Cerrado por vacaciones

EXPRESO - 09.04.2012

Ana Bustabad Alonso, periodista

Hace unos días buscábamos alojamiento de última hora en la ciudad española de Valladolid para disfrutar de la Semana Santa, unos días tradicionalmente de alta ocupación. El abanico de precios que nos daban las webs de los buscadores era como para no creérselo…

Hace unos días buscábamos alojamiento de última hora en la ciudad española de Valladolid para disfrutar de la Semana Santa, unos días tradicionalmente de alta ocupación. El abanico de precios que nos daban las webs de los buscadores era como para no creérselo.

Miércoles Santo, habitación doble, hoteles de tres y cuatro estrellas en pleno centro histórico, menos de 60 euros, IVA incluido. ¿Las previsiones de mal tiempo? ¿La crisis? ¿Ofertas de última hora para llenar alojamientos? No dábamos crédito.
El jueves amanecía frío, amenazando lluvia. Perfecto para un desayuno tranquilo leyendo la prensa. Apetecía un café con churros, pero la búsqueda iba a ser ardua. A las nueve y cuarto de la mañana, Valladolid era todavía una ciudad fantasma.
Tras casi media hora caminando por el centro, con el sonido de nuestros pasos reverberando en las fachadas, pedimos un café con porras en el único local que encontramos abierto, donde había cola para leer el diario local. Los kioscos, cerrados a cal y canto.
Dos parejas de turistas comentaban en la mesa de al lado: ‘Ya nos habían dicho que en Valladolid cierra todo estos días’. Fuera, la lluvia. Poco a poco, más viajeros, y más paraguas. La ciudad estaba, por fin, despertando.
Un despertar que no incluía por lo visto a los comerciantes, con el cartel de ‘cerrado’ bien visible en el exterior. Entre las pocas excepciones, una tienda de pastas castellanas y dulces junto a la Plaza Mayor que, claro, hacía su particular agosto en abril.
El resto del día, de la Semana, no fue mucho mejor. Procesiones suspendidas por la lluvia; tiendas cerradas, viajeros deambulando por el centro como almas en pena, hasta la nieve hizo su aparición este Viernes Santo.
Sin tener cifras oficiales de ocupación, es fácil deducir que habrán sido pocos los turistas estos días en la ciudad castellana. El mal tiempo, la crisis económica, habrán desanimado seguramente a muchos. Al resto, seguramente los desanimará el año que viene el recuerdo de una ciudad cerrada por vacaciones. No sé si será la única.
 

Comentarios

Blanca (no verificado)

Ana, siento que te llevaras esa imagen de Valladolid.
Es verdad que la gente no madruga mucho y para desayunar fuera un día de fiesta, necesitas saber donde.
Te animo a que vengas a visitar Valladolid en Septiembre o cualquier fin de semana durante el curso, es una ciudad con una oferta cultural enorme y con mucho ambiente al medio día y por la noche.

Te lo dice, una Vallisoletana que vive fuera de su Valladolid natal.

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