Diez lugares a los que hay que viajar para que la historia no se repita

EXPRESO - 31.12.2012

Texto: Ana Bustabad Alonso   Fotos: Expreso Son lugares especiales, destinos muy apetecibles por su patrimonio, su gastronomía o su naturaleza

Texto: Ana Bustabad Alonso   Fotos: Expreso

Son lugares especiales, destinos muy apetecibles por su patrimonio, su gastronomía o su naturaleza. Todos muy diferentes entre sí, pero coincidentes en algo: han sabido rescatar valientemente uno de los pasajes más oscuros de su pasado y mostrarlo de forma atractiva a los viajeros, para que la historia no se repita.
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Todos los lugares del mundo guardan oscuros secretos, algunos fruto de tiempos en que la humanidad entera mataba y moría a hierro y espada, otros mucho más cercanos. Pero el mérito de estos diez es haberlos convertido en atractivos turísticos, en otros tantos viajes imprescindibles para que nunca olvidemos, porque quien desconoce su historia está condenado a repetirla.
 
1. La prisión S-21 en Phnom Penh, Camboya
Hasta 1975 era un colegio. Pero todo cambió con la llegada de los Jemeres Rojos al poder. La dictadura de Pol Pot llenó sus aulas de terror con la tortura y el asesinato de decenas de miles de personas, a veces morían simplemente por llevar gafas.
Esta antigua escuela de la capital camboyana es ahora el Museo del Genocidio Tuol Sleng (S-21), una de las visitas más duras que se pueden hacer en este país de gentes amables y templos magníficos.
Durante los cuatro años que duró el régimen de Pol Pot fueron asesinados al menos dos millones de camboyanos, más de un cuarto de la población total. Lo que más encoge el corazón en este museo es el testimonio gráfico, cientos de fotografías de ciudadanos aterrorizados en lo que sin duda era la última instantánea de su vida.
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Por supuesto, Phnom Penh es mucho más, una urbe deliciosa a orillas del Mekong, que parece moverse lentamente al mismo ritmo que el río. Sus edificios coloniales franceses y sus bulevares arbolados conservan un encanto difícil de encontrar ya en otras ciudades de Asia.
Hay que ver el Palacio real, la Pagoda de Plata, el Museo Nacional y el Wat Phnom que da nombre a la ciudad, y no perderse dos lugares míticos: el Club de los Corresponsales Extranjeros, para comer o tomar una copa, y el hotel Raffles Le Royal, desde donde escribían sus crónicas periodísticas.
Phnom Pneh, capital de Camboya, es además el punto de partida de este crucero de Tres días con el mejor amante del Gran Mekong, un viaje inolvidable.
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2. La Costa da Morte donde naufragó el Prestige, en España
Corría el mes de noviembre del año 2002, cuando el Prestige, un buque petrolero que operaba bajo bandera de Bahamas, naufragaba frente a la Costa da Morte gallega, al noroeste de España. Las autoridades tomaron la decisión de alejarlo mar adentro, y su vertido de fuel tiñó de negro las playas de media Galicia.
Lo más impresionante de este desastre ecológico, seguramente el mayor de la historia española, que sirvió para focalizar la atención en las insuficientes medidas de seguridad en el mar, fue sin embargo la inolvidable respuesta ciudadana. En pocos días, miles de manos voluntarias llegaron a las costas gallegas para colaborar desinteresadamente en su limpieza, una marea humana que transformó en blanco el negro del chapapote.
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Una década después de aquel fatídico naufragio del Prestige, la mítica Costa da Morte ha recuperado sus colores y quiere mostrar al mundo este lugar maravilloso y las ilusiones renovadas de una Galicia que espera al visitante a todo color, potenciada por una campaña de la Asociación Profesional do Sector Turístico da Costa da Morte (APTCM).
Esta Costa de la Muerte jalonada de cruces por todos los que dejaron su vida en el mar tiene además muchas rutas únicas como los Caminos del Mar de Ponteceso, que muestran el trabajo de los hombres y mujeres que cada día se enfrentan al Atlántico en busca de los mejores mariscos del mundo.
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3. La Casa de los Esclavos en la isla de Gorée, en Senegal
Esta pequeña isla de Gorée, de menos de un kilómetro de largo, situada en la costa de Senegal, fue durante más de tres siglos el punto de partida de esclavos más importante de África. Desde aquí salieron durante cuatro siglos más de 20 millones de esclavos hacia el otro lado del Atlántico.
