Noches de fallas en el Pirineo leridano

EXPRESO - 09.06.2024

Una quincena de pueblos de la Alta Ribagorça, el Pallars Jussà, el Pallars Sobirà, el Aran y el Alt Urgell celebran en junio y julio esta fiesta milenaria donde el fuego, la música y la gastronomía llenan de color y fiesta los valles pirenaicos.

Reconocidas e inscritas en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO desde 2015, estas fiestas del fuego se llevan a cabo para celebrar el solsticio de verano, augurar buenas cosechas y ahuyentar a los malos espíritus.

Varios pueblos del Pirineo organizan fiestas rituales centradas en el fuego, donde una procesión de fuego desciende desde la montaña hasta el pueblo, con los falleros portando antorchas encendidas sobre los hombros entre música y expectación.

El pistoletazo de salida de la fiesta del fuego en el Pallars Sobirà lo dan las Fallas de Sort (15 de junio), de reciente creación. El encuentro une a todos los pueblos del municipio en dos bajadas que convergen en el parque del Riuet de Sort, con lo que se muestra la unión de los núcleos del valle de Àssua y el Batlliu de Sort a través de caminos antiguos y muros de piedra.

En la misma comarca, las Fallas de Isil (23 de junio) fueron declaradas Fiesta Patrimonial de Interés Nacional en junio de 2010 y reconocidas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 2015, junto con las Fallas de Alins y otros 62 pueblos pirenaicos.

En Isil, esta ceremonia ancestral se celebra cada año de forma ininterrumpida coincidiendo con el solsticio de verano, con una veneración del fuego, la bajada de troncos encendidos por la montaña y la Fiesta Mayor.

Las Fallas de Alins (23 de junio) comparten características similares y también se celebran durante la verbena de San Juan, coincidiendo con la Fiesta Mayor del pueblo. En València d'Àneu (29 de junio), la bajada de fallas se realiza cerca de la festividad de San Pedro, con antorchas específicas y una tradición recuperada a principios de los años ochenta.

Las Fallas de Alós d'Isil (6 de julio) han sido recuperadas gracias al empuje de la gente, se han convertido en un elemento clave para reforzar la identidad local y se celebran el primer fin de semana de julio.

La Alta Ribagorça es la comarca que cuenta con más pueblos falleros dentro del territorio catalán. La bajada de fallas es desde tiempos remotos una tradición profundamente arraigada a los pueblos de la zona.

El descenso se inicia desde un lugar elevado de la montaña, visible desde el pueblo, donde se ha plantado un pino llamado “faro” que es donde se encienden las fallas antes de empezar la bajada.

El recorrido desde la montaña se realiza con una hilera de fuego encabezada por un mozo mayor o jefe de grupo que guía a los falleros hasta la plaza de la villa, donde son recibidos con música y el sonido de las campanas. Con las fallas medio consumidas se hace una gran fogata y comienza la fiesta.

En la Alta Ribagorça existen tres tipos de fallas: los rentiners, que son de una sola pieza; las fallas de palo, las más comunes en toda la comarca, que se hacen con trozos de tea de pino y se enganchan a un palo de fresno con alambres y puntas, y las fallas de Vilaller, que son una pirámide invertida de grandes dimensiones atada con alambre y rellena de tea.

Las Fallas se celebran en Durro (14 de junio); Senet (22 de junio); El Pont de Suert, Boí, Casós y Vilaller (23 de junio); Barruera (6 de julio); Erill la Vall (13 de julio); Taüll (19 de julio), Pla de l'Ermita (26 de julio) y Llesp (27 de julio).

En el Pallars Jussà, la bajada de fallas de La Pobla de Segur (17 de junio) se hace desde la montaña de Santa Magdalena con los troncos de avellano y pino seco que se han preparado los días anteriores a la fiesta. Cuando llegan los falleros, suben en procesión con su pubilla hasta la iglesia para hacer una ofrenda a la Virgen de Ribera. Para terminar, se bailan sardanas en la plaza de la Pedrera y hay una cena popular para los falleros y las pubillas.

En La Pobla la bajada de fallas se remonta a los años 50, cuando la villa era un importante centro económico y sus fiestas, un activo para la región.

En la Val d'Aran están previstas la Crema deth Taro de Arties y la Crema deth Haro de Les, ambas el 23 de junio. Estas dos fiestas reflejan el carácter festivo y el respeto por las tradiciones de los araneses.

Se celebra la llegada del solsticio de verano con la quema de un tronco, coincidiendo también con el inicio de las fiestas mayores de estas localidades. Antiguamente, esta celebración marcaba el momento en que los campesinos empezaban a subir los animales a los pastos más altos de las montañas.

Las Fallas de Alàs recuperan el Ball Pla

Las Fallas de Alàs, en el Alt Urgell, son las últimas que se han recuperado, pero al mismo tiempo unas de las más antiguas.

El municipio recupera una tradición local fechada en 1543, lo que la convierte actualmente en la más antigua documentada en el Pirineo catalán. La bajada de fallas se hará desde la ermita de Les Peces hasta el pueblo de Alàs la noche del 23 de junio, víspera de San Juan.

Este año se consolida la bajada infantil, que incluirá alumnos de la Escuela de Sant Esteve de Alàs, y se recupera la música y melodías del Ball Pla, que se perdió a principios de los años 70. El Ball Pla, antaño típico en las fiestas mayores de los pueblos del Pirineo, consta de pasos punteados y andados, evolucionando de ellos las parejas adelante y atrás de la plaza.

La antigüedad de esta celebración fue descubierta en 2020 por el historiador urgelense Carles Gascón, y los vecinos de la población del Alt Urgell decidieron reiniciarla ya al año siguiente.

La bajada de las fallas irá a cargo de un centenar de personas (hombres y mujeres), entre falleros y equipo de apoyo, todas empadronadas en Alàs i Cerc y con representación de cada uno de los demás núcleos del municipio actual (Cerc, Torres d'Alàs, Artedó, Vilanova de Banat, El Ges y La Bastida d'Hortons).

Las Fallas y la Fiesta del Fuego del Pirineo, un ritual de origen pagano que ha perdurado a lo largo de los siglos, fueron declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2015. Esta distinción beneficia, entre otros, 17 pueblos de Cataluña, de los cuales 15 de las comarcas de Lleida, que celebran esta tradición de origen ancestral por San Juan.

Las fallas de la demarcación de Lleida incluidas en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO son las de Boí, Taüll, Erill la Vall, Barruera, Durro, El Pont de Suert, Llesp, Casós, Vilaller y Senet, en la comarca de la Alta Ribagorça; Arties y Les, en la Val d'Aran; Isil y Alins, en el Pallars Sobirà, y La Pobla de Segur, en el Pallars Jussà.

Expreso. Redacción. A.F

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