Todos somos piratas en la Red

EXPRESO - 26.04.2012

Ana Bustabad, periodista

El 26 de abril se celebra cada año el Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Una fecha que a muchos que somos creadores nos resulta imposible celebrar. ¿Irónico?

El 26 de abril se celebra cada año el Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Una fecha que a muchos que somos creadores nos resulta imposible celebrar. ¿Irónico?

Son tiempos alarmantes para los que nos movemos por la Red. Europa permite cortar la conexión a Internet sin necesidad de autorización judicial a los usuarios que descarguen contenidos con copyright. España, tras una lucha intensa por parte de los internautas, parece que ha abandonado de momento la idea de que un organismo administrativo decida el cierre de webs que violen la propiedad intelectual.

Todo, en nombre de unos derechos de autor que es de justicia proteger, por supuesto. Resulta incomprensible que paguemos sin rechistar cualquier producto menos las ideas, que tantas horas de esfuerzo llevan aparejadas la mayoría de las veces.
Los que trabajamos en Expreso lo sabemos bien. Es duro leer un reportaje que te ha llevado muchas horas de trabajo pirateado sin pudor, ni enlaces, ni siquiera menciones. Sin embargo, ningún derecho a la propiedad intelectual puede justificar la vulneración de otro recogido por la Constitución española como fundamental: la presunción de inocencia. Un derecho que, además, afecta a la totalidad de los ciudadanos, no sólo a los creadores.
Y ese derecho, no lo olvidemos, se vulnera cada día miles de veces. Durante años, todavía hoy a la espera de la nueva legislación, con un canon digital que grava ‘por si acaso’ cualquier soporte informático. El disco duro donde almacenamos las fotografías del último viaje o el pen drive en el que transportamos nuestros pensamientos más íntimos.
Ahora España está a la espera de que una anunciada reforma legal libere a ciudadanos y empresas de pagar este canon digital, pero será sustituido por una compensación a la SGAE que saldrá de las mismas arcas del Estado, es decir, de los mismos bolsillos de siempre.
Mientras, Portugal recorre el camino contrario, está a punto de reinventar el canon digital, un nuevo impuesto gravará con 2,5 céntimos de euro cada Gigabyte de memoria de los discos duros.
Que no nos vengan con cuentos. Las mismas cabezas pensantes que quieren impedir la piratería en la Red hace tiempo que nos consideran piratas a todos.
Así que, mientras nos traten como a presuntos delincuentes cada vez que compramos un CD, no creo que debamos portarnos mucho mejor para salvar una reputación que ya hemos perdido hace mucho. Sin autorización judicial, ni administrativa. Sólo porque sí.

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