El diseño de la Casa de los Esclavos, convertida ahora en museo, separaba en celdas a los hombres de los niños y de las mujeres -estas últimas tenían mayor valor en el mercado-, y desde el balcón de la planta superior los tratantes ajustaban el precio de la mercancía.
En la parte posterior, un pasillo que da directamente al mar era el último punto donde los esclavos pisaban tierra, antes de subir al barco o ser arrojados a los tiburones si estaban enfermos o tenían defectos que impedían su comercialización.
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A unos 3 km al este de Dakar, la isla de Gorée es hoy un lugar encantador, con viviendas coloniales pintadas de colores, balcones de hierro forjado a la manera portuguesa; un paraíso tranquilísimo sin calles asfaltadas ni automóviles.
Es un placer comer pescado fresco en cualquier terraza frente al pequeño puerto, regatear en los puestos de pintura africana y visitar Le Castel, el fuerte del castillo, desde donde se contempla una vista preciosa de toda la isla. Viajar a Gorée es una de las Diez experiencias imprescindibles para disfrutar Senegal.
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4. El parque Federico García Lorca, en Granada, España
Situado en el municipio de Alfacar, en la provincia española de Granada, el parque Federico García Lorca, es el lugar en el que se cree que fue fusilado el poeta aquella fatídica noche de agosto de 1936. En él se puede apreciar el olivo bajo el cual se ha pensado siempre que está enterrado el famoso dramaturgo.
Tres días más tarde de que una denuncia anónima provocara su detención en casa de su amigo Luis Rosales, el gobernador civil de Granada, José Valdés Guzmán, daba la orden de ejecución de García Lorca. No fue el único. El cercano barranco de Víznar, situado entre montes, hace las veces de cementerio para más de tres mil almas asesinadas.
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La Guerra Civil española, un conflicto entre hermanos que dividió al país en dos frentes desde 1936 hasta 1939, sirvió además como pretexto para saldar con la delación y la muerte muchas envidias, muchas rencillas personales. Luego vinieron otros conflictos como la II Guerra Mundial, con mayor número de muertes, pero esta fue una de las primeras guerras mediáticas de la historia.
Hoy en día, la provincia granadina, España entera, es uno de los primeros destinos turísticos del mundo. Además de esta Ruta tras las huellas de Federico García Lorca, en Granada hay que visitar sin falta su capital, caminar junto al río Darro, perderse en los palacios de la Alhambra, en los jardines del Generalife, descubrir el Sacromonte, el Albaicín…
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5. El Museo del Holocausto en Jerusalén, Israel
Creado en 1952 para mantener viva la memoria de uno de los genocidios más aterradores de la historia, el Museo del Holocausto Yad Vashem, en Jerusalén, existe gracias a donaciones, y la entrada es gratuita.
En su interior, objetos, documentos, obras de arte y la arquitectura de hormigón desnudo y vidrio de Moshe Safdie ayudan a explicar el horror de los campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi.
Millones de judíos, disidentes políticos, homosexuales, gitanos, eslavos, Testigos de Jehová, criminales comunes, republicanos españoles…, cualquiera calificado como ‘inferior’, ajeno a la pureza de la raza aria, murieron en Auschwitz-Birkenau, Treblinka, Belzec o Dachau, a razón de 1.000 víctimas por día entre 1933 y 1945.
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Hoy este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad guarda todo el simbolismo del Holocausto, y resulta una visita profundamente conmovedora, que arranca lágrimas a ratos y a ratos deja sin palabras, como en la impresionante cúpula de la Sala de los Nombres.
Pero Jerusalén, la ciudad sagrada de varias religiones, es una urbe única con mucho más que visitar. Construida completamente en piedra, con un casco antiguo abarrotado de historia, constituye un caleidoscopio de culturas difícil de igualar.
Como el resto de Israel, desde la cosmopolita Tel Aviv a las orillas del Mar Muerto, Jerusalén es un destino que sorprende al viajero, muy diferente a la visión a la que nos tienen acostumbrados las noticias diarias de los medios generalistas.
