Un fin de semana en León, capital del Viejo Reino

EXPRESO - 02.08.2010

Texto y fotos: Luis D

Texto y fotos: Luis D. Martínez Álvarez

 
‘En argen, león, contemplo
Fuerte, purpúreo, triunfal,
de veinte santos exemplo
Donde efta el único Templo
Real y Sacerdotal
 
Tuvo veinti quatro Reyes,
Antes que Castilla leyes;
Hizo el fuero fin querellas;
Libertó las cien donzellas
de las infernales Greyes.’
 
Quintillas
‘Glorias anónimas de la Ciudad’
 
Este año León está de celebración, 1100 años desde que García I trasladara la capital de su reino a León allá por el 910. Y es que los leoneses llevamos muy dentro nuestro Reino, orgullos de eso: de ser leoneses.
Si me permites, amigo lector, déjame organizarte un fin de semana en mi ciudad que, como dice esa página de facebook: ‘Yo no elegí nacer en León, simplemente tuve suerte’.

Cuando el viajero llega a León lo primero que se encuentra es a un Guzmán el Bueno desafiante y arrogante, señalando desde su pedestal, que quien no esté a gusto en León por ahí se va a la estación. León es así, te gusta o no te gusta, blanco o negro, frío en invierno, fresco en verano.
Estás ante una ciudad bimilenaria, que se creía fundada por la Legio VII gémina, pía, félix aunque los nuevos estudios atribuyen su creación a la Legio VI Victrix en el año 29 a C. En cualquier caso la ciudad de León, tiene un claro origen romano.
Pero estás ante una ciudad capital de uno de los Reinos más antiguos de España, la única ciudad que ha dado un imperio con Alfonso VII el Emperador. Cuna de las primeras cortes democráticas del mundo allá por 1.188 en dónde los leoneses se otorgaron unos derechos impensables para el resto de los habitantes de Península Ibérica.
Por ello, lo primero que tiene que tener en cuenta el viajero cuando llega a León, es que León es León, no es Castilla, sus habitantes no son castellanos ni se sienten como tal. En ese sentido el Estatuto de Autonomía habla de ‘Castilla Y León, una comunidad histórica y cultural que tiene su origen en los antiguos Reinos de León y de Castilla’. Así que si no quieres que te suelten un bufido procura no llamarlos castellanos. Primera lección.
Hará unos meses estaba en la cafetería de un hotel leyendo el periódico y entraron dos peregrinos preguntando qué había que ver en León. El camarero, tan gañán como atento, les espetó que salvo la Catedral y San Isidoro, nada. Cuán osada es la ignorancia.
Digamos que llegas a León un viernes por la tarde. Tras pasar por el hotel comienza tu periplo. Un viernes tarde-noche es para disfrutar de una ciudad tranquila y acogedora. Sin apenas problemas de seguridad ciudadana.
Un primer paseo al centro de la ciudad, donde se encuentra la vetusta fuente de Santo Domingo y su reloj, un clásico de las citas de los leoneses. Es este reloj un el lugar de encuentro, de quedada, testigo de amores y desamores, de amigos, de encuentros y desencuentros.
Es, en definitiva, testigo mudo de la vida anónima de los leoneses. Al lado del reloj, la Iglesia de San Marcelo, patrono de la ciudad, en la cual se encuentra el Cristo de los Balderas de Gregorio Fernández.
Al lado, la plaza de San Marcelo, más conocida como plaza de las palomas, tomada por jubilados que ven pasar el día al sol. Los lunes, pero también los martes, los miércoles y todos los días de la semana, y en Semana Santa por chavales con sus palmas, con Botines como fondo o en el Corpus por chicos y chicas vestidos de traje de primera comunión.
En esta plaza de San Marcelo se encontraba la mezquita de Ben-i-mea, un viejo caserón dedicado a la evacuación de aguas menores. Su desaparición allá por la década de los 70 para hacer un parking subterráneo dejó la plaza fría y dura.
En esta plaza están las principales instituciones leonesas: a un lado el viejo Ayuntamiento (donde hay una magnífica colección de cuadros de los Reyes de León), al otro lado la Diputación Provincial de León, en el Palacio de los Guzmanes.
El Palacio, obra del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón, fue construido a partir del año 1.560. Junto a él se alza el magnífico edifico de Gaudí: l edificio de Botines, hoy sede de Caja España, cuya construcción comenzó allá por el año 1.891 a instancias de unos comerciantes de paños.
Quiero contarte que en la soleada mañana del 24 de abril de 1.808, al grito de ‘Leoneses, la patria está en peligro, fuera los traidores’, la ciudad de León es la primera en alzarse contra los invasores franceses, casi una semana antes que lo hiciera el alcalde de Móstoles. La represión francesa fue terrible, y fusilaban patriotas leoneses en el corral de san Guisán.
Cuenta la tradición que un leonés huía de un coracero francés e iba rezando para que la providencia le protegiera, y fue la Virgen que se encuentra en la escalerilla de la Plaza Mayor, junto a Casa Benito, la que al parecer intercedió por nuestro paisano haciendo que el coracero se desnucara escaleras abajo. Y es que los leoneses hemos sido siempre muy guerreros.
Seguimos por la calle ancha subiendo hacia la Catedral y nos encontramos con la iglesia más pequeña de España: la Capilla del Cristo de la Victoria, sobre la casa que fuera de San Marcelo, patrón de la Ciudad y martirizado en Tánger.
Es tan pequeña que solo cabe el Cristo crucificado. Esto es debido a que, en 1.885, el arquitecto Demetrio de los Ríos redujo esta capilla, para dar lugar a la actual calle Ancha.
La misa del día de San Juan (una de las pocas que se ofician aquí) se tiene que celebrar en la calle.
En la primera bocacalle a la derecha se vislumbra el torreón del Palacio de los Condes de Luna, recientemente restaurado y construido por la otra gran familia de rancio abolengo leonesa: los Luna.
