Royal Warrants, homenaje a los proveedores reales británicos

EXPRESO - 10.04.2013

Los llamados Royal Warrant Holders se van a juntar, del 11 al 14 de julio, en los jardines del palacio de Buckingham como parte de un festival abierto al público

Royal_WarrantLos llamados Royal Warrant Holders se van a juntar, del 11 al 14 de julio, en los jardines del palacio de Buckingham como parte de un festival abierto al público. Compras, degustaciones, desfiles y actuaciones, todo organizado por los comerciantes reales. 

Pero, ¿Qué es un ‘royal warrant’?  Aunque la reina Isabel nunca haya sido con una bolsa de la compra, se toma muy en serio eso del ‘shopping’. Como todo el mundo, tiene sus tiendas o marcas favoritas. Pero sus elecciones, lejos de pasar desapercibidas, se materializan en los llamados ‘royal warrants’, unos sellos de reconocimiento real que se otorga a los proveedores frecuentes de bienes y servicios a la casa real británica.
En el momento en el que se recibe, el profesional o empresa entra a formar parte del club de los Royal Warrant Holders y adquieren un marchamo de calidad y prestigio. Actualmente existen unos 800 proveedores oficiales de la casa real, alguno de ellos conservan el suyo desde hace más de un siglo.  
¿Cuáles son las reglas? 
Se otorga a proveedores que han facilitado bienes y servicios de forma constante a la realeza británica, durante un mínimo de cinco años. Puede ser concedido por la reina, el duque de Edimburgo o el príncipe Carlos.
El reconocimiento permite a la empresa lucir el escudo real con el lema ‘By Appointment’ en sus productos, publicidad, vehículos de transporte o material de correspondencia. Y ni hablar de regalos a la corona: la relación entre las empresas y la corona es estrictamente comercial. Ser un proveedor real también implica responsabilidades.
Hay que ser discreto y no descuidar la calidad. El sello real se retira automáticamente si el producto se deteriora, la firma se declara en bancarrota, cierra o el dueño deja la empresa o fallece. En el caso de la marca de cigarrillos Benson & Hedges, la casa real le retiró su apoyo en 1999 alegando una ‘falta de demanda en la Casa Real’.  
Victoria, la reina de los comerciantes 
La tradición se remonta a la Edad Media, cuando el monarca entregaba cartas constitutivas a colectivos de comerciantes o artesanos que más adelante se conocerían como gremios. Si bien fue la reina Victoria la que en 1840 reunió por primera vez a sus proveedores con motivo de la celebración de su 21 cumpleaños.
Esa fiesta fue el arranque de la agrupación de proveedores, que desde entonces se han reunido formalmente con carácter anual. La asociación ha ido transformándose a lo largo de los siglos. Y si en 1789, los servicios a palacio incluían un fabricante de cartas, un artesano de imperdibles, un exterminador de ratas y un cazador de topos, en la actualidad la corona reconoce tanto tintorerías como cadenas de teléfonos móviles (Carphone Warehouse) o programadores de software.  
De tiendas como un rey
Del 11 al 14 de julio se celebrará por primera vez el Festival de la Coronación, un evento que reunirá a los proveedores reales en los jardines del palacio de Buckingham. Aquellos que adquieran las entradas podrán conocer a los royal warrant holders, comprar en los stands de cada marca, disfrutar de un almuerzo, pasear por los jardines de palacio y asistir a desfiles de moda y actuaciones.  
Por supuesto existen otras maneras de comprar a cuerpo de rey durante una visita a Gran Bretaña. En Londres, es indispensable una visita a la catedral de las delicatesen Fortnum and Mason en Piccadilly.
Parte fiesta del té del Alicia en el País de las maravillas, parte fábrica de Willy Wonka, en este lujoso ultramarinos londinense se venden los productos ecológicos que el príncipe Carlos produce en su finca de Highgrove y la reina compra sus tarros de miel. En el mismo Piccadilly, en Princes Arcade se encuentra Prestat, proveedores de chocolate a la familia real británica de toda la vida y los autores del huevo de pascua de chocolate que recibe la reina cada Semana Santa.
El huevo real, cuya receta incluye relleno de avellanas y una liebre de chocolate blanco, no está a la venta. Sólo la anciana madre de los dueños de Prestat recibe una versión más pequeña como regalo.  
Su majestad, o más bien uno de sus empleados, compra en el supermercado Waitrose y en los grandes almacenes John Lewis, Selfridges y House of Fraser. Harrods mantiene una complicada relación con los royal warrants, su dueño anterior, Mohammed Al Fayed quemó el sello de acreditación alegando que daban mala suerte.  
En la norteña Stoke se fabrica la porcelana favorita de la reina, Paragon Fine Bone China. Esta ciudad de gran tradición ceramista es considerada la capital mundial de la porcelana. Es posible visitar sus fábricas, ir de compras en ellas y en el museo local se exhiben algunas de las piezas con pedigrí real.  
Uno de los fabricantes de tartan con más prestigio de Escocia es Kilnoch Anderson. A la reina Victoria le gustó tanto la tela de cuadros escoceses bautizada como ‘Balmoral’ que hasta hoy sólo se puede llevar este diseño con permiso real. La única persona además de la reina que puede llevar el Tartan Balmoral es el gaitero real. El público puede comprar cualquier otro diseño de Kilnoch Anderson en su tienda de la ciudad escocesa.  
Dime qué compras y te diré quién eres 
Los royal warrants son fieles indicadores de los gustos de la reina. Su pasión por el campo se demuestra con la elección de las chaquetas Barbour, las botas Hunter y los automóviles todo terreno Land Rover. Pero la monarca tampoco descuida su faceta más femenina. Entre sus favoritos están las cremas Clarins, que ha llegado a comprar en las tiendas Duty Free durante sus viajes, o cosméticos tradicionales como la hidratante facial Cyclax, las barras de labios en tonos rosas de Elizabeth Arden, los perfumes Floris, el jabón Bronnley y el talco de Yardley, todos productos que utiliza desde sus años jóvenes.
Compra su lencería en la corsetería británica Rigby and Peller y no se separa de su bolso Launer. El modelo Royale fue diseñado especialmente para ella hace dos años y se hizo popular internacionalmente cuando la monarca llevó uno en blanco para la boda de su nieto Guillermo.
En la cocina, Isabel de Inglaterra tiene gustos similares a los de sus súbditos. Para el desayuno toma cereales Weetabix, a la hora del té elige bolsitas de Twinings, a la venta en cualquier supermercado y los crakers de Jacob’s Cream.
Tampoco le hace ascos a una lata de judías con tomate de Heinz ni a la sidra Strongbow. El duque de Edimburgo le prepara los cócteles con ginebra Gordon’s o Tanqueray.  
Expreso. Redacción. A.R

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