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6. Las huellas del bombardeo en Dubrovnik, en Croacia
Las guerras no son algo lejano en el tiempo, ni en el espacio. Amurallada, estratégicamente rodeada de agua por el mar Adriático en pleno corazón de Europa, codiciada a lo largo de la historia por innumerables imperios, el día que los habitantes de Dubrovnik recuerdan con más tristeza tuvo lugar hace bien poco, en diciembre de 1991.
Tras seis meses terribles resistiendo el fuego enemigo por tierra, mar y aire durante la Guerra de los Balcanes, solo la amenaza sobre su casco histórico Patrimonio de la Humanidad, donde cayeron más de 2.000 granadas, hizo reaccionar a la comunidad internacional.
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Un mes más tarde, las Naciones Unidas reconocían a la recién independizada Croacia, y la ayuda de la UNESCO en su reconstrucción hizo que Dubrovnik recuperase pronto su belleza, aunque por toda la ciudad se encuentran aún señales del conflicto.
Todos los horrores de esta guerra en la ex Yugoslavia se pueden contemplar en imágenes en pleno centro de la ciudad en el War Photo de Dubrovnik, ahora uno de los destinos más visitados del Mediterráneo, por donde pasean cada día miles de turistas con visitas guiadas en más de veinte idiomas.
En Dubrovnik hay que perderse caminando desde la entrada de Pile hasta el pequeño puerto, sentir el aroma de sus naranjos; subir al monte de San Sergio para contemplar su planta perfecta de ciudad amurallada rodeada de mar, y tomar un barco hasta la cercana Kórchula.
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7. Las casas de los judíos en la Serra da Estrela, Portugal
La pequeña localidad portuguesa de Belmonte, en la Serra da Estrela, fue la única comunidad judía de la Península Ibérica que tres siglos largos de persecución inquisitorial no consiguió destruir, que no logró diluir.
Como en tantos lugares del mundo a lo largo de la historia, como sigue pasando actualmente con los cristianos en algunos países musulmanes, sus habitantes se vieron obligados a practicar su religión a escondidas, secretamente. Así ha sido durante quinientos años en los que los miembros de esta comunidad siempre se casaron entre ellos, siempre convivieron entre ellos, y siguieron rezando, orando, en sus propias casas.
Sucesivos decretos de los Reyes Católicos en España, del rey Manuel I en Portugal, expulsaron a los judíos sefarditas de sus hogares, bajo la única alternativa de convertirse al cristianismo. La mayoría emigraron a otros países, pero en la Serra da Estrela se mantuvieron comunidades únicas que continuaron con sus creencias en la más absoluta privacidad hasta hoy.
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Belmonte es ahora un destino único incluido en la Red de antiguas Juderías de Portugal, con una comunidad sefardita completamente organizada que conserva las casas de los antiguos judíos y cuenta con sinagoga, incluso cementerio propio, y que celebra cada año, junto con A Guarda y Troncoso, el Festival Internacional de la Memoria Sefardita.
Pero esta Serra da Estrela es además una región famosa por su naturaleza, con opciones de alojamiento excelentes y paisajes fantásticos, y una gastronomía basada en la riqueza de sus productos tradicionales como el queso, los dulces, sus aceites, sus vinos… uno de los destinos más atractivos de Portugal.
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8. El barrio de Soweto, símbolo del apartheid en Sudáfrica
Hace solo dos décadas, en 1992, solo los blancos pudieron votar en las elecciones generales de Sudáfrica. Fue el último estertor de un sistema político discriminatorio con los ciudadanos negros, el apartheid, que conserva en Soweto muchos de sus lugares emblemáticos.
Durante casi medio siglo, el apartheid implantado por colonizadores ingleses y holandeses estableció zonas segregadas para blancos y negros en playas, autobuses, hospitales, escuelas e incluso parques públicos, y creó barrrios como Soweto, en Johannesburgo, especialmente diseñados para alojar a los ciudadanos negros.
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Hoy sus habitantes muestran con orgullo escenarios de la lucha racial tan importantes como Freedom Square, donde se redactó la Carta de la Libertad; la modesta casa familiar donde creció Nelson Mandela; o el Memorial Hector Peterson, que recuerda para siempre la imagen del cuerpo inerte de este muchacho que en 1976 dio la vuelta al mundo como símbolo de la lucha estudiantil contra el gobierno opresor.