Estamos en la antesala del Barrio Húmedo. Si no fuera por la plaza de abastos, mandada construir a principios del siglo XX por un concejal más amante de las berzas que del patrimonio artístico, veríamos la Iglesia de Palat de Rey, una de la iglesias más antiguas de León, construida en el siglo X por el Rey Ramiro II.
Siguiendo todo recto entramos en el Barrio Húmedo de León. ‘El que a León vino y no vino a beber vino no supo a lo que vino’.
Es el corazón de León, los fines de semana a partir de las 9 de la noche se transforma gracias al bullicio de sus gentes. Bares tradicionales, pubs, restaurantes y bares musicales conviven pared con pared. Entre la plaza Mayor y la plaza de San Martín o también llamada de las tiendas se encuentra este Barrio.
Antes de ir de vinos date una vuelta por la plaza Mayor presidida por el antiguo consistorio, edificio que fue construido en el año 1677 para que los ediles pudiesen presenciar las fiestas populares y las corridas de toros.
En un lateral de la plaza se encuentra la calle Matasiete, testigo de un duelo de capa y espada. Así lo narraba el maestro Victoriano Cremer:
Este es el paisaje urbano leonés, típico por excelencia y por acumulación de elementos. Aquí, desde el nombre de la calle, por el que se mantiene más o menos viva una leyenda de las de capa y espada, de leales y traidores, con honestísimas damas y caballeros de genio vivo y muertes a granel, hasta la hornacina con el Cristo y la lámpara vacilante, y la misma complejidad urbana del lugar, contribuyen a mantener el carácter de la escenografía. Luego, por añadidura, la proximidad de la Plaza Mayor hacen de esta calle indispensable estación de tránsito para el turismo y lugar propicio para evocaciones románticas.
Pocas piedras se han movido de este paraje. Y de ahí que por la invulnerabilidad de estas líneas típicas urbanas, todavía constituya la Calle de Matasiete un recinto de muchísimo respeto. Y más si, como todo el mundo solicita, se cuenta la historieta que da nombre a la calle y que proviene de un relato romántico de un muy ilustre archivero que hubo en León (Braña) en quien acontecía disponer de dotes fabuladoras importantes.
Según la romántica narración de Braña, en síntesis la aventura podría relatarse así: «Ha llegado a León, arrostrando peligros y asechanzas de los infanzones traidores a su Rey y a su Ciudad, la hermosa dama Doña Leonor de Guzmán, que defendida por bravos caballeros se alberga en el Palacio de los de su apellido».
Y Berrueta en su Guía del Caminante, enhebra los datos: Ha de llegar el Rey y le precede un arriesgado adalid portador de cartas reales. D. Gutierre (el de la Plaza de su nombre, centro de los fieles reales) y Don Gil vigilan. Saben lo que se trama en la casa de los Omañas y en la taberna del tío Joroba: si es posible, la muerte del mismo Rey.
Lucha en la calle de Matasiete. Un bravo caballero honor de su linaje con el brío de su espada invencible da el nombre a la calle. D. Gil, herido, va a morir a la calle de Don Gutierre. Se confiesa con el Abad de Eslonza y deja a salvo el honor de la dama. Muere el caballero.
Los conjurados intentan la muerte del Rey en el Palacio de Guzmán y el Moro Mulacín se compromete a participar en la acción villana, pero muere en la demanda, aunque todavía su nombre permaneciera como titular de un paso entre la Plaza de las Tiendas y la calle de Santa Cruz.
Barrios todos de moros y de judíos. Leyenda, historia, verdad y fantasía, todo se mezcla en esta sugestiva escenografía del rincón de Matasiete.
En León es típico que con el vino o el ‘corto’ (más pequeño que una caña) de cerveza te den una o dos tapas gratis.
Incluso se ha puesto de moda el anunciar qué tapa regalan. Bebida tradicional para los que no quieren alcohol: un butano. Y en semana Santa para los que sí lo quieren: la limonada.
Aquí puedes pasar lo que queda de tarde-noche hasta las 4 de la mañana, hora a la que por orden gubernativa se chapan los locales. Es este barrio, junto con la catedral, visita indispensable para cualquier viajero.
Ya es el segundo día que estás en León. Hoy toca cultura y culturizarse. Hay que empezar sin duda por la que es la mejor Catedral del Mundo: La ‘Pulchra Leonina’. Más luz que piedra, más vidrieras que muro. Es el orgullo de León, de los leoneses.
Durante el siglo XIX y principios del XX sufrió ruina y a punto estuvo de venirse abajo. Hoy, con sus achaques lógicos por la edad y a pesar de una piedra de mala calidad de Boñar, luce espléndida, majestuosa. Será pasión cazurra pero no hay otro edificio en el mundo mejor que nuestra Catedral.
Te daré un consejo de leonés: Entra un día por la tarde. Siéntate en un banco del fondo. Déjate llevar por la música de órgano que normalmente suena. Esa luz que entra por las vidrieras trasforma el lugar en un sitio mágico y sobre todo donde se respira una gran paz. Es la gran receta contra el stress, el agobio y el ritmo de vida actual.
Pero antes de entrar a la Catedral, fíjate en el pórtico principal, en un lateral a tu izquierda de frente a la fachada, verás una columna ‘La Locus Apellationis’, es el lugar donde se impartía justicia y se gobernaba la ciudad.
Merece la pena subir a la nueva plataforma para ver más de cerca las espectaculares vidrieras de nuestra catedral. Bajo la torre norte, encima de la puerta se encuentra el topo de la catedral. Misterioso animal que destrozaba por la noche lo que se construía por el día, similar a los políticos de ahora, solo que al revés.
