La artesanía en Gerona, una experiencia cultural

EXPRESO - 02.02.2022

La provincia de Gerona presenta un territorio compuesto por pequeños detalles y paisajes íntimos.

Sus habitantes son personas discretas acostumbradas a trabajar para ganarse la vida, y una buena forma de percatarse de ello y ponerlo en valor es recorrer su geografía humana para descubrir sus oficios tradicionales, un patrimonio cultural que continúa muy vivo y que el visitante puede disfrutar y compartir.

Así, es posible conocer de primera mano y vivir experiencias de labores casi olvidadas, pero que en la Costa Brava y el Pirineo de Gerona se siguen manteniendo, como son la artesanía de la cerámica, la cestería o la creación de joyas, así como el arte de la imaginería religiosa, tradiciones como la salazón de la anchoa o retrotraerse en el tiempo para conocer cómo se elaboraba la harina.

El destino se esmera en conservar y dar visibilidad a este aspecto cultural tan diferencial y de buscar fórmulas ingeniosas para que los artesanos y artesanas puedan subsistir con su trabajo y a la vez abrirse al turismo, con la voluntad de difundir los oficios y obtener nuevas fuentes de ingresos.

Algunas de las experiencias turísticas más reales, auténticas y humanas que se pueden encontrar aquí se hayan en pequeños pueblos, espacios y talleres y las ofrecen mujeres y hombres que quieren compartir su vocación y pasión con el visitante.

1- Conocer la artesanía del Empordanet

Siete municipios del Empordanet (la Bisbal d'Empordà, Forallac, Cruilles, Monells, Sant Sadurní de l'Heura, Corçà y Ullastret) reúnen gran concentración de artesanos y artesanas con distinta especialización. La Bisbal d’Empordà y los municipios vecinos conforman un ecosistema o hábitat de oficios singulares, vinculado a la cerámica, y es la marca ‘Cerámica de la Bisbal’ la que certifica la autenticidad de estos productos.

Y aunque la cerámica es lo más conocido, también se pueden encontrar artesanos de la piel, la cestería o de joyas y esmaltes. Algunas de estas empresas artesanas abren las puertas de sus talleres y realizan visitas guiada con posibilidad de realizar alguna actividad creativa o taller, porque lo que hace atractivo esta zona específica del interior de la Costa Brava denominada Empordanet es el paisaje, el clima y las piedras, pero, sobre todo, su gente.

2- Descubrir un antiguo molino convertido en el Ecomuseu Farinera

Han transcurrido cien años desde que en Castelló d’Empúries el antiguo molino del Mig se convirtió en una moderna fábrica de harina que funcionaba con la innovación tecnológica llegada de Europa.

Hoy día, la fábrica se ha convertido en un museo que permite descubrir este impresionante sistema de producción y conocer cómo la humanidad ha transformado el trigo durante 10.000 años, la importancia del pan en nuestra dieta y el papel del agua para obtener energía.

El Ecomuseu-Farinera ofrece la posibilidad de realizar una visita guiada, que permite descubrir el espacio de la fábrica y conocer las variedades del trigo, los sistemas utilizados por el hombre para molerlo, las fases del proceso industrial y la fuente de energía que hace funcionar la maquinaria, a la vez que participar en un taller de elaboración de pan.

3- El Museo de los Santos de Olot acerca al visitante a la imaginería religiosa

Esta actividad con más de 100 años de historia y que ha tenido una gran incidencia en el desarrollo de la ciudad se da a conocer desde el Museo. En este particular espació el visitante se encuentra inmerso en un taller real y en funcionamiento, donde es posible aprender no sólo el proceso tradicional de fabricación de imaginería, sino también su historia.

A la vez, el último piso del Museo se destina a la realización de exposiciones temporales que permiten adentrarse en aspectos concretos de los procesos de producción o en lecturas históricas, sociales y antropológicas en torno a la artesanía, la cultura popular, la literatura y la iconografía. Olot, en el Pirineo de Gerona, se mantiene como centro productor de prestigio mundial, exportando a Estados Unidos, Canadá, Hong Kong o Australia.

4- Lección de historia de la pesca y de la salazón

L’Escala, en mitad de la Costa Brava, ha conservado a lo largo de los siglos una industria que le ha dado prosperidad económica y fama en todo el mundo: la salazón de anchoas.

Esta misma actividad económica ha permitido crear un producto turístico específico que encuentra en equipamientos como el Museo de la Anchoa y de la Sal y el Alfolí los espacios que articulan las visitas que permiten conocer la evolución de la pesca y de la salazón de pescado azul en la costa catalana, exposiciones temporales de gran formato de temática etnológica, visitar fábricas artesanales productoras de anchoas acompañadas de degustación de productos, y, también, la celebración de eventos específicos entorno a este mundo como al Fiesta de la Sal, que se organiza cada mes de septiembre. 

5- Disfrutar de una visita al Museo Etnográfico de Ripoll

En él se documenta y conserva el patrimonio etnológico material e inmaterial, especialmente del Ripollès, abarcando el Pirineo oriental y se destacan aquellos aspectos originales que permiten explicar el pasado y la evolución social, cultural, económica y técnica de la zona.

El Museo ha reformulada sus contenidos y servicios y muestra la sociedad en el pasado, pero tiene como reto estudiar y analizar la sociedad actual, para contribuir y para avanzar de una manera cohesionada e inclusiva.

En su colección, destacan las piezas relacionadas con los pastores, los campesinos, los oficios, la religiosidad popular, la Fragua catalana y con la producción de hierro forjado y de armas de fuego portátiles que se fabricaron en la comarca del Ripollès.

Expreso. Redacción. A.F

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