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Un viaje gastronómico por Jordania
EXPRESO - 27.11.2010
Jordania presume de una gastronomía sencilla pero sabrosa, preparada con las mejores materias primas del país, que contrasta con los sabores de las mesas occidentales
Jordania presume de una gastronomía sencilla pero sabrosa, preparada con las mejores materias primas del país, que contrasta con los sabores de las mesas occidentales. Con una base de legumbres, verdura, fruta y carne de pollo o cordero, la cocina jordana es capaz de satisfacer a los paladares más exigentes e incluso a los que se preocupan por una dieta saludable, ya que muchos platos están preparados a base de cereales, queso, yogur o frutos secos.
Viajar al corazón de Jordania a través de su cocina es descubrir un país lleno de sabores, cultura y tradiciones capaz de enamorar al viajero.
El ‘khubez’ es el pan jordano, alimento básico en el país y parte principal de la dieta tradicional. Existe una enorme variedad de texturas y sabores, dependiendo de la forma en que se cocine, aunque lo más frecuente es encontrarlo redondo y plano. Si además está recubierto de semillas de sésamo, su nombre es ‘ka’ik’.
Como aperitivo, destaca el ‘mazzeh’, una mezcla típica de aperitivos o tapas jordanas que normalmente se toman antes de la comida principal o que pueden constituir una comida por sí solos. El ‘hummus’, hecho con garbanzos cocinados a modo de puré y servido con ‘tahineh’ (pasta de semillas de sésamo), ajo y limón, también es un plato común, al igual que ‘baba ghanouj’, un aperitivo hecho a base de puré de berenjenas y ‘tahineh’.
Con las habas, las expertas manos jordanas preparan ‘fol’, una crema que también lleva ajo y limón, cuyo sabor puede competir con el del ‘kubbeh’, lo más parecido a unas albóndigas fritas hechas de carne y trigo con carne picada y cebolla, o con ‘manaqeesh’, un aperitivo de pan caliente bañado con aceite de oliva y cubierto de tomillo.
Entre los platos principales, sobre la mesa jordana se puede encontrar ‘mansaf’, un plato nacional cuya preparación procede de la tradicional gastronomía beduina y que se sirve siempre en las ocasiones más especiales.
Es un plato de cordero sazonado con hierbas aromáticas que en ocasiones pueden llegar a ser picantes y que se cocina con yogur seco. Se sirve en un plato grande con una guarnición de arroz, almendras y piñones. Continuando con las recetas de carne, en el menú hachemita no faltará el ‘kebab’, preparado con cordero con especias cocinado en una brocheta sobre carbón, o ‘jaaj mashwee’, una especie de pollo asado que se acompaña con pan, ensalada y hummus.
Los amantes del estofado tampoco se sentirán defraudados en Jordania. ‘Fasoliyeh’ es un estofado de habichuelas con una base de tomate y servido con arroz, mientras que ‘bazelleh’ está hecho con guisantes con una base de tomate y servido igualmente con arroz. Los que prefieran verduras podrán degustar ‘mlukhiyyeh’, muy parecida a las espinacas, que se cocina en una sopa con pollo o ternera y se sirve con arroz, y ‘mahshi’, verduras estofadas con arroz y carne.
Las hojas de parra también tienen su sitio en los menús jordanos, bajo la denominación ‘waraq dawaalee’, cocinadas al vapor con arroz y carne. Incluso el pescado tiene protagonismo en la gastronomía jordana. La receta de la ‘sadiya’ se basa en este fruto del mar y se acompaña con limón.
Los postres son una pata más de las mesas del Reino hachemita. Sus nombres son infinitos: ‘halwyat’ se llama a los dulces; ‘baqlaweh’, a la masa de hojaldre rellena de nueces y bañada en miel; ‘knafeh’ son los cereales con queso de cabra cocinado con almíbar; ‘mushabbak’, la masa en forma de lazo cubierta con miel; los pastelitos cubiertos con agua de rosas se denominan ‘zalabiyyeh’; ‘kalawat al-jibneh’ es un delicioso pastelito suave relleno con crema de queso y cubierto por almíbar y helado… Y así hasta llegar al ‘mahlabiyyeh’, como se conoce el pudding de leche, y al helado jordano, que recibe el nombre ‘booza’.
Este repertorio gastronómico se puede acompañar de té, una bebida muy popular en Jordania, que se sirve con hierbas como la hierbabuena, principalmente en el desayuno y después de las comidas.
El café árabe también goza de gran popularidad en el país, sobre todo entre los beduinos, ya que entre sus costumbres se encuentra el ofrecer al visitante el café hervido con ‘hal’ (cardamomo) y servido en pequeñas tazas. Para después de las comidas pesadas se sirve con leche y elaborado con agua anarajada de flor.
Expreso. Redacción. T.R
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