El domingo anterior al 5 de octubre, San Frolián, se celebra aquí la fiesta de las Cantaderas. Dice la web del Ayuntamiento de León sobre esta tradición:
Según la tradición popular, esta fiesta conmemora la victoria cristiana en la Batalla de Clavijo y la liberación del legendario tributo de las ‘cien doncellas’, que los reyes asturleoneses venían pagando anualmente a los califas musulmanes. De tal celebración existen referencias escritas del siglo XVI, situando la fecha en el 14 de agosto (fechas coincidentes con la Asunción de la Virgen, el día 15 de agosto).
Hoy la fiesta ha sido trasladada al domingo precedente al 5 de octubre, festividad de San Froilán. La ceremonia se parece a la de entonces: jóvenes ataviadas a la usanza medieval bailan al ritmo marcado por la ‘sotadera’, mujer mora que debía instruirlas en las costumbres musulmana, avanzando desde la plaza del Ayuntamiento hasta la Catedral; detrás la Corporación Municipal, encargada de hacer una ofrenda a la Virgen, marcha entre maceros de honor . Vuelve a aparecer el carácter de foro u oferta de la ofrenda.
En un lateral de la plaza de Regla, detrás del torreón del antiguo edificio de Correos en el patio del colegio de las Teresiana, verás los restos de uno de los palacios reales de Alfonso VII de León. Los leoneses tenemos tanto arte que llevamos mil años destruyéndolo y no se nos acaba. Al lado de este colegio, tras un pórtico gótico, se encuentra los ‘Principia’, cuartel general de la ocupación romana.
Entramos en el Barrio Romántico, otro sitio de tapeo camino de San Isidoro. Es la Basílica de San Isidoro otro motivo de orgullo de León. Aquí se encuentra nuestro legado como pueblo. Nuestra memoria como Reino. Aquí se celebraron las primeras Cortes democráticas del mundo en 1.188. De este Reino nació Portugal, Castilla. Este reino fue cabeza de la Reconquista.
Aquí en San Isidoro se encuentra la tumba regia más importante de España después de El Escorial. 23 reyes y reinas, 12 infantes y 9 condes reposan en este recinto, cuyas pinturas son todo un referente en el arte románico.
Cada 6 de enero, festividad de la Epifanía de nuestro Señor, el Cabildo y la Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro de León celebran un responso real, y sobre un paño de ‘rica tela’ se depositan los atributos regios.
Merece la pena visitar el museo, donde se custodia el Pendón de Baeza, uno de los símbolos bajo el cual los leoneses se fraguaron en batallas en defensa de la Reconquista y de la Cristiandad. O el cáliz de Doña Urraca. Sería uno de los mejores museos de España si no hubiera sido expoliado durante los siglos pasados: ‘Manos arriba, esta es la Biblioteca Nacional o el Museo Arqueológico Nacional’.
El segundo domingo después de Pascua se celebran aquí las Cabezadas, discusión dialéctica entre el Cabildo de San Isidoro y los Síndicos del Ayuntamiento. Dice la web del Ayuntamiento sobre esta tradición:
Cuenta la tradición, y así lo recoge el ‘Chronicon Mundi’ de Lucas de Tuy, que en 1.158 con motivo de una rogativa a san Isidoro, ‘la lluvia cayó con abundancia sobre los campos de León y su alfoz’. En agradecimiento por este y otros milagros que sucedieron después, la ciudad, representada por su Ayuntamiento, acude voluntariamente cada año a la Basílica de San Isidoro para ofrecer un cirio de una arroba y dos hachas de cera. En el claustro, el Cabildo acepta el presente, pero deja patente su carácter obligatorio o de foro.
Por esta discrepancia sobre el carácter de la ofrenda, los representantes de ambas Instituciones entablan una batalla dialéctica y hacen alarde público de sus cualidades oratorias. Al final, hay empate, y la discusión queda aplazada para el siguiente año. Las tres reverencias, con exagerada inclinación, que los Munícipes hacen al despedirse del Cabildo han dado nombre popular a la fiesta:’Las Cabezadas’, más difundido que el de ‘Foro u Oferta’, por el que también se las conoce.
Tras la comida toca irnos a la parte nueva de la Ciudad.
Siguiendo la Rúa Nueva o Renueva llegamos a San Marcos, que se empezó a construir hacia el año 1515 como antiguo hospital de peregrinos, Cárcel (aquí estuvo preso Quevedo), cuartel y ahora un hotel de lujo -Parador- que pronto se reformará para mejorarlo aún mas.
Tras San Marcos, el nuevo Auditorio de León y el edificio de la Junta. El 17 de diciembre de 2004 se inaugura el MUSAC, un nuevo museo de arte contemporáneo.
El MUSAC y sobre todo su fachada de colores, compuesta por más de 3.351 vidrios coloreados, inspirados en la vidriera El Halconero, una de las más antiguas de la Catedral de León, es una de sus señas de identidad. Esta zona se ha puesto recientemente de moda como zona de tapeo.
Finalizamos el día yendo hacia el Barrio del Mercado, con la Iglesia de Nuestra Señora del Mercado la Antigua y la plaza del Grano, tras la iglesia del mercado, antigua plaza en dónde se celebraba el mercado presidida por la fuente dedicada a los ríos Torío y Bernesga. Y al lado, calle Puerta Moneda arriba llegamos al Convento de las Concepcionistas, fundado en 1512 con corredor del siglo XVI, obra de Juan de Ribero.
El tercer día y último día del fin de semana puedes emplearlo en visitar los alrededores de la ciudad. Dos son los puntos que te aconsejo: el Santuario de la Virgen del Camino, con las esculturas de Subirach (puedes subir en bus de Alsa desde Santo Domingo), a 4 kilómetros de León, y la Quinta Romana de Navatejera (puedes ir en tren de FEVE, hay una parada justo a la puerta de la Quinta).
De regreso a la ciudad, aprovecha tus últimas horas para ver Los Cubos (murallas de León).
 
