Reapertura de Gran Canaria: sí, pero con prudencia

Gran Canaria, un destino que por muy maduro que sea y por mucho que se conozca, siempre tendrá nuevas cosas que ofrecer. Desde el Patronato de Turismo estamos deseando que llegue el momento de volver a tener a nuestros queridos turistas de nuevo por la Isla. De que la redescubran, tras estos meses en los que ha mostrado su cara más inédita, con paisajes renovados gracias a la no presencia de nosotros mismos. 

Estos meses han sido muy complejos, no solamente por la crisis económica evidente que nos asola. También para quienes llevamos años gestionando la promoción del destino. Como isleño, no deja de sorprenderme un paisaje nunca imaginado vacío de turistas. Turismo Cero… ¿en qué momento pasamos de establecer una estrategia de promoción para atraer a cientos de miles de viajeros cada año a que, de pronto, les ayudemos a salir para que regresen en tiempo récord a sus países de origen? 

Ahora, visto en la distancia, parece un mal sueño. Gestionar esa salida de manera rápida, con el temor al cierre de fronteras, con la sospecha de que se avecinaba lo peor, pero sin perder los ánimos y dando lo mejor de todos, aún nos produce sensaciones enfrentadas entre la buena gestión de una situación sobrevenida y la pena por lo que estaba sucediendo. Ahora, que ya parece que caminamos hacia la transición y que llegará una especie de normalidad, es el momento de seguir demostrando que podemos, que queremos estar aquí, preparados y pertrechados para la llegada, de nuevo, de millones de viajeros. 

Esta reapertura está trayendo infinidad de noticias que van y vienen sin saber bien a qué atenernos. Dependemos de la conectividad aérea, de las decisiones que las aerolíneas tomen para poner a la venta más asientos, de las medidas de seguridad que ellas mismas adopten, pero además, influye lo que cada gobierno de cada país emisor estima más conveniente para sus ciudadanos como por ejemplo, la negativa de Alemania de incluir a España como destino recomendable, al menos por el momento. 

En el caso de Gran Canaria, también debemos esperar a las decisiones de nuestro propio Gobierno de Canarias y que en este caso, muestra prudencia antes de lanzarse a abrir fronteras a personas del extranjero. Y estamos de acuerdo. Las prisas no pueden obligarnos a tomar decisiones equivocadas, ni tampoco la presión del entorno, que clama a gritos la apertura para poder mantener cientos de negocios que dependen del turismo. No debería ser lo único que entre en nuestra valoración de riesgos. 

Lo que queremos es tener la tranquilidad de que cuando lo hagamos, lo hagamos bien. Esto no es ninguna carrera por adelantarnos a otras regiones. ¿Que Galicia abre primero?; ¿que Baleares ya recibe alemanes? No debería importarnos, porque lo que de verdad sería un desastre es volver a primera línea sin habernos rearmado, y en este caso, la mejor arma es la prudencia.