Pero Soweto es además un barrio alegre, intensamente vivo, con mercadillos que venden artesanía de todo el continente africano; el gran mural a modo de graffiti de las Orlando Towers, donde se practican ahora deportes de aventura vertical, como saltos al vacío, escalada o paintball; o el Soccer City Stadium, donde el 11 de julio de 2010 un gol de Iniesta convirtió a la Selección Española en Campeona del Mundo de fútbol.
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9. Chichén Itzá, centro maya de sacrificios humanos en México
Uno de los más importantes centros ceremoniales de los mayas en México, Chichén Itzá, es famoso por los sacrificios humanos que se llevaron a cabo en nombre de los dioses durante la época de esplendor de esta civilización, desde el siglo VI hasta que fue abandonado por causas desconocidas.
Detrás de la impresionante pirámide de Kukulkán, conocida también como El Castillo, está el Templo de los Guerreros, donde los mayas pintaban de azul el cuerpo de quienes iban a sacrificar y los colocaban en un altar para arrancarles el corazón con sus propias manos.
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Al otro extremo de la explanada se practicaba el Juego de la Pelota, un ritual que terminaba con el sacrificio del perdedor, y la Plataforma de los Cráneos, donde se exhibían las cabezas de los enemigos ensartadas en picas. Horrores que se repiten actualmente en otras partes del mundo, en formas diferentes, en nombre de otros dioses.
Pero hoy Chichén Itzá es un lugar mágico, el enclave monumental más visitado de toda la península mexicana del Yucatán, que alberga más de dos mil lugares de interés arqueológico, con otras impresionantes ciudades mayas como la majestuosa Uxmal.
Una visita a este estado no estaría completa sin conocer la arquitectura colonial en Mérida o Izamal, visitar a los flamencos en Celestún y por supuesto disfrutar del tradicional turismo de sol y playa, ya que esta parte de México, asomada al mar Caribe, es uno de los destinos costeros más atractivos del mundo.
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10. La Ruta de Paz de la guerrilla, en El Salvador
Perquín, en el departamento de Morazán, fue centro neurálgico de la guerrilla salvadoreña, el frente para la liberación nacional (FMLN) que durante los años 80 del siglo XX libró un sangriento conflicto civil contra las Fuerzas Armadas (FAES).
Para comprender toda la crudeza de esta lucha armada hay que visitar el Museo de la Revolución en Perquín, donde se conservan armas, fotografías y vehículos como el helicóptero derribado del coronel Domingo Montensa.
Los exguerrilleros explican aquí en primera persona al viajero los horrores que se vivieron en estas tierras de la montaña de El Salvador, rodeadas de cafetales y pinos, donde matar y morir era un hecho cotidiano.
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También en el Mozote, un pueblo fantasma que en una noche sufrió la mayor masacre de toda la guerra civil salvadoreña, de sus mil habitantes, el 85% menores de edad, solo quedaron vivos tres.
Ahora Perquín, gracias a los propios actores del conflicto, se ha convertido en el punto de partida de una Ruta de Paz que a través del turismo comunitario, respetuoso con las personas y con el entorno, muestra al visitante la enorme generosidad de un pueblo que en pocos años ha perdonado y superado el pasado.
La fuerza del pasado, la historia viva, no impide ahora disfrutar de la frescura de estos escenarios naturales donde practicar senderismo, deportes de aventura, o descubrir las tradiciones lencas, su artesanía y sus sabores.
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Lamentablemente el mundo está repleto de lugares como estos diez, símbolos de las ansias de poder sobre el territorio o sobre otros seres humanos que a lo largo de la historia han provocado terribles sufrimientos en nombre de la religión, el orgullo patrio o el dinero.
No hace falta irse lejos, ni en el tiempo ni en el espacio, para encontrar todavía hoy lugares y países enteros donde se incumplen los Derechos Humanos y también los derechos animales, donde se esclaviza, se tortura y se mata, a menudo impunemente y sin la atención de los medios de comunicación.
Por eso, porque los viajeros sabemos que los destinos son mucho más que sus piedras hermosas, sus paisajes o su gastronomía, es tan importante que conozcamos la historia de cada lugar que visitamos. Que sepamos escucharla, por dolorosa que resulte, y transmitirla sin rencores. Para que nunca vuelva a repetirse.
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