Se conservan distintas partes tanto de las romanas como de las medievales desde la Torre llamada de los Ponce, detrás de la Plaza Mayor, hasta Puerta Castillo, y desde aquí hasta la Torre de San Isidoro.
También se conservan los restos de las cercas medievales entre laavenida de la Independencia y la plaza de Riaño. A medio camino, en la plaza de San Francisco, verás los restos de la Puerta de San Francisco en… el Burger King.
Se que se me quedan cosas en el tintero, pero el espacio es lo que es. Sé que podría ser más científico este modesto artículo, pero para eso están ya las guías turísticas (te recomiendo la de Everest, que es una editorial de León). Pero sí he querido trasmitirte mi pasión por León. Esta tierra que lo ha dado todo y que sin embargo recibe muy poco a cambio.
 
FICHA PRÁCTICA:
BIENVINÍU A LLIÓN
Zonas de tapeo y vinos:
-          Barrio Húmedo: lo más conocido de León, su visita es un clásico. El barrio gira en torno a la plaza de las Tiendas o plaza de san Martín.
-          Barrio Romántico: en los alrededores del jardín del Cid, detrás de la Diputación Provincial.
-          Zona de la Junta: en los alrededores del edificio de la Junta, es una zona nueva que se ha puesto muy de moda,
-          Zona Chantría: en los alrededores del Corte Inglés.
-          Zona Universitaria: en los alrededores de la Universidad.
-          La Pícara – Burgo Nuevo: en los alrededores de la plaza de la Pícara Justina y calle del Burgo Nuevo
 
