también es playa

EXPRESO - 27.06.2009

Bordeando las marismas del estuario del río Sado se alcanza una inmensa línea de costa que, entre la punta de Tróia y el cabo de Sines, toma la forma de un continuo arenal

Bordeando las marismas del estuario del río Sado se alcanza una inmensa línea de costa que, entre la punta de Tróia y el cabo de Sines, toma la forma de un continuo arenal.

Hacia el sur de Sines, las fantasías más caprichosas del tiempo geológico hicieron del mar y del viento su escoplo y cincel, tallando acantilados, retorciendo bloques de pizarra, creando cordones dunares que bordean arenales, haciendo y deshaciendo pequeñas y secretas playas, definiendo nuevos contornos para la vegetación, templando la altiplanicie costera, alimentando la vida de algas, peces, reptiles, aves y mamíferos poco comunes...

El litoral del Alentejo es un museo de historia y de vida natural, que mereció la catalogación de tres áreas protegidas: las Reservas Naturales del Estuario del Sado y de Lagoas de Santo André y Sancha, y el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina.
En la Península de Tróia, con una panorámica sobre la Sierra de Arrábida, las playas son muy apreciadas por los practicantes del windsurf. En esta península se inicia un extenso arenal, bautizado como Costa da Galé, que se prolonga hasta el cabo de Sines, una zona con muy buenas condiciones para el surf y el bodyboard, como lo demuestran los adeptos que siempre se encuentran en las playas de Comporta y de Carvalhal.
En esta zona tampoco hay que perderse las acogedoras y abrigadas playas de Pinheirinho, Galé y de Aberta Nova, enmarcadas por bellas peñas. 
Antes del cabo de Sines, a quien le guste contemplar el mar batido debe realizar una incursión en la playa del Norte. La agitación marina y los fondos peligrosos desaconsejan el baño, pero hay ricos bancos de peces en las grutas submarinas que son motivo de atracción para submarinistas y cazadores. Al sur de Sines entramos en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, con sus pequeñas playas envueltas por escarpas de pizarra.
Hay playas para todos los gustos, desde las aconsejadas para familias, como las de Morgavel, Vale de Figueiros o Praia Grande de Porto Covo, las preferidas por los practicantes de windsurf y kitesurf como la de Ilha do Pessegueiro, e incluso playas naturistas como la Playa de Salto.
Para contemplar la belleza de esta costa uno de los miradores es el cabo Sardão. Para los observadores de aves, éste es el único lugar del mundo donde anida la cigüeña blanca en acantilados.
A un tiro de piedra de aquí tenemos varias de las mejores y más conocidas playas del Alentejo, hacia el norte las de Vila Nova de Milfontes y la playa de Almograve, considerada una de las más bonitas del sudoeste alentejano, y hacia el sur las playas de la localidad de Zambujeira do Mar.
Expreso. Redacción. A.F

Comentarios