Zonas de marcha:
-          Barrio Húmedo
-          Calle Ancha: bocacalles de la calle Ancha en dirección al Barrio Húmedo.
-          Caño Badillo-Plaza Mayor: alrededores de la calle caño Badillo – Plaza Mayor.
Merece la pena ver:
-          Semana Santa de León: dieciséis cofradías desfilan en esos días. Declarada de Interés Iurístico Internacional. No te pierdas:
§          Procesión de la cena (Jueves Santo)
§          La Ronda (noche de Jueves Santo a Viernes Santo)
§          La procesión de los Pasos y el Encuentro (Viernes Santo)
§          El Entierro (Viernes Santo)
§          El Desenclavo (Sábado Santo)
-          Las Cabezadas: se celebra el segundo domingo después de Pascua. La corporación local y el cabildo discuten si la ofrenda que se hace al Santo es Foro u es Oferta.
-          Cantaderas y carros engalanados: el domingo anterior a san Froilán (5 de octubre) se celebra la conmemoración de la derrota musulmana por las tropas cristianas y por la que se liberaba al Reino de León del pago de un tributo de 100 doncellas vírgenes. Desfilan carros engalanados tradicionales. Desfilan los típicos pendones leoneses.

Comentarios

Julia

Estupendo reportaje Luis. Corroboro la visita a la Catedral y dejarse llevar. Yo pasé allí tres horitas que hasta se me hicieron cortas. Y las tapas...... buenísimas doy fe

internauta (no verificado)

Un reportaje bastante provechoso para aquellos viajeros que lleguen a León, desconociendo la ciudad.
!Ánimo, y... a seguir informando¡